Arte

Santiago Sierra, el arte de la provocación

Hombres y mujeres de raza blanca y negra practican distintas variantes de sexo anal, en una habitación rodeada de espejos, y frente a una cámara fija. Esta es la última obra que ha presentado en España el artista madrileño Santiago Sierra (Madrid, 1966). Lejos de quedarse en una simple provocación «lúdica», el artista pretende, en cada una de sus obras, inducir a duras y llamativas reflexiones acerca de problemas sociales.

Este último trabajo gira en torno a la inmigración, al "tradicional miedo de los blancos hacia los negros", según exlica el artista. "Pero esa paranoia blanca también tiene que ver con el miedo a una sexualidad que nos rebaje, con que enamoren a nuestras hembras y a nuestros machos más que con que nos quiten el trabajo", añade Sierra.Penetrados puede verse hasta el 28 de febrero en la galería madrileña Helga de Alvear. Simultáneamente Sierra expondrá durante todo el año otra de sus obras conceptuales en la fachada de una de las principales aseguradoras de Londres. Se titula Contador de Muertes, un contador LED (un diodo emisor de luz) que registrará el número total de personas muertas en todo el mundo por cualquier causa durante 2009. El artefacto se ha dado en préstamo a la aseguradora británica Hiscox a cambio de un seguro de vida de 150.000 euros, pagaderos en caso de la muerte del artista durante el periodo de la exhibición.Pese a la mayor o menor vistosidad o repercusión mediática de sus obras, Sierra plantea un modelo de arte de contenido profundo. La belleza canónica, la cotización en el mercado del lujo, la introspección personal, o la complacencia con las élites críticas, no tienen cabida en la obra del madrileño. Santiago Sierra huye del “arte por el arte”, o del conceptualismo vacío o abstracto. En su lugar Sierra coloca las problemáticas más importantes de nuestro tiempo, las retrata con crudeza, y alza una voz crítica que se coloca entre las altas esferas del arte contemporáneo.Drogadictos, inmigrantes, homosexuales, víctimas del hambre o las guerras, esta es la particular “paleta de colores” que el artista utiliza en su obra. Una inspiradora propuesta que demuestra la viveza de determinados sectores del arte contemporáneo. Artistas que se resisten a quedarse momificados en un museo, y que utilizan los espacios artísticos para levantar la voz contra la injusticia.

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