Las bases militares de EE UU en Perú

Perú: ¿la nueva fortaleza USA?

Huamanga es la ciudad más cercana a la zona de los valles de los rí­os Apurí­mac y Ene, conocida como VRAE, una de las tres regiones del paí­s donde se concentran los cultivos de coca y donde se mantienen concentradas las últimas fuerzas del debilitado Sendero Luminoso.

Estados Unidos ha vuelto la mirada hacia Perú ara buscar un lugar donde trasladar su actual base militar de Manta, en Ecuador, luego de la decisión del presidente Rafael Correa de no prorrogar el permiso para la cuestionada base, que Estados Unidos deberá abandonar en 2009.En 2007 Washington ya habrí­a iniciado gestiones ante el Ministerio de Defensa del Perú para instalar una base militar en territorio peruano y el entonces ministro de Defensa, Allan Wagner, se habrí­a mostrado abierto ante esa posibilidad. Incluso los norteamericanos ya estarí­an evaluando diversos lugares en Perú como posibles sedes de una futura base militar en la región. El departamento de Piura, ubicado en la costa del Pací­fico, a unos 1000 kilómetros al norte de Lima y cerca de la frontera con Ecuador, es el lugar que mayor interés habrí­a despertado en el Pentágono para instalar su nueva base militar en la región.El ministro Allan Wagner viajó a Estados Unidos acompañado por el jefe del Comando Conjunto de las fuerzas armadas peruanas, el almirante Jorge Montoya, para reunirse con el secretario de Defensa Robert Gates.El despacho de Wagner se limitó a informar que el viaje del ministro y del jefe de las fuerzas armadas tení­a como objetivo «fortalecer la cooperación entre ambos paí­ses en el campo de la defensa», sin dar mayores detalles.El titular de Defensa también se reunió con congresistas norteamericanas para solicitarles apoyo para la ratificación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Perú.El gobierno de Alan Garcí­a está especialmente interesado en la aprobación del TLC y ha priorizado en su polí­tica exterior un acercamiento a Washington. Esta combinación de conversaciones para «mejorar la cooperación en defensa» y de gestiones paralelas a favor del TLC suscitan suspicacias sobre lo que se podrí­a estar negociando a cambio de la ratificación del TLC.El mismo dí­a que Wagner y el jefe de las fuerzas armadas viajaban a Washington, el gobierno autorizó el ingreso a territorio peruano de militares de Estados Unidos para que realicen «actividades de entrenamiento» a las fuerzas de seguridad peruanas que combaten lo que el gobierno llama «narcoterrorismo», un término usado para poner como un mismo objetivo el narcotráfico y los rezagos que quedan del grupo subversivo maoí­sta Sendero Luminoso.Mientras el gobierno mantení­a una frágil tregua con los cocaleros luego de firmar un acta para detener las erradicaciones de la hoja de coca y de dar marcha atrás al poco tiempo por presiones de la embajada norteamericana, un grupo de militares de ese paí­s llegó hasta la ciudad de Huamanga, en Ayacucho, para reunirse con sus colegas peruanos.Huamanga es la ciudad más cercana a la zona de los valles de los rí­os Apurí­mac y Ene, conocida como VRAE, una de las tres regiones del paí­s donde se concentran los cultivos de coca y donde se mantienen concentradas las últimas fuerzas del debilitado Sendero Luminoso. Su presencia no fue difundida por los medios locales. En febrero de 2007 se llevaron a cabo, en Lima y en la base aérea de Chiclayo, a sólo 250 kilómetros de Piura, las maniobras Halcón-Cóndor. Esta fue la primera vez que las fuerzas aéreas de ambos paí­ses realizaron un ejercicio conjunto de combate, en el que participaron 150 militares norteamericanos con aviones caza F-16 y naves de Inteligencia y Comunicaciones Awacs.Los norteamericanos están muy interesados en poner una base militar en el Perú. Si eso se llegara a concretar, serí­a muy peligroso para el Perú porque podrí­a implicar el involucramiento en el conflicto armado de Colombia, ya que la información procedente de esta base servirí­a para realizar operaciones militares en Colombia. Implicarí­a una pérdida de soberaní­a del Perú y una inseguridad fronteriza para el paí­s.El lí­der opositor de Perú Ollanta Humala denunció la existencia en la selva de su paí­s de una base militar de Estados Unidos que, valiéndose de la aplicación del Plan Colombia, busca controlar los recursos naturales en la amazoní­a.»Lo que ya existe en la selva peruana es una base de Estados Unidos que está en camino de fijar su residencia», alertó Humala.Agregó que las bases implantadas «pueden ser fijas o móviles, y lo que está sucediendo es que al interior de los cuarteles de la Marina y posiblemente también de la Fuerza Aérea, están instalados y despachando oficiales y personal técnico militar de Estados Unidos».Mientras diversos gobiernos de la región cuestionan la decisión de Washington de resucitar, después de 58 años, la Cuarta Flota de la Marina de Estados Unidos para patrullar los mares de América latina, el gobierno peruano ha dictado una ley para facilitar sus operaciones, permitiendo que los buques de guerra norteamericanos utilicen los puertos peruanos. Esta ley fue aprobada por el Congreso, casi sin debate y con el apoyo del oficialismo, el fujimorismo y la derechista Unidad Nacional, durante una sesión nocturna en la que también se aprobaron otras dos normas exigidas por Washington para poner en marcha el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos paí­ses, que entró en vigencia el 1º de febrero. Estados Unidos tiene una importante presencia en seis bases peruanas, ubicadas en las zonas donde hay narcotráfico y guerrilla, y cerca de la frontera con Colombia. Junto a estas normas que permiten la presencia militar de Estados Unidos en el paí­s y facilitan sus operaciones navales en la región, el gobierno de Garcí­a también ha ordenado la realización de operaciones militares junto con Colombia en julio de este año.Para las operaciones de la Cuarta Flota era clave para Estados Unidos tener una base en el Pací­fico sur, y ya lo han logrado gracias a la decisión del gobierno peruano. El Perú se convierte en un apostadero de la Cuarta Flota norteamericana para sus operaciones en América del Sur. Estados Unidos tiene el apoyo irrestricto del Perú para realizar operaciones militares en la región.Estados Unidos busca recuperar presencia polí­tica y militar en la región, defender sus intereses estratégicos y mostrar que las aguas de América del Sur forman parte de esos intereses. La intención de Estados Unidos es tener una fuerza operativa en América latina que responda ante cualquier eventualidad. Eso no va cambiar con el gobierno de Obama

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