Bajo una atmósfera deliberadamente inquietante, encontramos el horror que se esconde en las relaciones basadas en el dominio y la destrucción
El horror está en casa
Medio siglo después, el culto a «¿Qué fue de Baby Jane?» sigue intacto (aunque algunas escenas han envejecido mejor que otras, como suele pasar).
Aldrich consiguió crear una atmósfera que oscila entre lo puramente inquietante y lo plenamente asfixiante. Las dos protagonistas –Bette Davis u Joan Crawford- pusieron el resto, consiguiendo remontar sus marchitas carreras. Es uno de estos raros films que ganan con el paso del tiempo.
¿Qué fue de Baby Jane? resultó ser un impresionante film de terror en el que el duelo interpretativo de sus dos protagonistas alcanzó cotas de realismo tal, que traspasó la ficción. Se cuenta que en el rodaje, cuando los personajes tenían escenas de extremada violencia física y Bette Davis tenía que apalear a la Crawford, eran tan reales que el equipo tenía que llamar al orden a la protagonista, que se olvidaba del ¡corten! reglamentario y seguía con sus patadas.
Robert Aldrich hizo el mejor regalo posible que se puede hacer a una actriz en el crepúsculo de su estrella: un papel importante que la devuelva al punto de mira, que le permita dar un salto generacional y que la restituya en el filmamento cinematográfico como mito viviente.
Así, en 1962, tras el relativo fracaso comercial y crítico de Los últimos días de Sodoma (1962), que co-dirigió con el maestro Sergio Leone, Aldrich se impone la ardua tarea de adaptar la famosa novela del escritor Henry Farrell, un thriller psicológico de una atmósfera asfixiante y un vigoroso tempo in crescendo. El controvertido Aldrich levanta un filme intenso, enérgico, oscuro y cínico, pero terrorífico y fascinante que tiene su baza más importante en el duelo interpretativo entre dos de las actrices americanas más grandes de todos los tiempos: Bette Davis y Joan Crawford. Por el planteamiento argumentístico, por el hecho de reunir a dos estrellas inmortales del Séptimo Arte, por el buen hacer del Aldrich más vehemente, surge un discurso que parece un cuento macabro y siniestro, la deformación total de la belleza y la destrucción de la inocencia a través de la locura y el rencor.
Cuando la Davis y la Crawford llegan al set de ¿Qué fue de Baby Jane? no se encontraban precisamente en el mejor momento de su carrera. En una etapa tan difícil para una actriz como la madurez (ambas rondaban los sesenta años), las dos actrices consiguieron ir más allá dentro de sus carreras en dos brillantes interpretaciones que bebieron de todo el odio, la envidia y el resentimiento de la propia rivalidad de las grandes divas. Innumerables son las anecdotas que adornan el diario de rodaje de esta película con numerosas descalificaciones cruzadas entre ambas.
¿Qué fue de Baby Jane? adapta la novela homónima del escritor Henry Farell. El argumento plantea la relación entre dos hermanas avocadas a vivir juntas en su madurez. La Baby Jane del título se refiere al personaje interpretado por Bette Davis, una niña prodigio mimada que no puede soportar la muerte de su estrella en la juventud, a la vez que emerge la estrella de su hermana Blanche revelándose como una gran actriz. El pasado de las hermanas apenas es una anécdota de los primeros minutos de metraje porque la película que comienza con los títulos de crédito (con un terrible accidente de coche que acaba con el personaje de Blanche en una silla de ruedas de por vida), se sumerge rápidamente y sin remisión en el drama de las dos mujeres, adquiriendo el aspecto terrorífico de la locura expresada en el cine. De una atmósfera de apacible cotidianeidad vamos pasando progresivamente a un clima asfixiante y espeluznante a través del proceso de inmersión en la locura que experimenta el personaje de Bette Davis.
A partir de entonces comienza el calvario de una mujer postrada en una cama y en manos de su tiránica y trastornada hermana, que vive en su locura la esperanza de recuperar de nuevo el fulgor estelar de antaño. El tempo del thriller avanza in crescendo en una vorágine de violencia física y psicológica, hasta un final redentor o al menos un final que pretende una causa a la locura y que termina por tanto siendo liberador: en la playa, las dos hermanas al borde de la muerte física o mental, acariciadas por la brisa y bañadas por las purificadoras aguas del mar.«La dominación sólo puede conducir a la destrucción del otro, y a la propia autodestrucción»
El “toque Aldrich”
Fue la mano de Robert Aldrich la que posibilitó la adaptación sin contemplaciones de la novela de Farell. Sin duda, se trata de una obra de género pero rebozada de la harina autorial de una personalidad cinematográfica contracorriente y adelantada a su tiempo. Y es que pocos autores podrían haber acometido con tanta sinceridad y riesgo un proyecto que pasado por el tamiz del puritanismo holliwoodiense hubiera derivado en un banal drama psicológico descafeinado y supérfluo.
Aldrich había mostrado ya su vigor narrativo en westerns como Apache (1954), Veracruz (1954) o El último atardecer (1961); también se había acercado al thriller en una de sus mejores películas, El beso mortal de 1955 y había demostrado su eclecticismo con un peplum fallido codirigido con el maestro Leone, Los últimos días de Sodoma (1962).
Pocos meses después de finalizar el esforzado rodaje de este film, Aldrich estrenaba ¿Qué fue de Baby Jane? la que se convertiría rápidamente en una de las obras de referencia de la época, un éxito de público y crítica que logró varias nominaciones a los oscars de ese año(incluído el galardón al Actor Secundario para Victor Buono) y que consiguió hacer despegar las carreras de sus dos protagonistas.
Aldrich lleva su película con pasmosa fuerza y rotundidad. La dicotomía noche/día (luz/oscuridad) marca la línea entre pesadilla y sueño, el sueño idílco del amable devenir de los días en una pequeña población norteamericana y la pesadilla nocturna de una realidad humana vapuleada por los arrebatos de la locura y el resentimiento. Y como no podía suceder de otra forma, la película se va oscureciendo cada vez más y más dejando lugar únicamente para la negrura y la pesadilla; hasta que la verdad haga emerger un nuevo día, un atisbo de luz y de liberación que nace con el avistamiento de la verdad.
La película adquiere las formas del thriller pero si se estrenara hoy seguramente recibiría la etiqueta de terror psicológico. Se trata de un momento en que el cine americano comienza tímidamente a afrontar de forma directa los temas que trata. El tratamiento explícito de la violencia en el filme es sintomático de lo que estaba ocurriendo en el cine americano de la época, el cual tímidamente abandonaba el disfraz del puritanismo para adentrarse en los terrenos de la crudeza del dolor y la violencia expuesta sin tapujos. Mucho de esto tiene que ver con la pérdida de la inocencia de la sociedad americana, inmersa en plena guerra de Vietnam.
Por tanto ¿Qué fue de Baby Jane? Es una obra fundamental en la filmografía de Aldrich (y su aportación más importante al género del thriller) y una película importante en la Historia del Cine por varios aspectos (el enfrentamiento interpretativo Davis/Crawford, la explicitación de la violencia, el tratamiento de la luz -cercano a veces al expresionismo alemán de los años 20-, el acercamiento de forma directa de los temas que trata, etc) que se adentra de forma prematura en los caminos que el cine americano estaba apunto de explorar, los cuales tienen que ver con un cine más comprometido y con una mirada más madura y menos inocente.