La política exterior de Trump

¿Qué quiere EEUU? ¿Qué planes tiene Trump?

¿Cuáles son los contornos del proyecto de dictadura mundial que los EEUU de Trump están desplegando por todo el planeta?

La llegada de Trump a la Casa Blanca ha desatado una sucesión de sacudidas globales. Desde el peligro de guerra en Oriente Medio y la exacerbación del genocidio en Gaza, a una guerra comercial a golpe de aranceles.

No son golpes aislados. Forman parte de un plan de conjunto para el planeta. No se corresponden a impulsos personales de Trump. Expresan la alternativa de la gran burguesía norteamericana para fortalecer hoy su hegemonía global.

¿Cuáles son esos planes para el mundo de EEUU, la única superpotencia, que el gobierno de Trump ejecuta?

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El plan de Wall Street… y del Pentágono

Para comprender el hilo que une todas las actuaciones de Trump debemos pulverizar dos ideas falsas.

La primera es que Trump es un presidente “voluble” e “imprevisible”. Y se pone como ejemplo que hasta el último momento estuvo dudando sobre si bombardear o no Irán. No es verdad. Los analistas demuestran que fue una complejísima operación planificada durante meses.

La segunda es que “estamos en manos de un loco” que acumula un enorme poder. La realidad es peor. Los grandes nódulos de la burguesía norteamericana han apoyado la política de Trump. Desde grandes bancos como JP Morgan al Pentágono y el complejo militar industrial.

Quienes mandan en EEUU están alineados con Trump. Todos los grandes medios norteamericanos han celebrado el ataque militar a Irán o la imposición en la OTAN del 5% de gasto bélico.

Incluso se otorga más poder a Trump. El Tribunal Supremo de EEUU acaba de derogar que los jueces federales puedan vetar medidas del gobierno. El mensaje es claro: que Trump avance sin ningún freno.

La política exterior de Trump es un plan de conjunto, diseñado en los principales centros de estudios de la burguesía americana, como la Fundación Heritage.

Su contenido está expresado en el lema “Make America Great Again”. Saben que el avance de la revolución y los pueblos del mundo ha empujado a la superpotencia a su ocaso imperial, y buscan revertirlo empleando el enorme poder global que todavía tienen. Por eso necesitan sacudir el planeta.

La política exterior de Trump busca:

-frenar como sea el avance de China, de los BRICS y del Tercer Mundo

-fortalecer la posición global de EEUU, en el terreno militar, económico, político y territorial

-atar más en corto a los países dominados, imponiéndoles un grado mayor de vasallaje y saqueo

Está política de Washington persigue imponer una especie de dictadura mundial, donde los intereses de la superpotencia se imponen por encima de cualquier cosa, sin aceptar límites, amenazando la paz, la democracia y el bienestar. Y da lugar a alianzas antes impensables, como la que ahora une a Trump con Putin, integrante junto a Netanyahu de un auténtico “Trío de la Muerte”.

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Frenar a China. Atacar a los BRICS. Golpear al Tercer Mundo

A los pocos minutos de volver a la presidencia, Trump definió a China como “ nuestro enemigo estratégico”. Y Marco Rubió, el jefe de la política exterior de la superpotencia, declaró al tomar posesión que “China es la mayor amenaza para EEUU”.

El crecimiento de China y su mayor influencia global ataca los cimientos de la hegemonía norteamericana. Detenerlo es la prioridad de Washington.

Queda claro en la guerra comercial, al imponer a China salvajes aranceles del 145%. Y está detrás de casi todas las acciones de EEUU. Al exigir el control del Canal de Panamá, Marco Rubio declaro que estaban “contrarrestando la influencia del Partido Comunista de China en el hemisferio occidental”.

Washington también necesita atacar a los BRICS, la alianza que impulsa una multilateralidad frentea a la unilateralidad norteamericana. Trump ha señalado a los BRICS. Y ha actuado bajo formas brutales. Bombardeando a uno de sus nuevos miembros, Irán. O lanzando furibundos ataques contra Sudáfrica, que se atreve a llevar ante la Corte Penal Internacional a Netanyahu, uno de los peones norteamericanos.

Y EEUU lanza furibundas andanadas contra los organismos internacionales donde el Tercer Mundo ha ganado influencia. Retirándose de la Organización Mundial de la Salud, presidida por un etíope, o socavando el poder de la Organización Mundial de Comercio, encabezada por Nigeria.

Fortalecer la posición global de EEUU o “Make America Great Again”

Todos admiten que el poder imperial de EEUU está en retroceso. Pero sigue siendo la única superpotencia. Y está empleando ese poder para dar golpes que fortalezcan su posición global.

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Reforzar, todavía más, el poder militar

EEUU se ha atrevido a lanzar un ataque militar en suelo iraní. Nunca había sucedido. Persigue poner encima de la mesa una superioridad militar… que pueden usar contra todos. Las sofisticadas bombas capaces de perforar la tierra o los invisibles bombardeos B-52 utilizados contra Teherán son un mensaje para todo el planeta.

El poder de una superpotencia se sustenta en primer lugar en el terreno militar. Trump lo sabe y busca hacer todavía mayor su superioridad.

Por eso ha recortado un 22% las partidas no militares… aumentado un 13% los gastos bélicos. O impulsado un proyecto para construir un “escudo antimisiles” en EEUU dedicándole medio billón de dólares.

Estos mayores gastos militares de EEUU los deberemos pagar el resto del mundo.

Trump acaba de imponer a los países de la OTAN el salvaje mínimo de un 5% del PIB en gasto militar. Busca fortalecer la OTAN. En 1990 el gasto militar de la OTAN suponía un 75% del total mundial. Ahora se ha reducido al 55%. Con la imposición del 5% ese peso de la OTAN en los gastos bélicos globales escalaría hasta el 69%.

