Portugal podrí­a verse forzado a dejar el euro

«La oposición y el Gobierno deben unirse para hacer frente a una «situación extrema», dijo Luis Amado, ministro de Asuntos Exteriores del paí­s, al semanario Expressso. Portugal registró una fuerte pérdida de la confianza de los inversores en las últimas semanas por las preocupaciones sobre la debilidad de Irlanda lo que empujó las primas de riesgo portuguesas a sus mayores niveles desde que adoptó el euro.»

"El aís necesita una gran coaliciónque le permita superar la situación actual", dijo Amado. "Creo que los partidos (políticos) entienden que la alternativa a la situación que afrontamos es eventualmente dejar el euro (…) Esa es una situación que podría hacer que los mercados nos fuercen a considerar", sostuvo. (EL ECONOMISTA) EL PAÍS.- La tormenta financiera reactivada desde el miércoles pasado castiga con especial virulencia a Irlanda (las dificultades graves de su sistema bancario son el detonante del nuevo episodio de crisis), Grecia y Portugal. Pero sería una insensatez descartar que España pueda encontrarse en una situación parecida; y la insensatez no es un lujo que pueda permitirse ya el Gobierno español. De hecho, los repuntes de inquietud en los mercados de deuda acrecientan las probabilidades de que en 2011 sea necesario un nuevo ajuste fiscal, más drástico que el aprobado este año; y conforme pasa el tiempo se agota el plazo para concretar la recapitalización del sistema financiero (con capital fresco), la reforma del sistema de pensiones para que surta efecto a medio y largo plazo y corregir de una vez otros desperfectos en el sistema financiero público, como el gasto farmacéutico, por ejemplo. EL CONFIDENCIAL- No está claro que el presidente Rodríguez se percatara de la trascendencia de lo ocurrido en la reunión del Consejo Europeo celebrada en Bruselas el 29 de octubre pasado. Pero en Bruselas, Angela Merkel impuso las tesis alemanas sobre la forma de abordar las crisis de deuda que puedan surgir a partir de ahora en el seno de la UM: a cambio de aceptar la existencia de un fondo de rescate permanente a partir de 2013, los países que no puedan atender sus compromisos de pago tendrán que enfrentarse a una “quiebra ordenada”, una suspensión de pagos parcial en la que se aplicarán nuevos calendarios de vencimiento, además de quitas en el valor nominal de los bonos en poder de los acreedores, generalmente bancarios. La propuesta alemana ha supuesto encender la mecha del barril de pólvora sobre el que hoy se asientan los denominados PIGS, los países de la periferia del euro, aquejados por problemas de déficits y deuda pública inmanejables Agencias. El Economista Portugal podría verse forzado a dejar el euro El fracaso en adoptar un Gobierno de coalición amplio para hacer frente a la crisis financiera podría provocar que Portugal se vea forzado a dejar el euro, dijo el ministro de Asuntos Exteriores del país. La oposición y el Gobierno deben unirse para hacer frente a una "situación extrema", dijo Luis Amado al semanario Expressso. Portugal registró una fuerte pérdida de la confianza de los inversores en las últimas semanas por las preocupaciones sobre la debilidad de Irlanda lo que empujó las primas de riesgo portuguesas a sus mayores niveles desde que adoptó el euro. "El país necesita una gran coalición que le permita superar la situación actual", dijo Amado. "Creo que los partidos (políticos) entienden que la alternativa a la situación que afrontamos es eventualmente dejar el euro (…) Esa es una situación que podría hacer que los mercados nos fuercen a considerar", sostuvo. Gran parte de la preocupación por el esfuerzo de Portugal para reducir su déficit de presupuesto en las últimas semanas provino de dudas sobre si la oposición social demócrata apoyará el austero gasto de 2011 en el Parlamento. El Gobierno socialista gobierna sin mayoría en el Parlamento y necesita apoyos de la oposición para aprobar leyes. Los socialistas y los socialdemócratas finalmente alcanzaron un acuerdo que llevó a la aprobación del presupuesto 2011 en su primera lectura en el Parlamento este mes, pero los inversores están siguiendo de cerca el proceso hasta la votación final el 24 de noviembre. Los analistas han dicho que dudan de que los socialistas terminen su mandato en 2013, especialmente ahora que los socialdemócratas lideran las encuestas de opinión, pero según la Constitución de Portugal las elecciones anticipadas no pueden realizarse antes de mayo. EL ECONOMISTA. 