ETA reconoce que está mal. Muy bien.

Persistir en la firmeza

En una entrevista «concedida» a su «periódico» y órgano de propaganda, ETA reconoce, en ese juego habitual suyo de palabras trucadas, que está mal, francamente mal, «que en los últimos meses no mostró una lí­nea suficientemente fuerte». Muy bien. Nos alegramos profundamente. Porque esta debilidad de ETA ha sido producto de la lí­nea de firmeza demostrada frente al terrorismo etarra y frente al nacionalismo étnico, obligatorio y excluyente. Ha sido producto de la lí­nea de no negociación con ETA. Ha sido producto de la movilización ciudadana, de la denuncia polí­tica, de la persecución policial y de la actividad judicial.

Pero, como ETA misma vuelve a “ilustrarnos” en su lenguaje erverso, está preocupada porque el poder autonómico en el País Vasco haya pasado “a manos de la alianza fascista española”. Traduzcamos. ETA está seriamente preocupada porque el desalojo de Ibarretxe de la residencia del lehendakari en Ajuria Enea supone un golpe muy decisivo contra ETA. Por ejemplo, supone, ni más ni menos, que la policía vasca se dedique también, como el resto de fuerzas policiales españolas, a perseguir a ETA.Y para colmo de su debilidad y cobardía, ellos, terroristas de oficio a los que no les importan las víctimas, critican al Gobierno español de querer que alguien muera en un atentado no alertando de los avisos de bomba. Está claro, hay que persistir en la línea de firmeza hasta la derrota total, completa, definitiva y cabal del terrorismo de ETA.

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