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Hacer “más caja” para la burguesía norteamericana a costa de todo el planeta

Donde Trump está desatando una ofensiva más agresiva es en el terreno económico. Como “comercial” de la gran burguesía yanqui Trump les está haciendo ganar miles de millones más… a costa de todo el planeta.

La “guerra comercial” es sobre todo un expolio global. Trump busca que el resto del mundo cargue con el gasto de un arancel extra. Si es del 10% -el mínimo fijado por Trump- supondrá traspasar 300.000 millones del conjunto del planeta a EEUU.

Pero esta no es la única palanca de saqueo. El 5% es militar, pero también económico. Trump exige que el mayor gasto militar se traduzca en más compras al complejo militar industrial norteamericano. Es un negocio de en torno a un billón de dólares.

El G-7 acaba de aprobar una bochornosa medida. 140 países firmaron un acuerdo para fijar un mínimo de 15% en impuesto global que bancos y monopolios pagan por sus beneficios. Ahora el G-7 acuerda que no se aplicará a los de EEUU… al resto sí. Son en torno a 100.000 millones de beneficios de Wall Street que se protegen.

El acuerdo comercial firmado con Reino Unido incluye aranceles cero para muchos productos norteamericanos. Trump ha impuesto a Canadá que retire el impuesto extra del 3% a tecnológicos norteamericanos. Y se anuncia que el tratado entre EEUU y la UE va a ser enormemente favorable para Washington.

Al mismo tiempo fuerza acuerdos “predatorios”. A Ucrania le ha impuesto entregarle sus riquezas naturales. Y detrás de la intervención de EEUU en el acuerdo de paz entre Congo y Ruanda está hacerse con el control de las minas de coltán.

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Más territorio, más poder político

EEUU ya verbaliza sin reparos sus ansias de más territorio. Trump reclama apoderarse de Groenlandia o tomar el control del Canal de Panamá.

Algunas de esas nuevas pretensiones se imponen a sangre y fuego. Como la pretensión de Trump de expulsar de Gaza a todos los palestinos.

Y busca fortalecer a cualquier precio su posición en áreas clave del planeta, aún a costa de amenazar la paz.

EEUU está ampliando más si cabe su presencia militar en Asia Pacífico, emprendiendo maniobras cada vez más amenazantes contra China.

Y no tiene reparos en incendiar Oriente Medio. Washington ha dado carta blanca a Israel para exacerbar el genocidio en Gaza, o atacar Líbano, Siria e Irán. EEUU lanza permanentes ataques contra Yemen. Y ha bombardeado Irán, extendiendo el riesgo de una guerra regional en el área más explosiva del planeta.

Persigue recuperar el terreno perdido en Oriente Medio tras el fracaso de la ocupación de Irak. Minimizando a golpe de bombas la influencia regional de Irán. Y frenando la presencia de China en la zona, golpeando a su principal aliado, o atacando el poder de los BRICS en la cabeza de Teherán.

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Alianzas al alza, vasallos a la baja

EEUU se enfrenta al rechazo general del planeta. Pero para impulsar sus planes, Trump está tejiendo una política de alianzas.

Algunas sorprendentes, como el acercamiento a Putin. Trump está dispuesto a entregar Ucrania a Moscú. Humillando a Zelenski y alabando al invasor. Busca un pacto con Rusia, reconociendo parte de sus ansias expansionistas, para separarla de China.

Junto a Netanyahu, el brazo ejecutor de EEUU en Oriente Medio, Trump y Putin forman un auténtico “Trio de la Muerte”, acorde a los nuevos tiempos de dictadura mundial que EEUU pretende imponer.

Y ese sistema de alianzas con sede en Washington incluye una “internacional ultra”. Con Trump EEUU alienta las opciones más ultras y agresivas. Son el ariete que respalda las opciones más agresivas de la superpotencia, desde el 5% y el genocidio en Palestina a la criminalización contra los inmigrantes o los recortes salvajes contra pensiones o sanidad públicas.

Y, en el otro lazo, EEUU ataca a los que considera sus “países vasallos”. La exhibición de los aduladores mensajes del secretario general de la OTAN, el holandés Mark Rutte, a Trump, asegurando que los europeos “pagarán”, son una humillación pública para la UE.

En todos los terrenos Europa debe pagar más a EEUU, y estar férreamente encuadrada con los mandatos de la superpotencia, prohibiéndole por ejemplo cualquier relación amistosa con China.

Trump busca debilitar al máximo a la UE, sembrando división y aspirando a negociar no con Bruselas sino con cada país, para imponerles condiciones más draconianas.

Mostrando, con las amenazas y ataques contra España, qué se hace con los países que no obedecen sin rechistar.

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Peligro, peligro

La política exterior de Trump es una respuesta a la defensiva para frenar el avance de la revolución y los pueblos del mundo, que han conducido a EEUU a su ocaso imperial. Pero adopta formas ofensivas, y se basa en el enorme poder que Washington todavía atesora como única superpotencia.

Con Trump EEUU encadena golpe tras golpe, y desgraciadamente está consiguiendo éxitos que recrudecen su agresividad.

Para reforzar su hegemonía amenazada, EEUU está provocando una feroz sacudida global. Tienen un plan de conjunto que amenaza los intereses más básicos del conjunto del planeta, atacando la paz, la democracia y el bienestar.

Enfrentar la dictadura mundial de Trump, uniendo hasta la última brizna que se oponga, es una necesidad. Defender una paz amenazada por la agresividad de la superpotencia y su “Trio de la Muerte” se ha convertido en una prioridad.

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