Cumbre de la ultraderecha europea en Madrid

Patriotas por Europa, Eurotrumpistas, o lo que diga la rubia

Detrás del seguidismo desvergonzado de la extrema derecha europea respecto a Trump no sólo hay admiración y ganas de emular el ultrareaccionario programa ideológico y político del trumpismo en cada país de Europa. Son y quieren ser los vasallos de EEUU en la UE. ¡Vaya patriotas!

Los ultras de toda Europa están ebrios, exultantes, engorilados de éxito. Su patrón ya está por fín en la Casa Blanca, y ha empezado pisando fuerte. Están convencidos de que los vientos que soplan al otro lado del Atlántico les van a llevar muy lejos.

Este es el ambiente en el que los líderes de la extrema derecha europea -los del grupo parlamentario ‘Patriots’- se han reunido en Madrid, con Vox como anfitrión. Un aquelarre ultrareaccionario al que han acudido el húngaro Víktor Orbán, la francesa Marine Le Pen, el italiano Salvini, el holandés Geert Wilders, o el líder de la Chega portuguesa, André Ventura.

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Trump, ¡aleluya!

“Todos han alabado a Trump”. Así ha descrito en su cuenta de Bluesky el aquelarre ultra en Madrid el historiador y experto en extrema derecha europea Steven Forti.

«La cumbre de Patriots for Europe en Madrid no es nada más que teatro y propaganda. Quieren mostrarse fuertes, aprovechando la ola trumpista y el sostén de Musk, pero se han arrodillado frente al nuevo ‘Dios’. Es decir, han explicitado que son y quieren ser: no solo el caballo de Troya del trumpismo en la UE, atacada duramente en todas las intervenciones, sino directamente los vasallos de EEUU”, dice Forti.

Y desde luego este experto da en el clavo. La cita, patrocinada por Vox en Madrid, ha mostrado a unos ultras europeos más envalentonados que nunca. Llevaban meses esperando la toma de posesión de Trump, cuya luz les pasma como un faro. Tanto es así que el lema «original» del cónclave ‘Hacer Europa grande otra vez’, aunque luego Abascal lo ha cambiado por un más castizo -y rancio- eslogan: «reconquista».

Un lema que ha dado mucho juego. Tanto para hablar del disparate racista de «el gran reemplazo» y de la identidad racial del Viejo Continente, «amenazada por la invasión islámica», como para enviar mensajes en clave española. “Santiago está mucho más cerca de ser presidente y Pedro Sánchez de ir a la cárcel con todo su gobierno corrupto”, le ha dicho a Abascal el jefe de la Chega portuguesa, André Ventura, desatando los aplausos de los asistentes.

En sus delirios, los ultras se han pasado la cumbre hablando de erradicar la diversidad racial o sexual, luchando heroicamente contra las «políticas woke» que “dañan la civilización cristiana” y pretenden “reemplazarla con su utopía enfermiza”. “Es la reconquista de los valientes en el sentido común, de la fe, el trabajo duro de los europeos”, y «en la familia tradicional y normal: una madre, un padre y muchos niños”, se han arengado a sí mismos.

Pero en realidad, lo sepan ellos o no, estos «patriotas» europeos se han encomendado en la reconquista de un orden mundial unipolar -con EEUU como emperador- que declina cada día, y donde Washington pierde poder e influencia, también en Europa.

Así pues, también han recibido los calurosos saludos de otros «patriotas» del otro lado del Atlántico. De Javier Milei desde Argentina, comprometido a imponer todas las feroces políticas antipopulares que le ordene el FMI; de Nayib Bukele desde El Salvador, comprometido para hacer hueco en sus macro-cárceles a todos los migrantes que Trump tenga a bien enviarle;… y de la líder de la oposición en Venezuela, María Corina Machado, que ha dado las gracias a Patriots por su apoyo en el Parlamento Europeo. “Ustedes son familia”, les ha dicho. Tomen nota.

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¿Accionistas o empleados?

Si el eslogan que escoges para una cumbre es «Hacer Europa grande otra vez» sólo hay dos opciones. O bien padeces de una irremediable falta de imaginación… o bien todo tu programa ideológico y político se reduce a hacer literalmente un corta y pega de lo que diga u ordene el actual inquilino de la Casa Blanca. ¿Se acuerdan del chiste aquel que decía «lo que diga la rubia»?

Resulta realmente curioso que los que tantos golpes de pecho se dan acerca del patriotismo, de la defensa intransigente de los valores y los intereses patrios contra cualquier contaminación exterior… defiendan de manera tan desvergonzada el seguidismo hacia un líder y un gobierno extranjero, el de Trump en EEUU, que se dispone a imponer duros aranceles a las mercancías europeas, perjudicando gravemente los intereses nacionales que ellos dicen vindicar tan ardientemente.

