Música

Ramón de Algeciras: «El que ilumina cantando atrás»

Un dí­a antes de que viniera al mundo un genio de la literatura, Pablo Neruda, el 11 de julio de 1904, nació Manuel Serrapí­ el «Niño Ricardo», un genio del arte gitano. Maestro de muchos, es el responsable de la genialidad tricéfala de la familia Sánchez Gómez: Paco y Pepe de Lucí­a, y Ramón de Algeciras.

La madrugada del martes asado fallecía Ramón Sánchez Gómez “Ramón de Algeciras”. No podría haber imaginado “Niño Ricardo” que su legado llegaría tan alto y tan lejos, y que tan grande sería la pena flamenca y algecireña al perder a uno de sus más nobles hijos. Portador del legado del “Ricardismo” que revolucionó el flamenco – sustituyendo el mecanicismo digital por una concepción global de la falseta -, fue maestro de sus hermanos y espíritu callado del arte. "No soy hombre de muchas palabras y me expreso mucho mejor tocando una guitarra": así cogió de la mano a figuras como Antonio Mairena, Pepe Marchena, Niña de los peines, Fosforito, Fernanda de Utrera, la Perla de Cádiz o Adela de la Chaqueta. Era de los que “cantan atrás”, como se dice en el argot flamenco. Acompañaba iluminando y haciendo que fuera indispensable aun en el caso de que no se notara. Compositor y letrista, son prácticamente inexistentes las piezas en solitario que pueden encontrarse. Él mismo era modestamente consciente de cual era el papel de su arte: “Mi alegría es doble, ya que el reconocimiento que recibo forma parte de uno más extenso que alcanza a toda mi familia” – al recibir el Especial de Pura Cepa en Algeciras -. Fue, junto a su hermano, Paco, la primera guitarra flamenca en sonar en el Teatro Real de Madrid en 1975. Formó parte de la compañía de Juanito Valderrama, fue guitarrista de Camarón en sus inicios y miembro del sexteto Paco de Lucía. En esta formación encabezada por su hermano, junto con el bajista Carles Benavent, el saxofonista Jorge Pardo, y el percusionista Rubem Dantas, revolucionó el flamenco encargándose él en buena medida de la dirección. En los últimos años trabajaba gestionando un parte de la obra de su hermano desde la Sociedad que la administra, pasando la mayoría del tiempo en su casa de el Rinconcillo. También su hermano Pepe cogió inicialmente el nombre de su ciudad natal para pisar los escenarios. Como los “Chiquitos de Algeciras”, Paco y Pepe, triunfaron en el Concurso Internacional de Jerez de la Frontera en 1962. Pero Ramón fue el que se quedó con “Algeciras” para siempre, y ella con él. Un Grande del flamenco nos ha dejado esta semana. Pero seguro sigue ahí; se ha buscado un buen cuadro flamenco y un cómodo “Rinconcillo” para seguir cantando atrás.

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