Espectáculos

Raimundo por «Bluserí­as»

Después del incisivo éxito de la «Soulerí­a» de Pitingo, vuelve un viejo conocido, un maestro de tablas de nogal que llevaba ya demasiado tiempo dejándola reposar. Raimundo Amador se estrena por «Blueserí­as». Aquel de que sin duda Pitingo ha aprendido retoma al público con el mismo cosquilleo estomacal que su primer concierto con Pata Negra o Veneno. A sus 50 taquillos – mande el detalle – el león azabache se agarra al duende más que nunca pa menear a las almas inquietas.

Un auténtico demoledor, escándalo de los ortodoxos, Raimundo Amador es de los que no la monta si no está allí. No es de asavientos, ni rompimientos, ni techos. El de las 3.000 Viviendas chilla por fuera y desgarra por dentro. Sin dejar de ser nunca tímido chaval, despliega detalles de vestimenta a lo caló para disimular – no más se antoja – que los colores realmente se le han subido a las mejillas.Pero cuando toca ya todo le da igual. Y ese arte es el que ha decidido poner en liza recogiendo el reto lanzado por el “chiquillo” Pitingo. Y aquí no valen bagajes sino se presenta buen material. Parece que lo sabe, y no quiere dejar que las placas tectónicas lo desplacen más allá de donde le corresponde. Por eso, aún sin nuevo trabajo, ha iniciado el Tour Blueserías 2009. No es juego de palabras es gustosa humildad y seguridad en su “rollo”; cuando toca es de todos.Bolleré, Gerundina, Camarón, Ay que gustito pa’ mis orejas, Pata Palo, Gitano de temporá y Blues de la frontera servirán de menú gitano enegrecido de alma, caramelizado de paladar y sangre pura de duende. Además de impresionantes versiones de los Allman Brothers, Santana, Cream, Hendrix o Deep Purple.Como siempre andará bien acompañado: Anye Bao a la batería, el bajista Pepe Bao, Álvaro Gandul a los teclados y Lin Cortés, además de otros detalles de presencia.Después del directo del 98 y la gira con BB King, este gitano de dedos prodigiosos deberá esmerarse para impresionar. Algo que no será difícil teniendo en cuenta el amor por el “que nos vamos pallá” con el que decora sus conciertos para el desembote de oídos entumecidos y ganas satisfechas.Para los todavía inquietos puristas – a los que siempre se menciona pero nunca se sabe quiénes son – Amador seguro deleitará con algún palo contundente, solo para decir “ahí queda eso que yo sigo con lo mío”.Decían por ahí que era posible, que quizás y solo a lo mejor, se juntaba Raimundo con otro monstruo de sentencia, Rosendo. Si hay que poner velitas a alguna virgen, oye, que se ponen, ¿eh?Cuenta Raimundo que un día Pepe Habichuela, el maestro, le dijo: "yo duermo con la guitarra debajo de la cama para soñar con música" y desde entonces así lo hace.Para lo que se tercie: el 4 de abril estará en Vigo y el 16 en Mérida

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