Polarización social y crisis económica

«Uno de los mensajes que se están extendiendo más ampliamente entre la mayorí­a de la población es que las próximas generaciones van a tener unos estándares de vida más bajos que los actuales. Se dice que la causa de ello es que «desde hace tiempo estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades». De esta percepción se derivan las polí­ticas de austeridad promovidas por los establishments financieros, económicos, mediáticos y polí­ticos, que tienen como objetivo reducir los estándares de vida de las clases populares, subrayando la necesidad de vivir más modestamente de lo que vivimos ahora, pues los recursos del paí­s no dan para más.»

Este mensaje se ha ido reitiendo durante los últimos 20 años y ha alcanzado la categoría de dogma. Y como todo dogma se reproduce más a base de fe (la fe neoliberal) que a base de evidencia científica. En realidad, los datos muestran que la riqueza, medida por su PIB per cápita, ha aumentado en todos los países de la OCDE (el grupo de países más ricos del mundo, del cual España forma parte) desde la II Guerra Mundial. Este crecimiento, tras unos años de recesión, ha continuado en la mayoría de países de la OCDE. Y es inconcebible que, una vez que las economías se recuperen, la riqueza de estos países disminuya. (PÚBLICO) ABC.- Ya se advierte la temible ira del español sentado en todo cuanto afecta al caso. El ejercicio de desfachatez de nuestros representantes, que se han apresurado a mejorar su situación en perjuicio y agravio de la nuestra, no es de recibo y puede llegar, con o sin protagonismo sindical, a una movilización colectiva de imprevisibles consecuencias. Por primera vez en mucho tiempo los ciudadanos se irritan por una cuestión de principios previa a la inevitable reducción de derechos adquiridos. EL MUNDO.- El papel de China en el mantenimiento de la estabilidad financiera mundial es clave. Hasta hace apenas dos meses era el mayor acreedor de Estados Unidos, y ahora sólo ha sido superado por la propia Reserva Federal, que ha puesto en marcha un nuevo programa de compra de deuda pública, conocido como Quantitative Easing (QE2). También en la Unión Europea el predominio del gigante asiático es cada vez más relevante, puesto que ha aumentado progresivamente la compra de bonos públicos en los últimos años. En España, por ejemplo, la deuda del Tesoro en manos de este país se ha multiplicado por cinco en los últimos 10 años, hasta atesorar algo más de 40.000 millones de euros. Opinión. Público Polarización social y crisis Vicenç Navarro Uno de los mensajes que se están extendiendo más ampliamente entre la mayoría de la población, no sólo en España sino también en la mayoría de países de Europa y de Norteamérica, es que las próximas generaciones van a tener unos estándares de vida más bajos que los actuales. Se dice que la causa de ello es que “desde hace tiempo estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades”. De esta percepción se derivan las políticas de austeridad promovidas por los establishments financieros, económicos, mediáticos y políticos, que tienen como objetivo reducir los estándares de vida de las clases populares, subrayando la necesidad de vivir más modestamente de lo que vivimos ahora, pues los recursos del país no dan para más. Se acentúa en este mensaje que los hijos y nietos de las generaciones futuras vivirán con niveles de vida inferiores a los de sus padres y abuelos. Este mensaje se ha ido repitiendo durante los últimos 20 años y ha alcanzado la categoría de dogma. Y como todo dogma se reproduce más a base de fe (la fe neoliberal) que a base de evidencia científica. En realidad, los datos muestran que la riqueza, medida por su PIB per cápita, ha aumentado en todos los países de la OCDE (el grupo de países más ricos del mundo, del cual España forma parte) desde la II Guerra Mundial. Este crecimiento, tras unos años de recesión, ha continuado en la mayoría de países de la OCDE. Y es inconcebible que, una vez que las economías se recuperen, la riqueza de estos países disminuya. ¿Cómo puede ser entonces que, siendo los