14-11-2010 Editorial. El País Presión sobre las empresas La tormenta financiera reactivada desde el miércoles pasado castiga con especial virulencia a Irlanda (las dificultades graves de su sistema bancario son el detonante del nuevo episodio de crisis), Grecia y Portugal. Pero sería una insensatez descartar que España pueda encontrarse en una situación parecida; y la insensatez no es un lujo que pueda permitirse ya el Gobierno español. De hecho, los repuntes de inquietud en los mercados de deuda acrecientan las probabilidades de que en 2011 sea necesario un nuevo ajuste fiscal, más drástico que el aprobado este año; y conforme pasa el tiempo se agota el plazo para concretar la recapitalización del sistema financiero (con capital fresco), la reforma del sistema de pensiones para que surta efecto a medio y largo plazo y corregir de una vez otros desperfectos en el sistema financiero público, como el gasto farmacéutico, por ejemplo. El elevado endeudamiento público y privado tiene que ser corregido con más ahorro y con un crecimiento intensivo de la productividad. Que no es trabajar más por menos dinero, como supone toscamente el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. Las consecuencias de las convulsiones financieras se extienden rápidamente hacia las grandes empresas españolas. Sociedades como Repsol, Telefónica o Gas Natural (por no mencionar los grandes bancos, con problemas propios) tropiezan con un encarecimiento genérico de los costes de financiación asociados al empeoramiento de las calificaciones del Reino de España. Los observadores financieros detectan que existe una correlación entre la pérdida de calidad financiera pública y el encarecimiento de la financiación privada. Existe, pero casi nunca es automática; pasa algún tiempo desde el downgrade estatal y el encarecimiento de los préstamos empresariales. Hasta aquí, todo responde más o menos a la lógica implícita en un mercado financiero muy deteriorado. No obstante, hay otras consideraciones de detalle que merece la pena recordar. La primera es que el drama no tiene por qué convertirse en tragedia. Las grandes empresas españolas, esas a la que la retórica al uso les asigna la marca España, integran ingresos, actividades y negocios generados en Europa, Latinoamérica o Asia; el peso del negocio exterior en las cuentas de resultados corporativas no solo es muy elevado en estos momentos, sino que es imparablemente creciente. Obedece a la inercia de la internacionalización, pero también a la evidencia de que la gestión de la economía española tiende a empeorar. La calidad regulatoria española sufre de un proceso continuo de empobrecimiento desde 1996. Cualquier empresario o directivo con memoria podría fechar sin problemas esa descomposición política que, por el momento, se manifiesta en la ridícula política energética del país. No es de extrañar, por lo tanto, que las grandes empresas españolas se acojan a la estrategia de refugiarse en el exterior. Gracias a esa externalización, el impacto sobre la deuda es menor. Juega además como válvula de alivio el hecho de que empresas con recursos y capacidad de gestión hayan cerrado la financiación anual antes de las tormentas de la deuda. No obstante, la financiación anticipada no es la solución si la desconfianza hacia la calidad crediticia de un país se convierte en crónica. ***************************** Economía El lastre de la marca España David Fernández "Se juzga con los parámetros de la deuda y de la prima de riesgo de España. Eso no nos beneficia". Hace dos semanas, Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado del Banco Santander, dijo en público durante la presentación de resultados de la entidad lo que muchos ejecutivos comentan en privado desde hace tiempo. El riesgo país supone un lastre para las compañías en su relación con los mercados de capitales. Ya se vio en mayo, durante la crisis de Grecia, y se ha vuelto a poner de manifiesto ahora con el rebrote de los problemas de Irlanda que han