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Marzo era el mes donde debían sentirse los efectos del Plan E, el conjunto de obras públicas que según Zapatero iban a generar 300.000 nuevos puestos de trabajo. Y vaya si se ha notado. El mes pasado, la cifra de desempleados se ha incrementado en 123.543 personas, y el número total de parados supera ya los 3,6 millones. Mientras Zapatero se codea en el G-20 con los líderes mundiales, el Euroíndice Laboral ofrece una tétrica imagen de España: duplicamos con creces la media de paro de la UE, acumulamos la mitad de los nuevos parados europeos y un tercio de los empleos destruidos de todo el continente.
En leno apogeo del crack de la construcción –casi unimotor económico durante los últimos años-, sometidos a la férrea dictadura de los bancos –que han cerrado el grifo del crédito, condenando a miles de pymes a la quiebra-, y con un gobierno de Zapatero que dedica los recursos del país a rescatar a la banca, España se ha transformado en una infernal fábrica de parados. En marzo el desempleo aumento en 123.543 personas, con lo que el total de desempleados se situó en 3.605.402. Se trata de la mayor cifra de parados de toda la historia democrática. Y lo peor de todo es que la industria y los servicios han sustituido a la construcción como principal fuente de desempleo. Manifestación de que la recesión golpea de lleno a los principales centros de la estructura productiva. El paro aumentó en marzo especialmente en los servicios con 57.891 desocupados más, seguido de la industria, con 20.322; la construcción, con 16.613, y la agricultura, con 7.684. De hecho, es la primera vez que el paro sube en un mes de marzo, con respecto al mes anterior, desde el año 1993, y es el sexto consecutivo en el que paro subió por encima de los 100.000 desempleados. En el último año, un total de 1.304.427 personas han pasado a engrosar las listas del desempleo, lo que representa un crecimiento del 56,7%. Pero ahí no acaban las malas noticias ya que también sigue aumentando el número de parados que han agotado los dos años de subsidio y no reciben prestación alguna, hasta superar los 910.000. Y respecto a los nuevos contratos –que disminuyeron en un 17,4% respecto a marzo de 2008-, el 88,6% fueron temporales. Es decir, no sólo aumenta vertiginosamente el paro, sino que el poco empleo que se crea es más precario que antes. Zapatero nos explica que el aumento del paro es una especie de “maldición bíblica”, que tiene su origen “en la crisis internacional” y golpea a todos los países por igual. La publicación del Euroíndice Laboral (EIL) IESE-Adecco, que compara la situación de los mercados laborales de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, España, Portugal y Polonia, viene enfrentar la cruda realidad a las manipulaciones de Moncloa. Pronostica que en el segundo trimestre del año, el desempleo en España se elevará al 16,2%, duplicando prácticamente la media de la UE, situada en el 8,9%. España superará a la tasa de paro prevista para el conjunto de la UE en 7,3 puntos porcentuales, el diferencial más elevado desde comienzos de 1998. Además, el número de parados se situará en 3,8 millones y la ocupación volverá a los niveles de mediados de 2006. Este dato supone casi duplicar el número de desocupados previsto para Italia (1.952.000 personas) y superar los 3,2 millones de Alemania, los 2,5 millones de Francia y los 2,3 millones de Reino Unido. De esta forma, uno de cada tres empleos perdidos en la UE será español y, al mismo tiempo, uno de cada dos nuevos parados será residente en España. Partiendo de estos datos, la lucha contra el paro debería ser la prioridad numero uno del gobierno de Zapatero. Pero los números nos dicen otra cosa muy distinta. El gasto total en prestaciones por desempleo ascendió en febrero a 2.610 millones de euros. Ayer, Solbes firmó la autorización para inyectar 3.000 millones de euros en Caja Castilla La Mancha, y se preparan un mínimo de 60.000 millones para financiar el segundo plan de rescate, a sumar a los 250.000 empleados en el primero. 313.000 millones para rescatar a los bancos. Y sólo 2.610 –el 0,83%- para 3,6 millones de parados. Esta es la mejor radiografía de la política económica del gobierno de Zapatero.