países cada vez más ricos, se pronostique que la mayoría de la población será cada vez más pobre? Para responder a esta pregunta hay que entender la evolución de la distribución de la renta y de la propiedad que se ha ido produciendo en estas sociedades. El crecimiento de la riqueza de un país depende primordialmente del tamaño de la población que trabaja y de su productividad. Y ambos factores han ido creciendo. El primero ha sido resultado fundamentalmente de la integración de la mujer al mercado de trabajo. Y el segundo es consecuencia de muchos factores, desde la formación del trabajador a la inversión técnica en los puestos de trabajo y a mejores sistemas de organización y participación en el mundo laboral. Consecuencia de todos estos factores es que la riqueza que se ha ido produciendo en la mayoría de países ha sido considerable. Pero, y ahí está un punto clave, no todos se han beneficiado por igual. La riqueza producida por el mundo del trabajo no ha revertido proporcionalmente sobre los trabajadores. Así, en EEUU, uno de los motores de la economía mundial, el crecimiento de la productividad por hora trabajada ha crecido mucho más rápidamente que el salario horario desde 1995. Y, desde 1999, el crecimiento de tal salario ha descendido notablemente, mientras que el crecimiento de la productividad ha continuado creciendo. Ello significa que las rentas generadas por el incremento del producto no han ido tanto a los salarios como a la clase empresarial y a la clase financiera, que guarda y especula con estas rentas. La evidencia científica muestra que, a mayor desigualdad de rentas en un país, mayor es el desarrollo del sector financiero. Es decir, que a mayor concentración de las rentas y de la riqueza en un país, mayor es el ahorro y la especulación. El porcentaje de las rentas nacionales derivadas del trabajo ha ido descendiendo en EEUU y en la mayoría de países de Europa (incluyendo España), mientras que las rentas del capital han ido aumentando. Dentro de las rentas del trabajo, los salarios son los que representan el porcentaje más bajo de la renta nacional, que ha alcanzado en EEUU, y en la mayoría de países de la OCDE, el porcentaje más bajo desde 1945. En realidad, la situación de las familias trabajadoras se ha deteriorado marcadamente, deterioro que ha sido incluso más acentuado como consecuencia de la crisis. Los salarios en EEUU, por ejemplo, han bajado un 2% durante el periodo 2008-2010, mientras que los beneficios empresariales han subido un 57%. Esta situación ha dado pie a grandes desigualdades. Y esto ha ocurrido también en España. En realidad, España es uno de los países europeos con mayores desigualdades. La renta disponible de la decila superior en España es 10,3 veces mayor que la renta de la decila inferior, una de las desigualdades más altas de la OCDE. Si en lugar de renta hablamos de propiedad, la situación es incluso peor. La concentración de la riqueza en España es de las más acentuadas en la OCDE. Así, el 10% de las familias posee el 58% de toda la propiedad. En realidad, el 1% de la población de renta superior posee el 18% de toda la propiedad. La gran mayoría de la población tiene escasísima propiedad. Como punto de comparación, en Finlandia el 1% de la población más rica posee el 10% de la propiedad, y el 10% posee el 45% de la propiedad. Esta concentración de la riqueza, que se realiza a costa del bienestar de la mayoría de la población, explica el relativo empobrecimiento de las clases populares y también, por cierto, las crisis que estamos viviendo. El enorme endeudamiento de estas clases populares se debe a la pérdida de su capacidad adquisitiva. Y las enormes crisis bancarias se deben a la enorme concentración de la riqueza y de las rentas y su utilización en actividades especulativas. Las causas de esta polarización social son políticas y se reducen al enorme poder que el capital financiero (la banca) y los grandes empresarios tienen sobre el Estado. Y la población lo sabe. Según las últimas cifras del Centro de Investigaciones Sociológicas, la gran mayoría de la población indica que los bancos tienen más poder que los gobiernos, mientras que colocan a las grandes empresas casi en el mismo escalón. PÚBLICO. 