SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Rajoy entra en una vorágine tras el fracaso andaluz

El voto de un jornalero de Osuna ha creado una nueva situación política en España. El sufragio del campesino, la abstención de un camarero de Marbella, la duda de un abogado de Sevilla, decantada muy a última hora… La victoria/derrota del Partido Popular en la región más poblada de España -el segundo Portugal de la península Ibérica- ha cambiado de manera repentina el cuadro y su iluminación. La noche del 25 de marzo se oyó un crujido seco en la calle San Fernando de Sevilla. ¡Crec! La expectativa de una hegemonía colosal del centroderecha español se rompía. Y el ruido fue detectado por lejanos sensores. A los pocos días, uno de los más afamados canales internacionales de información financiera incrustaba el siguiente rótulo en su pantalla: «Rebelión de Andalucía». El viejo y manido tópico anglosajón del bandolero de Sierra Morena se entremezclaba con la perspectiva de un gobierno regional de socialistas y comunistas opuesto a la política de austeridad y recortes. Andalucía, atrincherada. El País Vasco superando el tiempo de ETA y encaminándose a una amplia mayoría soberanista. Catalunya -Barcelona, en los mapas del mundo- emitiendo el mismo discurso que Escocia. (Algún día habrá que preguntarse por qué CDC no esperó a conocer los resultados de Andalucía antes de salir al escenario con falda escocesa). Al analista de Wall Street se le cruzaron los cables. Demasiada complicación en el tablero hispánico para un ajuste de 60.000 millones de euros en dos años.

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