SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

PP y PSOE deben reaccionar ya ante este toque de atención al bipartidismo

EL VARAPALO sufrido por el bipartidismo es la principal conclusión del resultado de las elecciones europeas en España. Al final, no se ha producido la abstención que preconizaban las encuestas -ha habido más participación que en 2009- porque los partidos plantearon estos comicios en clave nacional. Y también porque la izquierda y los independentistas han conseguido movilizar con fuerza a su electorado.

En clave nacional, pues, el análisis empieza por la pérdida de 17 escaños entre el PP y el PSOE, que han pasado de representar el 80% del electorado en 2009 a un históricamente bajo 49%. Los populares han sido castigados por los recortes del Gobierno y por sus incumplimientos electorales, pero también porque Rajoy y Cañete -un candidato que no ha querido ni aparecer en los medios- no han ilusionado a sus votantes. El PSOE, por su parte, ha sido incapaz de capitalizar ni la política de austeridad del Gobierno, ni el descontento social, ni la flagrante corrupción del PP. Rajoy puede decir que ha ganado las elecciones, pero Rubalcaba y Valenciano ni eso, lo que supone un serio aviso que el PSOE debería tener en cuenta inmediatamente. No sabemos qué más necesitan los socialistas para darse cuenta de que Rubalcaba está ya amortizado electoralmente hablando.

La irrupción de Podemos, que se convierte en la cuarta fuerza política del país y entra en la Eurocámara con cinco escaños, ha sido otra de las notas fundamentales de esta convocatoria. Primero, porque se trata de un partido unipersonal con sólo unos meses de andadura. Y segundo, porque ratifica no sólo la mencionada crisis del bipartidismo, sino también la falta de respuestas adecuadas de la Izquierda Unida. Podemos y sus 1,2 millones de votantes es fruto del carisma del televisivo Pablo Iglesias y su mensaje nítidamente antisistema, que tan eficazmente ha extendido a través de las redes sociales. Aunque también de la incapacidad de Cayo Lara de sacar provecho del desplome del PSOE y de movilizar a los desencantados. Es posible que el triunfo de Podemos sea flor de un día, pero no sería la primera vez que un partido sin experiencia ni trayectoria da la sorpresa para quedarse. Ya pasó con Ciudadanos de Albert Rivera, que ha conseguido también entrar en el Parlamento Europeo con dos escaños, y con la UPyD de Rosa Díez, que pasa de uno a 4 eurodiputados.

Del resultado en Cataluña se pueden extraer varias conclusiones. La primera, que CiU y ERC acertaron al concebir la campaña como el preludio de su proyecto de consulta soberanista, como prueba un incremento de la participación de diez puntos respecto de las elecciones de 2009. Y que los republicanos separatistas son los verdaderos triunfadores de esta apuesta. ERC no sólo ha crecido en más de medio millón de votantes respecto de 2009, sino que ha superado a CiU en casi 50.000 votos, aunque en el reparto de escaños la coalición en la que participa Artur Mas (CiU, CC y PNV) haya conseguido un eurodiputado más que la formación de Junqueras.

Aunque sería absurdo extrapolar estos resultados a unas elecciones generales, sí se pueden sacar conclusiones de las tendencias que mostraron ayer los ciudadanos. Y una de ellas es que se ha podido vislumbrar el final del bipartidismo en España por el fracaso de la gestión de los dos grandes partidos nacionales. Por eso, es imprescindible que sean los dos los que propicien de verdad ese movimiento de regeneración democrática que necesita España. Cuanto más tarden PP y PSOE en emprender este proceso, más desencanto continuarán generando.

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