Las dificultades del nuevo gobierno vasco: las amenzas de ETA

¿Quién va a ser el valiente?

El reto de acabar con la «anormalidad» de Euskadi se refleja en este hecho. El PNV puede replicar ante las crí­ticas de ser sostén del terrorismo desde el poder, pero ellos no sólo nunca han tenido este tipo de problemas con sus cargos sino que han gozado de una oposición polí­tica amordazada, exiliada y llegado el caso incluso eliminada fí­sicamente.

Ayer mismo en la rensa ya se hacía pública la incorporación de Enrique Palominos, director general de Naturgas, al nuevo Gobierno socialista vasco como consejero de industria. Entraría así en un área fundamental para afrontar la crisis económica, como figura independiente, ya que no posee ninguna adscripción política. Sin entrar en detalles de lo acertado o no de la decisión, aunque de entrada la propuesta de que sea una figura independiente es una opción favorable, esta se ha visto ya ayer mismo truncada, por la anómala vida política y social de Euskadi.Las razones de esta negativa se suman a las mismas que alegó la que era la segunda opción del PSE, Ignacio López Gandásegui, actual presidente de Aernova que había rechazado hace ya unas semanas a la misma propuesta: “razones familiares”.Ante la propuesta de ser consejero, Palomino, sopesaba principalmente este tipo de razones, estaba en consideración por supuesto el reto institucional de dirigir esta área, pero por encima de ello pesaba en la balanza el drástico cambio que se iba a producir en su vida si aceptaba el puesto. Fundamentalmente el hecho de pasar a tener que llevar escolta a todas horas desde el momento que aceptase.Aquí en Euskadi, hacer política se convierte en una tarea de valientes. En unas condiciones donde se está produciendo una cambio institucional y en el que la banda armada está más aislada, débil y deslegitimada que nunca, los problemas para conformar un nuevo gobierno provocadas por el terror son una muestra de cómo era aquí tomar una posición honrada y de frente ante este problema, en los años donde estaban mucho más fortalecidos y donde el Gobierno del PNV, no sólo no deslegitimaba sino que potenciaba y se servía de ello para tener una oposición amordazada.El principal reto del nuevo Gobierno, que ahora debe de tratar de contactar con la que es su tercera opción, es normalizar de una vez para siempre, la vida política aquí, sin dar tregua a todas aquellas posiciones que se enfrenten a ello ya sea directamente o queriendo establecer una equidistancia, porque sólo desde ahí podrá haber libertad a nivel social y a nivel político.

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