Cargando...
Artur Mas está cada vez más solo. A la «deserción» de Unió de su proyecto soberanista, se le une la oposición de las élites.
El próximo 14 de febrero, todas las organizaciones empresariales catalanas organiarán un acto en el que exigirían “la defensa de la empresa” y “un clima de diálogo y pacto entre los gobiernos central y catalán”.
Una iniciativa surgida desde el seno de Fomento del Trabajo Nacional –la patronal histórica catalana, que ostenta ahora mismo la presidencia de la CEOE-. Y al que se han sumado todos los centros emblemáticos de la burguesía catalana Únicamente falta, por un mero problema formal, el apoyo del Cercle de Economia, presidido por Josep Piqué, ex ministro de Aznar.
El mensaje, como clase, de la burguesía catalana al gobierno de Mas es tajante: “sus delirioso no pueden perjudicar nuestros negocios”.«Mas ni siquiera tiene el apoyo de los centros de la burguesía catalana en su aventura soberanista»
El 25% del negocio de las grandes empresas catalanas están en el mercado catalán, el 25% se destina a la exportación… y el 50% se dirige hacia el mercado español.
Al mismo tiempo, La Caixa y los principales monopolios vinculados a ella –Agbar, Repsol…- ganan terreno y poder en toda España.
Comprenderán ahora que a la gran burguesía catalana no le interese demasiado enfrentarse a su principal nicho de beneficios.
¿Pero entonces… a quién representa Mas? ¿No era un mero gestor de los intereses de la gran burguesía catalana?
Lo que aparece es que la “clase reinante” catalana, amparada en el escandaloso poder que el gobierno autonómico le confiere, ha adquirido un “vuelo propio”… que ni siquiera secundan sus progenitores.
Lo que le confiere una inusitada radicalidad… pero que también explica su absoluta debilidad.