La jubilación de los diputados y las multimillonarias pensiones de González y Aznar

Privilegios de casta

Cuando Rosa Dí­ez propuso eliminar los privilegios de los diputados en materia de pensiones, tanto Zapatero como Rajoy se opusieron alegando que «no hay privilegios, sino un tratamiento diferenciado para una actividad diferente».

Pocas semanas desués, la indignación popular ante el recorte de las pensiones -exigiendo 40 años de cotización para cobrar el 100% de la pensión, cuando a los diputados les basta con once- ha obligado a PSOE y PP a retroceder. Los dos principales partidos han acorado poner fin al régimen especial de pensiones que disfrutaban los diputados. Mientras el resto de ciudadanos necesitamos cotizar 35 años para acceder a la pensión completa, los diputados con más de 11 años en cada cámara recibían un complemento para alcanzar el 100% de la pensión máxima. Para los que han estado entre nueve y 11 años, el complemento alcanza hasta el 90% de esa prestación; y hasta el 80% si su presencia ha sido de entre siete y nueve años. Ahora, el Estado dejará de pagar los complementos a los diputados que no alcanzan la pensión máxima. Un gasto que supone más de un millón de euros anuales. La misma semana donde se aprobará en el Congreso la reforma de las pensiones, era demasiado escandaloso mantener los privilegios especiales que se había auto otorgado la casta política. Pero Zapatero y Rajoy se han cuidado en rechazar la propuesta de endurecimiento del régimen de incompatibilidades, que pretendía poner coto a las jubilaciones que cobran los miembros del Ejecutivo y altos cargos que, tras abandonar sus puestos, pasan a la actividad privada. Una realidad que los ejemplos de Felipe González y Aznar ha puesto sobre la mesa. Los ex presidentes del gobierno cobran, por el mero hecho de serlo, un sueldo vitalicio de 74.000 euros anuales. Perciben otro tanto por ser miembros del Consejo de Estado. Esta misma semana se ha hecho público el fichaje de Aznar y González como consejeros externos de Endesa y Gas Natural, dos de los principales holdins energéticos del país. Cobrarán por ello 300.000 y 125.000 euros, respectivamente. El “salario” de Aznar alcanza el millón y medio de euros anuales. Y González percibe una media de 30.000 euros por conferencia. Ambos se hacen de oro poniendo sus contactos políticos al servicio de monopolios como Endesa o Gas Natural, de emporios extranjeros (como el imperio mediático de Murdoch, propietario del Wall Street Journal, en el caso de Aznar, o el plutócrata venezolano Carlos Slim, en el caso de González), y encima debemos sufragarles una pensión pública de 148.000 euros anuales. ¡Que les recorten la pensión a ellos!

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