contagiado al resto de economías de la periferia europea. Las empresas españolas han diversificado las fuentes geográficas de sus ingresos. En teoría, este perfil multinacional debería haber servido para que los inversores hubieran diferenciado entre la situación de las finanzas públicas y la salud de las cuentas corporativas. Sin embargo, en la práctica, la reacción no ha respondido a este patrón de comportamiento. El Ibex 35 lidera las caídas en 2010 entre los principales índices bursátiles. El selectivo se deja un 14,35% desde enero, frente a subidas del 13,05% en el Dax alemán, el 7,42% en el Dow Jones de EE UU o el 7,09% del Footsie 100 británico. Además, cuando las empresas españolas acuden al mercado en busca de financiación se están viendo forzadas a pagar una prima superior a la de sus homólogas. El precio de los seguros de impago de deuda (CDS por sus siglas en inglés) de Telefónica, por ejemplo, es el doble de la cotización de los CDS de empresas como TeliaSonera, France Telecom o Vodafone. Es decir, el mercado ve mucho más probable una hipotética quiebra de la operadora española que la de telecos con su misma calificación crediticia. Una situación similar ocurre con los grandes bancos o con Iberdrola. "El origen español de las empresas ahora mismo es un problema", señala Víctor Peiro, director de análisis de Caja Madrid Bolsa. "Los inversores extranjeros, entre opciones parecidas, prefieren no tener riesgo en España. (…) La presión va a seguir hasta que las previsiones financieras de los países periféricos se transformen en hechos. Hay que recordar, por ejemplo, que el propio Fondo Monetario Internacional ha puesto en duda los objetivos de déficit anunciados por el Gobierno español", indica el analista de Caja Madrid. Las compañías saben que la marca España no atraviesa su mejor momento en los mercados de capitales. Por eso aprovechan cualquier ocasión para desmarcarse del mercado local y vender el mensaje de diversificación geográfica. Durante la presentación de la compra del 25% de Garanti, el presidente del BBVA, Francisco González, destacó que al entrar en Turquía, el banco amplía las fuentes de ingresos, y avanzó que en los próximos cinco años la aportación de España a los beneficios bajará desde el 30% actual hasta el 10%. Otro ejemplo de esta estrategia lo ofreció Emilio Botín la pasada semana al presentar la unificación de la marca del banco en Brasil. El presidente del Banco Santander, resaltó la importancia creciente del país latinoamericano en los resultados de la entidad: "Brasil es el país más importante para el grupo" (…) La dependencia de cómo perciban en el exterior a las compañías cotizadas en España es cada vez mayor. Las necesidades de bancos y cajas de reducir sus carteras industriales, sumada a la huida del pequeño inversor de la renta variable por sus necesidades de liquidez y por la competencia de los depósitos, han encumbrado a los inversores extranjeros como los reyes absolutos de la Bolsa con más del 40% del valor de las cotizadas en sus manos, según datos del Servicio de Estudios de BME correspondientes a 2009. "Lo que estamos viendo es un contagio en el sector privado de la desconfianza en los mercados acerca de la solvencia de la economía española. Aunque suene fuerte, lo cierto es que la marca España perjudica en estos momentos a nuestras empresas", reconoce Robert Tornabell, profesor emérito del departamento de control y dirección financiera de ESADE. Cuando han surgido dudas acerca de la solidez de las cuentas públicas españolas, a los inversores poco les ha importado que en la última década las compañías españolas hayan acometido el mayor proceso de internacionalización de su historia. Al cierre del primer semestre de 2010, de cada euro que facturaron los grupos del Ibex 35 (sin contar a ArcelorMittal), algo más de 53 céntimos se generaron en el extranjero. De hecho, la apuesta exterior les ha servido para amortiguar los efectos de la recesión: mientras que las ventas semestrales en el mercado doméstico de los miembros del Ibex cayeron un 1,5% respecto a un año antes, la cifra de negocio exterior experimentó un crecimiento del 13,2%. Beatriz Tejero, directora de estrategia de Banco Sabadell, cree que más que la marca España, lo que