Ana Useros, vocera de la Asamblea de barrios y pueblos del 8M

“Para acabar con la violencia de género hay que redistribuir la riqueza”

Entrevistamos a Ana Useros, portavoz de la Asamblea de barrios y pueblos del 8M, sobre la jornada de lucha del Día contra la Violencia Machista, celebrado en todo el país

El 25N, como cada año, todas las ciudades del país volvieron a ser el escenario de un clamor popular y reivindicativo contra la violencia de género. Una marea morada inundó las calles de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao, Valladolid… y reclamó que «Nos queremos vivas, «Ni una más», y también exigió poner fin al abuso sexual, a la discriminación y a la utilización del cuerpo de las mujeres como un objeto de alquiler y venta.

En Madrid, además de la manifestación mayoritaria que discurrió por el centro, la Asamblea de barrios y pueblos del 8M convocó concentraciones en los barrios de la capital. Hablamos con Ana Useros, vocera de la Asamblea de barrios y pueblos del 8M, sobre las medidas necesarias para acabar con la violencia de género, la importancia de la independencia económica de las mujeres y los avances logrados por el movimiento feminista.

Entrevistamos a Ana Useros, vocera de la Asamblea de barrios y pueblos del 8M

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Ahora hay más concienciación social respecto a la violencia de género. ¿Ha aumentado el número de casos o es que ahora se denuncia más que antes?

Esto no está claro, a mí me gusta pensar que hay un aumento de las denuncias y de la concienciación; sobre todo, ha habido un aumento de la visibilidad. Hace diez años sí, pero hace veinte años había conductas que no se entendían como violencia de género. Aquí ha habido un cambio grande, las generaciones jóvenes tienen más claro que determinados comportamientos, aunque no sean denunciables, no están bien. Saben identificar, mayoritariamente, los gestos de control, de posesividad… Hemos contribuido a que más mujeres denuncien y que tengan alguna posibilidad más de salvar la vida -aunque luego habría que hablar de cómo se reciben las denuncias- y también a que estén más alerta, y tengan claro que hay ciertos comportamientos que no se pueden tolerar y que pueden llegar a ser más peligrosos y violentos. Ha aumentado la conciencia social sobre que estas situaciones no son tolerables, ya no es la mujer frente a su pareja, existe un rechazo social.

“La lucha contra la violencia de género pasa por asegurar a las mujeres un sostén material e independencia».

Hemos vivido unos meses de confinamiento por la pandemia y miles de mujeres se han quedado encerradas junto a su maltratador, ¿qué efectos ha tenido en la violencia de género?

Todas las encuestas dicen que han aumentado las llamadas y las denuncias durante la pandemia. Aquí hay muchos factores, las mujeres han estado las 24 horas con su maltratador, y algunos casos que no estaban tan latentes han empeorado. El covid 19 ha traído una crisis económica y las crisis provocan, siempre, un aumento de la violencia de género. Primero porque hay una frustración y un dolor asociado a la precariedad, y después, porque esa misma precariedad impide que las mujeres puedan defenderse en muchos casos. No es el mejor momento para dejar el trabajo, para cambiar de ciudad, de casa… y esto hace que se perpetúen las situaciones de peligro. Es lo que decíamos todo el rato este 25N: para que la violencia de género disminuya es necesario un sostén material, la capacidad de poder defenderse. Si solo hablamos de denunciar o de que el Estado castigue a tu maltratador… lo que es realmente necesario es que cada mujer, cada menor que esté amenazado por este tipo de violencia, tenga a su alcance maneras de salir, como tener dinero para poder alquilar otro piso, para cambiar de trabajo, una atención médica para poder contar lo que le pasa, una red de viviendas sociales que le permita alquilar a un precio normal y poder marcharse.

Es una cuestión que se trata menos en los medios, pero que es fundamental: la independencia económica de las mujeres. ¿Es importante promoverla para que las mujeres sean realmente libres e independientes respecto a su familia y pareja?

Sí, pero la independencia económica de las mujeres cuesta un montón de dinero. Los medios mayoritarios hablan de lo que dicta la agenda política y en la política se tratan medidas espectaculares pero que cuesten poco dinero. La independencia económica de una mujer pasa desde derogar la Ley de Extranjería hasta crear una red de escuelas infantiles públicas, pasa porque las ayudas no sean solo a las familias, sino también a las personas, a las mujeres, maridos… y pasa por medidas como una renta básica. Son medidas que implican una redistribución muy radical de toda la riqueza y, por tanto, no se va a hablar de ellas demasiado, porque estaríamos hablando de un cambio bastante grande. Acabar con la violencia de género pasa por acabar con los desahucios, que haya pensiones, que todo el mundo tenga tarjeta sanitaria y cambiar las leyes de extranjería.

«Las crisis provocan siempre un aumento de la violencia de género»

La manera de acabar con la violencia de género es conseguir que las mujeres tengan herramientas para hacerlo, que la mujer deje de ser una víctima potencial y tenga a su alcance maneras de defenderse, que son las que estamos hablando, recursos. A mayor pobreza, mayor dificultad de defenderse. Cualquier mujer puede ser víctima de violencia de género, pero cuanto más pobre es lo lleva mucho peor, más aún si no tiene papeles, es racializada, o tiene una discapacidad. Hay que ir incidiendo sobre todas estas vulnerabilidades. Lo que decíamos este 25N es que queremos recursos, educación y justicia, que se invierta en superar la brecha social para todas las mujeres.

Violencia de Genero. © Alberto Aja

Necesitamos una educación que siga contando que esto ocurre y que esto no puede ocurrir. Para prevenir la violencia de género está la educación, tratar de que la cultura cambie a todos los niveles, pero esto nos va a llevar tiempo, por lo tanto, hay que dar maneras de defenderse a las mujeres y para esto hay que reducir la desigualdad social, que ninguna mujer se encuentre sin papeles, sin casa, sin dinero, sin Seguridad Social, sin acceso a la justicia, porque con todas estas carencias, si le toca una situación de maltrato tiene muy pocas armas para defenderse.

 ¿Qué más cambios son necesarios?

Lo primero es que hay que aumentar recursos, recordar que todo está muy ligado siempre a la precariedad, a la pobreza, a la situación irregular y a la educación. Es muy importante una justicia que escuche realmente a las mujeres, que nos crea, no que nos dé más crédito que a los demás, que nos dé el mismo. Hay muchos casos, como el de Juana Rivas, de madres que están luchando por la custodia de sus hijos porque no se cree que su pareja sea un maltratador o abusador. Hacen falta recursos para salir de las situaciones de precariedad, incluyendo poder cambiar el sexo registrado en el DNI, poder cambiar los papeles… etc. Respecto a la justicia, lo que queremos no es que aumenten muchísimo las penas de cárcel, sino una justicia que intente actuar antes de que haya que castigar los delitos, que escuche mientras están vivas, no que se dedique a dictar cadenas perpetuas cuando mueren. Eso no nos interesa. Se trata de poner recursos para que todas las mujeres puedan acudir a la justicia sin temor, con cierta garantía de que es un movimiento útil para ellas.

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