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Pelea de sabios: voto particular ante medidas que «perjudican a las rentas modestas»

Los sabios han vivido broncas más que sonadas ante la división interna que han generado las medidas que proponían. La mayoría de ellos ha cedido en sus postulados y todos han intentado evitar una imagen de división, según revelan a Vozpópuli fuentes de ese grupo. Los sabios intentaron hasta el último momento evitar votos discrepantes pero, finalmente, no lo consiguieron hasta el punto de que el catedrático de Derecho Financieron y Tributario de la UNED, Pedro M. Herrera Molina, decidió enviarles por escrito un voto particular. «No me consta que existan datos concretos que demuestren esa afirmación», dice entre otras cosas ese voto que acusa veladamente de disfrazar de economía algunas medidas respaldadas sólo por la ideología de los organismos internacionales que las han impulsado.

Entre las propuestas más polémicas de la comisión se encuentra la de de terminar con todas las desgravaciones en el Impuesto de la Renta, sustituyéndola por «una cuantía fija notablemente inferior a los mínimos actuales». «Parece claro que esto perjudicaría a los perceptores de rendimientos de trabajo y, especialmente, a las personas con bajos ingresos», concluye el catederático que apuesta por «equilibrar favorablemente el tratamiento de los rendimientos del trabajo (particularmente los de modesta y media cuantía).

Igualmente, los sabios discrepan sobre la posibilidad de gravar la propiedad de las viviendas algo que Herrera Molina califica de «un fenómeno poco frecuente y en claro retroceso». «En unos momentos en que la morosidad de las hipotecas bancarias es muy elevada, establecer un gravamen adicional por el ‘disfrute’ de la vivienda propia generará notables injusticias y puede darse el caso de que el contribuyente no disponga de la necesaria liquidez para hacer frente al pago del impuesto», concluye en el escrito remitido al resto de miembros de la comisión.

Según ese voto particular, «el gravamen afectará a muchos perceptores de rentas medias y también podría afectar a ciertos grupos de perceptores de rentas bajas (pensemos en pensionistas o en parados de larga duración)», afirma. De hecho, en su oposición a la medida, Herrera Molina recuerda que es una figura que ya estuvo en vigor desde 1978 hasta la ley 40/1998 cuando fue derogado. Al margen de los problemas que tendría determinar el valor de la vivienda en estos momentos de crack inmobiliario, el catedrático.

Por último, protesta también ante la posibilidad de terminar con la deducción por vivienda en un plazo de hasta cinco años ante lo que se describe como «pernicioso incentivo para que los préstamos no se amorticen inmediatamente». «No me consta que existan datos que soporten esa afirmación –reza el voto discrepante que concluye: «en una situación de aguda crisis económica y de notable morosidad en el pago de hipotecas, el número de contribuyentes que podrían amortizar anticipadamente los préstamos hipotecarios será, probablemente, muy reducido».

Pelea de sabios

La posición discrepante de Herrera Molina ha causado malestar entre sus compañeros de comisión que confiesan haber hecho concesiones en otras áreas en favor de un consenso que finalmente se ha roto. De hecho, la mayoría de las medidas han sido aprobadas sin unanimidad, revelan fuentes de la comisión.

Las opiniones discrepantes de los sabios han comenzado a engordar con el cruce de adjetivos como el que otro de los vocales de la comisión ha dedicado a quienes han criticado la medida. Fernando Fernández, antiguo director del servicio de estudios de SCH y rector de la Universidad Europea, calificó de “demagogia populista” la idea de que gravar el IVA retrae el consumo o sea “regresivo” y ante las críticas a las subidas de impuestos concluyó: “este país tiene esquizofrenia fiscal: quiere impuestos de tercer mundo pero servicios de primer mundo”.

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