Las tasas universitarias suben un 66%

Reforma universitaria: ni saber, ni ganar

Según el informe gubernamental Datos y Cifras del Sistema Universitario Español el aumento de los precios del crédito en grados es tan solo del 2,9%. Sin embargo, las comunidades madrileña y catalana, de la mano de González y Mas, han aumentado un 66% los precios públicos en los dos últimos cursos académicos, mientras que Galicia y Asturias no han aumentado nada.

Algo parecido ocurre en los posgrados y los másteres.

Además, en nueve comunidades, el precio de la segunda matrícula ya duplica el de la primera y en algunas de ellas el precio de la tercera matrícula respecto a la primera se multiplica por cuatro. Un filtro severo por el que se aumenta el precio de los estudios de forma exponencial. «¿Para qué queréis una universidad de primera si vais a ser un país de tercera? ¡de ninguna manera!»

El informe también desvela que si bien la tasa de rendimiento de los becarios de grado es del 80%, superior a la media global, este curso habrá unos 8.000 becarios menos que el curso anterior.

Todo esto es justificado con que “racionaliza” el sistema educativo. No dicen al servicio de quién.

A la situación de paro se correspondería una política de industrialización, y a una política de industrialización una de inversión en formación, investigación y desarrollo tecnológico.

Además, la universidad debería ayudar a la pequeña y mediana empresa, la principal fuente de empleo. Pero no, la tasa de autónomos entre la población universitaria es muy baja, entre el 6% y el 8%

¿A quién sirven pues las recetas que se están aplicando?

Los recortes en la universidad, tomados por el gobierno central y los autonómicos, son un capítulo más del pago de “la deuda” a la par que el gobierno transforma el modelo educativo a la medida de los grandes monopolios y grupos financieros nacionales y extranjeros.

Recordemos que en abril de 2012, cuando una semana después de aprobar los presupuestos generales –que ya reducían la inversión educativa en un 21,9%–, el gobierno de Rajoy se vio obligado –ante las presiones de Washington y Berlín, Bruselas y FMI– a anunciar, de madrugada y sin previo aviso, un recorte extra de 10.000 millones… 3.000 de ellos en la enseñanza.

Desde entonces, todos los informes del FMI –o el Memorándum de Entendimiento con que la UE autorizó la línea de préstamo de 100.000 millones a la banca española– exigen avanzar en los recortes educativos.

Y con la Ley Wert, estos recortes van en aumento. Imponiendo un recorte del 81% en la inversión pública en educación respecto a la anterior ley.

Los auténticos beneficiados son ellos. Los perjudicados, los hijos de las clases populares que tienen un filtro de clase, puro y duro, para acceder al conocimiento; y el país en su conjunto. ¿Para qué queréis una universidad de primera si vais a ser un país de tercera?, ¡de ninguna manera!

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