están pagando las empresas es la etiqueta de pertenecer a un país de la periferia europea. "El aumento de los problemas en Irlanda ha metido presión a Portugal y luego a España. Es un movimiento similar al que ya ocurrió en mayo con la crisis de Grecia", señala (…) Conscientes de las dificultades que aún presenta el mercado doméstico, en los últimos meses muchas empresas españolas han reforzado su presencia internacional con la compra de algunas compañías extranjeras. Telefónica ha adquirido Brasilcel en Brasil, Banco Santander se ha hecho con la entidad polaca Zachodni, BBVA ha desembarcado en el mercado turco a través de la compra de un 25% del banco local Garanti, ACS ha presentado una opa para hacerse con la mayoría de su filial alemana Hochtief, Ebro Foods ha lanzado una oferta por la compañía australiana Ricegrowers… A estas operaciones hay que añadir la salida a Bolsa de filiales en otros mercados: Santander ha sacado a cotizar su división brasileña y el próximo año prevé hacer lo mismo en Reino Unido, mientras OHL ha realizado el estreno bursátil de su filial mexicana de concesiones a través de una oferta pública de venta (…) En su último informe de estrategia, Goldman Sachs advierte de un daño colateral que no debe pasar desapercibido: las consecuencias financieras para las compañías del incremento de la prima de riesgo en algunos países europeos. "Mayores diferenciales de la deuda soberana en determinados países periféricos supondrán mayores costes de financiación para el sector privado", señalan los analistas del banco de inversión. Según Goldman Sachs, el factor del riesgo soberano impacta en el tejido empresarial de una forma directa a través de mayores primas que tendrán que pagar las compañías cuando acudan al mercado con la emisión de bonos u otros productos de deuda, e indirectamente porque encarece la financiación de los bancos, una circunstancia que las entidades traspasarán a las empresas que les soliciten préstamos. Las dificultades, explican desde la entidad estadounidense, son mayores para aquellas empresas de países de la periferia europea como España, que depende principalmente de los préstamos bancarios y tiene un acceso limitado a la financiación en el mercado de capitales. "Gracias a la fuerte entrada de dinero en el mercado de bonos corporativos, los emisores han sido capaces de acceder este año a financiación con un coste adicional relativamente bajo en relación con los tipos libres de riesgo (entre 150 y 180 puntos básicos más que el bono estadounidense). Por el contrario, el interés de los préstamos permanece en un rango entre el 4% y el 5% a pesar de que el euríbor haya caído al 1%, es decir, una prima dos veces por encima de los niveles previos a la crisis", argumentan. Los problemas de los grupos extranjeros Muchas filiales de empresas extranjeras en España también son un quebradero de cabeza para sus matrices. Así lo han manifestado varios directivos durante sus últimas conferencias con analistas. – Imperial Tobbaco. Alison J. Cooper, consejera delegada, explicó que los volúmenes de cigarrillos en España habían caído "significativamente" como resultado del "difícil" entorno económico. La ejecutiva reconoció que las condiciones en este mercado en 2011 continuarán siendo "desafiantes". – Sara Lee. Mark Garvey, director financiero, explicó que en el negocio de pastelería, las condiciones en España, su principal mercado, continúan siendo difíciles, "lastrando las mejoras que estamos aplicando a nuestro modelo de negocio". – BMW. Friedrich Eichiner, director financiero, definió así el tercer trimestre: "La evolución en EE UU ha sido muy positiva, hemos gozado de un gran comportamiento en China y tenemos algunas debilidades en los mercados europeos, especialmente cuando nos referimos a mercados como España, donde todavía existe una gran presión". – Sanofi-Aventis. Hanspeter Spek, presidente de Operaciones Globales: "El tercer trimestre ha vuelto a ser difícil en el mercado europeo, sobre todo por el recorte de precios. Si tuviera que nombrar el caso más dramático, definitivamente sería España". EL PAÍS. 14-11-2010 Opinión. El Confidencial La prima Valeriano J. Cacho No está claro que el presidente Rodríguez se percatara de la trascendencia de