23-12-2010 Opinión. ABC El agravio de las pensiones SUPONGO que no hay un solo español sensato, sean cuales fueren su posición política y su situación laboral, que no asuma, al menos en la intimidad —como José María Aznar hablaba en catalán—, la urgente necesidad de abordar una reforma profunda del actual sistema de pensiones. Aún así el asunto se presenta como especialmente conflictivo y cabe pensar que inauguraremos el 2011 con algaradas defensoras del insostenible sistema en vigor. Es así porque la Historia acredita que el español utiliza un sistema lógico para el análisis y el raciocinio y otro muy diferente, antagónico, para establecer los cauces de su conducta. Es algo que puede parecer diabólico a un espectador sobrevenido, pero forma parte de la sorda demanda de justicia distributiva y repulsa de los agravios comparativos que anidan en el corazoncito de los ciudadanos comunes. Consciente de ese estado anímico, el Gobierno del que sigue siendo titular José Luis Rodríguez Zapatero, más lánguido cada día, trata de aplazar el tiempo de las reformas, lo que es temerario, y de producirlas de poco en poco, como los fascículos con los que nos vendieron las enciclopedias o, mejor, tal que los folletines que ilustraban a la mesocracia española antes de que la basura televisiva con patente italiana tratase de secarnos el cerebro con sus abyectos programas en los que la insidia alterna con el mal gusto y el despropósito con la impostura. Posiblemente el escenario para el debate sobre las pensiones —de paro, jubilación o cualquier otra naturaleza— deberá ser el Pacto de Toledo; pero la degradación que establece la talla mínima de los representantes de los partidos en esa comisión parlamentaria —¡Isabel López i Chamosa es la portavoz del PSOE!— invita a otros marcos y consideraciones. Tampoco importa mucho. La clave de la solución del problema reside en una previa rebaja de la privilegiada situación de los senadores, diputados y altos cargos de la Administración en todo lo que afecta a sus derechos pasivos. Sin ella como pórtico de una reforma sustancial, con sus correspondientes drásticas rebajas, no hay nada que hacer. Ya se advierte la temible ira del español sentado en todo cuanto afecta al caso. El ejercicio de desfachatez de nuestros representantes, que se han apresurado a mejorar su situación en perjuicio y agravio de la nuestra, no es de recibo y puede llegar, con o sin protagonismo sindical, a una movilización colectiva de imprevisibles consecuencias. Por primera vez en mucho tiempo los ciudadanos se irritan por una cuestión de principios previa a la inevitable reducción de derechos adquiridos. ¿Estaremos reaccionando? ABC. 23-12-2010 Economía. El Mundo China sale al rescate de la eurozona J. G. El papel de China en el mantenimiento de la estabilidad financiera mundial es clave. Hasta hace apenas dos meses era el mayor acreedor de Estados Unidos, y ahora sólo ha sido superado por la propia Reserva Federal, que ha puesto en marcha un nuevo programa de compra de deuda pública, conocido como Quantitative Easing (QE2). También en la Unión Europea el predominio del gigante asiático es cada vez más relevante, puesto que ha aumentado progresivamente la compra de bonos públicos en los últimos años. En España, por ejemplo, la deuda del Tesoro en manos de este país se ha multiplicado por cinco en los últimos 10 años, hasta atesorar algo más de 40.000 millones de euros. Y ahora, en plena tormenta financiera en el Viejo Continente, el Gobierno chino se ha comprometido a colaborar en la estabilización de la zona euro mediante la adopción de «acciones concertadas», entre las que se incluye la compra de bonos emitidos por los países que se han visto afectados por la crisis de la deuda soberana, según informaba ayer el diario Financial Times. También otro rotativo económico, el luso Jornal de Negocios, afirmaba ayer que China estaría dispuesta a invertir entre 4.000 y 5.000 millones de euros en deuda soberana de Portugal, especialmente durante el primer