SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Rajoy, aislado: entre la revuelta dentro y bajo sospecha fuera

Rajoy está entre la espada de los mercados y la pared de la contestación social. La Marca España es hoy una rémora para nuestras empresas y la exportación.

Nunca un Gobierno que generó tanta ilusión y expectativas las ha dilapidado en menos tiempo. Éste es el oscuro panorama que hoy, casi un año después de las elecciones generales del 20 de noviembre, define la percepción y el sentimiento popular respecto de la gestión política y los resultados del Ejecutivo popular, con Mariano Rajoy a la cabeza.

Un Gobierno entre la espada y la pared por la presión de los mercados y el agravamiento de una crisis económica que no ha hecho más que empeorar desde su llegada a La Moncloa. Los números no engañan, y, si nos atenemos a ellos, vemos cómo la economía española, que creció un 0,7 por ciento en 2011, ha entrado este año en recesión para cerrar el ejercicio con un crecimiento negativo del -1,5 por ciento, en el mejor de los escenarios, y con previsiones similares para el año 2013. Evolución parecida muestra la marcha de la deuda, que en sólo un año ha crecido en torno a 20 puntos, hasta el 90 por ciento del PIB. Entretanto, y a pesar de la entrada en vigor de la reforma laboral, el desempleo ha crecido en casi medio millón de personas, pasando de 5.273.000 parados en diciembre a 5.693.000 en este octubre, mientras que todos dan por descontado que llegaremos a 6.000.000 de personas sin trabajo al cierre del año 2012 y sin perspectivas de retorno a corto plazo.

Resultados que mantienen nuestra prima de riesgo en el entorno de los 450 puntos básicos, similar a la que nos dejó el Gobierno de Rodríguez Zapatero, mientras que Italia, que entonces estaba por encima, ha conseguido situarla por debajo de los 400. Y qué decir de nuestro ‘rating’, que Standard&Poor’s ha situado ya a un escalón del ‘bono basura’ y en vísperas de la revisión de Moody’s.

Y todo este escenario negativo se concreta en un entorno de promesas incumplidas, recortes de servicios sociales, subidas de impuestos que asfixian el consumo y la inversión, rebajas salariales, y empobrecimiento general -casi dos millones de niños viven ya en este país en un contexto de pobreza- que ha generado una contestación social generalizada, desde los funcionarios hasta los padres de alumnos (insólito lo de estos últimos en este país), pasando por los empresarios, los autónomos, los profesionales… y con la amenaza de una nueva huelga general y un estallido independentista en Cataluña que ni esperaba ni acierta a manejar.

Porque, además de su sumisión al puritanismo económico de la señora Merkel, que ya hemos visto adónde ha llevado a Grecia y Portugal, lo que más se reprocha a este Gobierno es el incumplimiento de todas las promesas y principios de su programa electoral.

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