lo ocurrido en la reunión del Consejo Europeo celebrada en Bruselas el 29 de octubre pasado. Él no suele enterarse de mucho en las cumbres, porque en todas aparece con la misma figura de pollo extraviado que lució en Séul haciendo footing con David Cameron, y espera que a su regreso a Madrid la gente de su Oficina Económica le ponga al corriente. Pero en Bruselas, Angela Merkel colocó ese fin de semana un par de banderillas negras a una España que ha quedado lista para el estoque de una crisis de deuda en apariencia inevitable. La señora Merkel, que no soporta a Zapatero, que alucina con la levedad del personaje, impuso en Bruselas las tesis alemanas sobre la forma de abordar las crisis de deuda que puedan surgir a partir de ahora en el seno de la UM: a cambio de aceptar la existencia de un fondo de rescate permanente a partir de 2013, los países que no puedan atender sus compromisos de pago tendrán que enfrentarse a una “quiebra ordenada”, una suspensión de pagos parcial en la que se aplicarán nuevos calendarios de vencimiento, además de quitas en el valor nominal de los bonos en poder de los acreedores, generalmente bancarios. La novedad del planteamiento alemán es que por primera vez los inversores privados, y no solo los contribuyentes, tendrán que apechugar con parte de la factura. Se ha impuesto la filosofía del presidente del Bundesbank, Axel Weber, candidato a suceder a Trichet al frente del BCE, para quien “los tenedores de bonos deben ser parte de la solución y no del problema. Hasta ahora los únicos que han pagado son los contribuyentes". Wolfgang Schäuble, ministro alemán de Finanzas, remachaba el pasado lunes en Der Spiegel el sentido de la propuesta afirmando taxativo que “la UE no se creó para enriquecer a inversores financieros”. A partir de ahora, esos caballeros podrían perder su dinero, o al menos una parte, si “apuestan” mal con la compra de bonos. Pero la propuesta alemana (negociada en Deauville del 18 de Octubre entre Merkel y Sarkozy), la primera iniciativa –de un Gobierno conservador, por cierto- destinada a dar satisfacción a unos ciudadanos escandalizados por el empleo masivo de fondos públicos para salvar negocios privados, fundamentalmente bancos, ha supuesto encender la mecha del barril de pólvora sobre el que hoy se asientan los denominados PIGS, los países de la periferia del euro, aquejados por problemas de déficits y deuda pública inmanejables. Porque a partir de ahora el inversor dispuesto a comprar bonos soberanos no solo estará obligado, as usual, a ponderar la capacidad de ese país para atender sus compromisos de pago, sino que exigirá a tales bonos una remuneración lo suficientemente alta como para compensar la quita que podría sufrir en caso de reestructuración de su deuda. Lo ocurrido a continuación está en las páginas de los periódicos: la prima de riesgo de Irlanda y Portugal ha superado la barrera de los 400/500 puntos básicos, mientras la española llegaba hasta los 221. Toque de rebato, pues, como en aquel infausto domingo del 8 de mayo pasado. Irlanda es un país quebrado y visto para sentencia. El consenso es casi unánime a la hora de considerar que la UE tendrá que utilizar el mecanismo de rescate, los 750.000 millones de euros, esta misma semana (100.000 en el caso que nos ocupa), la misma cifra, más o menos, que exigiría el rescate portugués, pero muy por debajo del esfuerzo que reclamaría España (350.000 millones). Curioso caso el de Irlanda, país anglosajón, que ha hecho los deberes del ajuste y que no necesita afrontar nuevas emisiones de deuda hasta dentro de 6 meses, pero cuyo déficit se ha disparado más allá del 30% del PIB por la decisión de su Gobierno de asumir las cuantiosas pérdidas de su gran banca. Un drama privado convertido en público. Mucho más parecidos a los españoles son los problemas de un Portugal cuya suerte parece también echada tras el deceso irlandés. La bomba que las nuevas exigencias que Merkel ha colocado en la zona euro para socorrer a los “pobres” opera como una reacción en cadena que incluye aumentos del diferencial de riesgo, deuda pública más cara, mayores dificultades para reducir el déficit, menos recursos para inversión productiva, menos crecimiento, más paro… La espiral de la pobreza. Zapatero