trimestre del próximo año, cuando más vencimientos de deuda se concentran en Portugal. Según varios funcionarios chinos, el viceprimer ministro encargado de supervisar la economía, Wang Qishan, ha ofrecido garantías de que China respaldará «si fuera necesario» los esfuerzos para estabilizar la eurozona. Estas declaraciones vienen a reforzar el compromiso del presidente chino, Hu Jintao, ante la crisis de deuda de la eurozona. Durante un reciente viaje a Portugal, apuntó que Pekín podría adoptar «medidas concretas» para ayudar al país luso a superar sus problemas de deuda. Esas medidas se habrían concretado ahora, con un acuerdo entre las dos partes para que China compre fuertes cantidades de deuda directamente en las subastas o bien en el mercado secundario con el fin de frenar la escalada de rentabilidad exigida por los inversores. El mayor mercado chino La UE es el principal mercado para la exportaciones procedentes de China, por lo que el gigante asiático tiene un gran interés en la estabilidad de la región. En concreto, los intercambios comerciales entre ambas potencias alcanzaron un valor de 434.000 millones de dólares (330.467 millones de euros) en los 11 primeros meses del año, un 30% más que en el mismo periodo de 2009, informa Europa Press. «Desde el punto de vista de Europa agradecemos el apoyo de China a los esfuerzos europeos e internacionales apara salvaguardar la estabilidad financiera en Europa», dijo el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, en respuesta a los comentarios de Wang. «El epicentro de la crisis de deuda ha sido Europa y es importante y apreciado que nuestros principales socios internacionales, incluyendo a China, expresen su apoyo a estos esfuerzos tanto verbalmente como a través de hechos concretos», añadió. Las autoridades chinas otorgan a la composición de sus reservas en divisas internacionales la consideración de secreto de Estado por lo que los representantes de EEUU y la UE subrayan la dificultad de establecer una aproximación de los movimientos en el mercado de China. Sin embargo, varios analistas consideran que, ante el volumen de las reservas chinas y su necesidad de diversificar sus inversiones al margen de los bonos del Tesoro de EEUU, China cuenta con pocas alternativas distintas a la compra de bonos europeos. La noticia sobre un posible acuerdo con Portugal tuvo un ligero impacto en la cotización de la deuda pública española, cuya rentabilidad a 10 años bajó hasta el 5,46%. No obstante, el diferencial con Alemania se encuentra aún por encima de los 250 puntos debido a una menor tensión en el papel público germano. Aún así, los inversores miran con buenos ojos estas noticias, que podrían ayudar a calmar las tensiones durante 2011, cuando los vencimientos de deuda en la zona euro alcanzarán el billón de euros. En España, la deuda en manos de no residentes supone casi la mitad de todo el saldo vivo -unos 240.000 millones de euros- aunque el mayor acreedor es, por el momento, Francia y los Países Bajos, con cerca del 50% de la deuda en manos de extranjeros. Alemania, sin embargo, casi ha reducido a la mitad su posición como acreedor de España. Y desembarca en España El poder chino en España. El titular de la revista Actualidad Económica -a la venta desde ayer- no es casual, como pone de manifiesto un jugoso reportaje que analiza la evolución de la comunidad empresarial china radicada en España, que de las primeras tiendas de ultramarinos ha dado el salto a los comercios de moda y los pequeños conglomerados industriales. Pero el proceso no acaba ahí. Durante el año 2011, las grandes multinacionales chinas empezarán a llegar a la Península, como demuestra la próxima apertura de una oficina del ICBC, uno de los mayores bancos del mundo. No obstante, la joya de la corona de este desembarco será Estremera, donde está a punto de aprobarse un proyecto de 2.500 millones de euros impulsado por inversores chinos que llenará esta pequeña localidad madrileña de fábricas, hoteles de lujo, complejos para exposiciones y naves (…) EL MUNDO. 23-12-2010

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