23-F: Las manifestaciones contra los recortes tienen que ser un éxito

Podemos impedirlo

Las movilizaciones convocadas por los sindicatos contra la ampliación de la edad de jubilación tienen que ser un éxito. Es mucho lo que nos jugamos. Nos preparan un draconiano plan de recortes sociales. Pero podemos impedirlo. El alcance del «ajuste duro» impuesto por Zapatero contra nuestras condiciones de vida -y del cual todaví­a solo conocemos los primeros pasos- ha obligado a los sindicatos mayoritarios a convocar, bajo el lema «En defensa de las pensiones. No al retraso de la edad de jubilación», una cascada de manifestaciones que, desde el 23 de febrero al 6 de marzo, se sucederán en todas las capitales de provincia. Debemos aprovechar estas condiciones para imponer otra salida a la crisis.

La manifestación del 12-D en Madrid, aún con todas las limitaciones imuestas por las cúpulas sindicales, demostró la capacidad de incidencia cuando la clase obrera salta a la escena política. Por primera vez se apuntó hacia la gran banca, y se exigió que sus ingentes recursos se pusieran al servicio de acabar con el paro y salir de la crisis.Quieren imponernos un ajuste sin precedentes contra la población.Las principales burguesías europeas buscan descargar sobre los países más débiles y dependientes, como España, la factura de la crisis. Están dispuestos a degradarnos hasta una especie de “tercera división” europea, junto a Grecia, Irlanda o Portugal, para asegurarse el cobro de la ingente deuda que la banca española ha contraído con ellos, y que han empleado en financiar su expansión internacional.Y la gran banca pretende que seamos nosotros, a través de un draconiano plan de recortes sociales, quienes paguemos sus deudas.La tijera a las pensiones, la reforma laboral o la subida de impuestos, amenaza con ser sólo un aperitivo de lo que nos espera. Están planificando rebajarnos un 25% el salario, condenándonos a un severo empobrecimiento durante una década, para que ellos mantengan sus beneficios.Pero ese plan de ajuste duro está generando el rechazo del 95% de la población. Y ellos saben que esta es su principal debilidad.Los mismos medios del gran capital europeo que han impuesto a Zapatero los recortes, saben que España no es Irlanda. Aquí no es posible aplicar el ajuste sin respuesta. Y la movilización de la clase obrera abre una espita de consecuencias imprevisibles.Este es el escenario abierto por la convocatoria de movilizaciones. Y que debemos aprovechar. Hay que transformar el rechazo aplastante a los recortes en una potente fuerza que impida la aplicación de sus proyectos.Y para ello hay que señalar en primer lugar a los auténticos responsables.No hay que movilizarse para “defender el sistema de pensiones”, como dicen los sindicatos, sino para denunciar como nos enfrentamos a un proyecto auspiciado por las grandes burguesías europeas y los grandes bancos y monopolios españoles… y ejecutado por el gobierno de Zapatero.Zapatero no es “inconsecuente” en la defensa de la protección social, como le critican las cúpulas sindicales, sino el auténtico “conserje” de Botín, dispuesto a aplicarnos su draconiano plan de recortes.No es admisible que los sindicatos convoquen movilizaciones ante el punto que más rechazo social suscita -la ampliación de la edad de jubilación-, mientras aceptan la reforma laboral que pregona “más flexibilidad laboral”, o firman un ridículo incremento salarial del 1% para este año que es en realidad una rebaja de sueldo.En la manifestación del 12-D, las cúpulas de CCOO y UGT intentaron edulcorar la movilización agitando el espantajo de “los empresarios sin escrúpulos que se aprovechan de la crisis”, para ocultar la responsabilidad de la gran banca y la política de Zapatero.Es necesario, como sucedió el 12-D, que en la manifestación del 23-F aparezca otra línea que señale a los auténticos responsables. Y que, frente a la orientación a la defensiva impuesta por las cúpulas sindicales (“que no nos recorten más la pensión”) resuene la exigencia de una salida a la crisis favorable a los intereses populares, colocando todos los ingentes recursos de la banca al servicio de acabar con el paro y salir de la crisis.Es imprescindible que las movilizaciones convocadas sean un éxito. Por su participación, y por la línea que impriman en la batalla contra la crisis. Es mucho lo que nos jugamos.

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