ha intentado de nuevo engañar a los mercados El Gobierno Zapatero ha hecho -más o menos- los deberes que le habían impuesto en el área fiscal, pero no ha tocado el resto de capítulos, no ha abordado esas grandes reformas –los cambios en la legislación laboral parecen insuficientes para frenar la destrucción de empleo y, desde luego, para crearlo- necesarias para poner en marcha el motor de una actividad económica capaz de permitir a particulares y empresas reducir su endeudamiento, sanear el sistema financiero y crear empleo. Zapatero ha hecho más: con el nombramiento de Valeriano Gómez, un fiel seguidor de las tesis sindicales de Cándido Méndez, como nuevo ministro de Trabajo ha pretendido de nuevo engañar a los mercados metiendo en el congelador la reforma de las pensiones. “tranquilos”, vino a decir ZP a sus inquietos barones regionales, “que esto no se toca hasta después de las municipales y autonómicas de mayo”. La consecuencia es lo que algunos economistas llaman ya con sorna “la prima Valeriano”, que cifran entre 20 y 25 puntos, “porque sin ese anuncio de retirada, la prima de riesgo española jamás hubiera superado la barrera de los 200 puntos básicos”. ¡Qué listo nuestro Zapatero! (…) Todos los problemas de fondo siguen ahí. Los PGE para 2011 se basan en un escenario macroeconómico de difícil cumplimiento (…) En este marco, el Gobierno se verá abocado bien a incumplir su objetivo de déficit, bien a introducir nuevos recortes a lo largo de 2011, bien a subir los impuestos. Ninguna buena noticia para los mercados. Imposible saber, en efecto, de dónde saldrá ese crecimiento del PIB de que hablan los PGE (…) Desde esta perspectiva, la demanda interna tendrá un perfil plano. Por lo demás, imaginar al sector exterior como motor del crecimiento -lo que exigiría una caída de salarios y precios internos impensable en un mercado tan rígido como el español- no pasa de ser una hipótesis de ciencia ficción (…) Rubalcaba opera como Primer Ministro de facto Por lo que al saneamiento del sistema financiero, básicamente Cajas, se refiere, cabe decir que se está cerrando en falso –de aurora boreal la integración de Cajasol en Banca Cívica- y su evolución presenta numerosas incógnitas, la más importante de las cuales reside en saber cómo podrán las entidades que han recurrido al FROB devolver en cinco años los préstamos recibidos al 8,5% de interés. Si, además, el desempleo se estabiliza en tasas alrededor del 20%, la economía mantiene un encefalograma plano y los mercados mayoristas siguen cerrados o restringidos para las instituciones de crédito, el panorama del sistema financiero nacional es cuanto menos preocupante. Los males de fondo siguen, pues, muy vivos, lo que explica que la confianza de los mercados en nuestra economía sea de una extrema fragilidad, haciéndola muy vulnerable a cualquier shock externo o interno. España vuelve a estar en el ojo del huracán de los mercados como lo estuvo en los meses anteriores al verano, de modo que, al socaire de lo que parece inevitable rescate de Irlanda y Portugal, la amenaza de una crisis de deuda vuelve a recobrar una enorme virtualidad. Aunque el viernes se produjo un respiro momentáneo –producto del cierre de posiciones bajistas, con retirada de beneficios- es evidente que las tensiones volverán enseguida. Con una política económica que va muy por detrás de lo que reclaman circunstancias y mercados, la vuelta de España a tasas de crecimiento capaces de estabilizar la ratio deuda/PIB y crear empleo parece una posibilidad lejana. La economía española se enfrenta así a una alternativa inquietante: o bien tendrá que ser rescatada en un horizonte de corto y medio plazo, o bien consolida un período de crecimiento débil, incapaz de generar empleo. Había una solución lógica, incluso patriótica, y solo una: la disolución de las Cámaras y la convocatoria inmediata de elecciones generales. El PNV la ha hecho imposible. Queda aguantar resignadamente año y pico de progresivo deterioro económico, político y moral, con un Rubalcaba que actúa como primer ministro de facto, al frente de la Policía y de la máquina de agitación del Régimen. Una espera por la que sin duda pagaremos un alto precio. EL CONFIDENCIAL. 14-11-2010

Deja una respuesta