Las peculiares recetas del ministro de industria contra la crisis

¡Qué vida más diferente la mí­a y la suya, señor ministro!

Miguel Sebastián, el ministro de industria de un gobierno que considera, en alabras de Solchaga, que “la mejor política industrial es la que no existe”, ya ha planteado sus particulares recetas contra la crisis. Según Sebastián, si no sustituimos en nuestra cesta de la compra productos o servicios extranjeros por nacionales, hasta un valor de 150 euros al año, tendremos la culpa de la pérdida de 120.000 puestos de trabajo.Para estimular el consumo de productos nacionales, al titular de Industria sólo se le ocurrió decir que “en lugar de irse a esquiar a los Alpes podrían hacerlo en Sierra Nevada”. Todo el mundo sabe que esquiar en los Alpes es una costrumbre ampliamente extendida entre nuestros mileuristas.Es evidente que Miguel Sebastián -que antes de ministro fue jefe del servicio de estudios del BBVA, codeándose con el cogollo de la oligarquía financiera- lleva una práctica social "peculiar", donde "esquiar en los Alpes" debe ser una práctica común, renunciar a ella un tremendo sacrificio.Sebastián anima ahora a comprar productos españolas. Es una lástima que ya no podamos adquirir automóviles nacionales –puesto que SEAT se entregó a Volkswagen-, o que nuestras facturas de la luz o el petróleo vayan a ir a parar a las cuentas de la italiana Enel o la rusa Lukoil, próximas propietarias de Endesa y Repsol. El ministro anima ahora a consumir para salir de la crisis. Es también un pequeño contratiempo que, gracias a la “moderación salarial” impuesto durante los últimos años, a la asfixia que supone la sangría de las hipotecas, o al incremento de un millón de parados en el último año, la capacidad de consumo de los españoles haya quedado resentida. Para Sebastián, en un país con un déficit exterior tan amplio como el nuestro, consumir productos nacionales es vital. Se le olvidó mencionar que los responsables de tan abultada deuda con el capital extranjero son los grandes bancos y monopolios –aquellos a los que el gobierno de Zapatero, y particularmente el ministro de Industria, que acaba de regalar 20.000 millones a las eléctricas en virtud del tramposo déficit tarifario, tanto se empeña en rescatar-.Parafraseando al cantautor urguayo Quintín Cabrera, pdríamos gritar: "Que vida más diferente la mía y la suya, Señor Ministro. Mientras yo vivo en un rancho que se cae de pobre, siempre trabajando, usted es un terrateniente que vive en Palacio, rodiao de sirvientes".Que clase más diferente, la mía y la suya, señor ministro.

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