A día de hoy, a sólo diez días del cambio de tarifas eléctricas, el caos, el desconocimiento y la incertidumbre domina a los consumidores. No se trata de una percepción subjetiva. No se sabe en absoluto cuáles serán las nuevas tarifas (porque no existen), se desconoce qué ventaja ofrece cada empresa (porque no se han ofertado) y ni siquiera están preparado el bono social para los hogares de bajos recursos (porque el gobierno no lo tiene previsto para el 1º de julio).
Hasta el 30 de junio el gobierno no ublicad en el BOE la nueva tarifa de último recurso (TUR) y el modelo de impreso para acogerse al bono social. Requisitos imprescindibles para que cientos de miles de usuarios puedan acogerse al bono, entretanto pagarán la tarifa normal.A día de hoy no están disponibles para las consumidores, porque no existen, las condiciones de los contratos (su duración, su renovación, las penalizaciones por rescisión de contrato de manera anticipada) o ni siquiera se saben las tarifas las “nuevas compañías” van a aplicar. Pero no se trata de un simple error de planificación del gobierno y las eléctricas, sino de un terreno concientemente preparado para un banquete monopolista en toda regla. Además de la subida reglamentada de la tarifa eléctrica, en este “río revuelto” todos (insisto, todos) los consumidores debemos estar preparados para una subida “extra” del recibo. ¿Sabe que según el Real Decreto si usted tiene una potencia contratada por encima de los 10KW y no se cambia a una empresa del “mercado libre”, a partir del 1º de julio será trasladado a una comercializadora de su empresa con una penalización del 5% en la tarifa? Pero al mismo tiempo, las asociaciones de consumidores recomiendan no precipitarse con el cambio de compañía hasta no conocer las condiciones que ofrecen cada una. Lógico. El único inconveniente es que las tarifas, condiciones y ventajas de cada compañía no están disponibles para poder valorar a cuál cambiarse. De momento la recomendación OCU a los consumidores es que no respondan a las cartas de su distribuidora y que no acepten ofertas por parte de las compañías eléctricas hasta que se aclaren las condiciones y tarifas que se van a aplicar a partir del próximo 1 de julio. Malo no cambiarse, malo cambiarse. Cualquiera sea la opción a la que nos acojamos los consumidores, los “pescadores” (eléctricas o gobierno) ya cuentan con sacar una buena tajada en este absoluto caos que han creado a pocos días del cambio tarifario de la luz. El telón de fondo de estos cambios, incomprensibles y caóticos, no es otro que inflar la cuenta de beneficios de los monopolios eléctricos españoles. Se trata del segundo incremento en un año de las tarifas de la luz. Un “regalito” más del gobierno a las eléctricas. La crisis se ceba entre las familias españolas y estos en los 5 millones de parados, pero en el 2008 el beneficio neto de Iberdrola alcanzó los 2.860 millones de euros, un 21,5% más que en el 2007 y los de Endesa ascendieron a 2.014 millones de euros, un 20,5% más que en el 2007. Este año también van por “buen camino” para multiplicar sus ganancias ¿no?