¿Qué dirá Vox cuando Trump vuelva a imponer brutales aranceles a ese campo español que ellos reclaman orgullosos como granero de votos? ¿Qué dirá Le Pen cuando el vino o el queso francés sea marcado con barreras aduaneras del 25% o del 60%? ¿Lanzarán a sus hordas a quemar los productos ‘made in USA’ cuando desembarquen en los puertos? ¿Propondrán un boicot al gas y el petróleo norteamericano?

No, claro no lo harán. Porque detrás del mimetismo enfermizo, del seguidismo desvergonzado no sólo hay admiración y ganas de emular el ultrareaccionario programa ideológico y político de Trump en cada país de Europa.

Hay una relación de subordinación. La misma que tiene un empleado con su jefe, o el director de una sucursal con la oficina central. El poder y los huesos -es decir, la promoción política y/o la financiación- que reciban del amo depende del grado de acatamiento a las directrices norteamericanas. Cuantos más grados de inclinación tenga la genuflexión, más abultado será el sobre de Washington.

Son pequeños accionistas de Trump S.A. y quizá se crean dueños de una alíquota de la empresa, pero dependen de las decisiones de los despachos del último piso. Así le ha pasado al líder de la ultraderecha británica, Nigel Farage. Tras promocionar a los neonazis alemanes, el embajador de la dicordia de Trump, Elon Musk, también se ha comprometido a relanzar a la extrema derecha de Reino Unido, UK Reform. Pero el tecnomagnate ha decidido que su líder histórico -e histriónico-, Farage, ya no tiene tirón. Y les ha ordenado que se deshagan de él si quieren su firma en el cheque.

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Misiones de Washington

Los ultras europeos tienen varias misiones importantes que cumplir para Washington.

Una es que -como en su primer mandato- Trump va a buscar una UE lo más débil y deslavazada posible, buscando en el máximo descosido de las costuras de Europa las mejores condiciones para que EEUU pueda imponer sus intereses a cada país desde una posición más dominante. La quinta columna para ello son las fuerzas ultras, tan hostiles a las imposiciones de Bruselas como serviles y afectas a las de Washington.

Marteen Wolverink

La segunda es la exportación del mismo modelo económico y social que Trump está tratando de implantar en EEUU, y que el republicano ofrece al resto de clases dominantes. Un modelo donde la tiranía de las oligarquías financieras y monopolistas se imponga de manera aún más draconiana e intransigente. Donde los derechos sociales y laborales sean laminados, las libertades jibarizadas, y se multiplique la «libertad» del gran capital para imponer sus intereses y condiciones a las clases populares, en forma de recortes y privatizaciones. La Argentina de Milei es el ejemplo, o el abismo donde hay que mirar, pero también la clausura de las (muy mínimas) políticas sanitarias o educativas públicas en EEUU. En todo eso pueden contar con la entusiasta motosierra de los ultras.

Los ultras europeos tienen varias misiones importantes que cumplir para Washington.

Pero en tercer y más importante lugar, tenemos las salvajes políticas contra los migrantes. Trump ha desatado una cacería contra los 11 millones de trabajadores indocumentados que hay en EEUU, políticas que los ultras y neonazis europeos sueñan con implementar.

Pese a la saña racista y xenófoba con la que ha comenzado la persecución, la clase dominante norteamericana no quiere deshacerse de unos trabajadores claves para su bajo coste laboral en sectores como el campo, la manufactura o los servicios sociosanitarios. Lo que buscan es imponer -por el terror a la deportación- las condiciones para la hiper-explotación de unos migrantes convertidos en una «sub-clase» obrera despojada de cualquier derecho político. Y en esta brutal labor, los perros de presa de la ultraderecha son sus más entusiastas capataces.

Estas son las tres principales misiones que EEUU y el trumpismo va a encomendar a la ultraderecha europea.

One thought on “Patriotas por Europa, Eurotrumpistas, o lo que diga la rubia”

  • No os preocupéis por Abascal que no va a gobernar ni hinflado a Ginebra, su programa social, como bien dice el artículo,es privatizar todo, seguridad social, pensiones…. como ha hecho Milei (pero cuanto argentino descerebrado) para el FMI. Eso las masas lo huelen y lo repudian

    Es lo que le pasó a Ciudadanos y UPyD, que han desaparecido por no tener ningún programa social,solo «unidad de España», pero una familia obrera en el paro con 3 hijos no come de unidad de España. La gente ya está buscando alternativas sociales como el Estado del Bienestar socialdemócrata,la Redistribución de la riqueza o políticas de Podemos o Sumar

    Si a VOX solo le votan los pijos de Serrano y los barrios militares, que a estos últimos les pones la bandera nacional y dices viva España y ya se ponen cachondos

    No problemo

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