Oriente Medio: la mano que mece la cuna

«Pero ¿es realmente así­? La coalición occidental lanzó ataques militares contra Libia el 19 de marzo, bajo el pretexto de poner coto a la extensión de la violencia y la alta cifra de ví­ctimas civiles. Mientras tanto, en Bahréin, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) anunció el 14 de marzo que ofrecerí­a apoyo militar al Gobierno bareiní­. Un dí­a después, Bahréin utilizó la fuerza contra los manifestantes. El saldo fue 15 muertos y docenas desaparecidos.»

EEUU alicó una táctica de triple rasero en el Medio Oriente en busca de consolidar su propia estrategia. En las repúblicas que le resultaban favorables, como en el caso de Egipto, se pronunció por que las autoridades escucharan la voz popular. En las monarquías amistosas, optó por que se mantuviera el status quo. Y en aquellos países opuestos a su política, como Irán y Siria, EEUU favorece las protestas anti-gubernamentales que traigan aparejados los cambios. (DIARIO DEL PUEBLO) LA JORNADA.- Un funcionario anónimo del Ministerio de Comercio de China declaró que las inversiones en Libia son improbables en el corto plazo. El comercio bilateral, los tratos de construcción y las inversiones serán seriamente impactadas. Las empresas chinas que deseen expandir sus operaciones en África deberán ajustar mecanismos de alerta temprana para reducir los riesgos y deben estar conscientes de la inestabilidad política. Después de la balcanización de Sudán, amputado en el sur (pletórico en petróleo), ¿se intensifica en Libia la guerra subrepticia de Occidente (sin Alemania) contra China e India por el control de las materias primas de África y el Medio Oriente, en particular por el oro negro del que son vitalmente tan dependientes? China. Diario del Pueblo La mano que mueve la cuna Zhang Xinyi Son muchos los que hoy afirman que la actual ola de disturbios políticos que sacude el Medio Oriente es la consecuencia de gobiernos autoritarios, que no han dejado más salida que la rebelión. Pero ¿es realmente así? A mi juicio, empero, la respuesta hay que buscarla en los constantes cambios que se operan en las geoestrategias de Occidente. La coalición occidental, conducida por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, lanzó ataques militares conjuntos contra Libia el 19 de marzo, bajo el pretexto de poner coto al deterioro de la situación, matizada por la extensión de la violencia y la alta cifra de víctimas civiles. Mientras tanto, en Bahréin, donde las condiciones eran bien distintas a las de Libia, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) anunció el 14 de marzo que ofrecería apoyo militar al Gobierno bareiní. Un día después, Bahréin declaró el estado de emergencia y utilizó la fuerza contra los manifestantes que se congregaban en la Plaza de la Perla. El saldo fue 15 muertos y docenas desaparecidos. La situación es tan grave como en Libia, si se tiene en cuenta que Bahréin es un pequeño país con una población de 600.000 habitantes. Los países occidentales han estado haciendo la vista gorda ante lo que ocurre en Bahréin. Cuando se le preguntó por la masiva presencia militar en Libia mientras no ocurría lo mismo en Bahréin, un experto en seguridad nacional de EEUU dejó en claro que las clases dominantes de estos países están con EEUU, aunque no fueran exactamente buenas. Otro analista, esta verz del Centro de Estudios Estratégicos e Iinternacionales (CSIS), admitió incluso la existencia del doble rasero, pero, aclaró, como un “acto racional.” Pero incluso estas verdades evidentes no dejan ver del todo las intenciones reales de EEUU. De hecho, Muamar el Gadafi se ha mostrado cooperativo con EEUU en los años transcurridos desde 2003, cuando renunció a su programa nuclear por orden de Washington. También se sumó a aquél en su guerra contra el terror y le entregó mil 500 millones de dólares como compensanción por actos de terrorismo, incluido el bombazo del vuelo 103 de Pan Am. Los dos países restauraron totalmente las relaciones diplomáticas en 2006, y con apoyo estadounidense Libia accedió al Consejo de Seguridad en calidad de miembro temporal. En fin, que Libia tuvo una positiva acogida de EEUU, lo cual, empero, no fue impedimento para que el país norafricano deviniera blanco de la arremetida occidental ¿Por qué? Simple: EEUU necesitaban un cambio y Muamar el Gadafi era una piedra en su camino. EEUU aplicó una táctica de triple rasero en el Medio Oriente en busca de consolidar su propia estrategia. En las repúblicas que le resultaban favorables, como en el caso de Egipto, se pronunció por que las autoridades escucharan la voz popular. En las monarquías amistosas, optó por que se mantuviera el status quo, en atención a sus intereses en el petróleo y a la situación potencialmente volátil en Irán. Y en aquellos países opuestos a su política, como Irán y Siria, EEUU favorece las protestas anti-gubernamentales que traigan aparejados los cambios. DIARIO DEL PUEBLO. 28-3-2011 México. La Jornada ¿Balcanización de Libia y/o guerra subrepticia contra India y China? Alfredo Jalife-Rahme A exactamente una semana de la catástrofe nuclear de Japón –una de cuyas consecuencias será el auge del gas– se inició la guerra contra Libia. A sólo tres días de haber empezado, la polémica intervención militar en el avispero libio –encabezada por Francia y apuntalada en la retaguardia principalmente por Estados Unidos (EU) y Gran Bretaña (GB)– se ha empantanado y ha dividido (Le Monde, 22/3/11) a la mal llamada comunidad internacional: un concepto muy debatible, aunque muy abusado por la publicidad bélica, que refleja el caduco orden unipolar y no se ajusta aún a la nueva realidad multipolar cuando el BRIC (acrónimo de Brasil, Rusia, India y China) comienza a protestar ruidosamente su oposición después de haberse abstenido en la aprobación de la resolución 1973 que constituye un genuino lecho de Procusto para perpetrar las peores atrocidades contra los civiles malos. De forma espeluznante, la guerra contra Libia y su dizque protección humanitaria no cuenta con mando ni control (BBC, 22/3/11). Peor aún: según TNYT (22/3/11) no queda claro qué sigue cuando se avecina una parálisis, ya que los rebeldes no supieron capitalizar el apoyo y fracasaron en recapturar Ajdabiya. So beautiful! Sin contar la sensata reticencia de Alemania ni la hostilidad de la Unión Africana (que aglutina a 53 países, entre ellos alrededor de 11 naciones árabes, dependiendo de cómo se contabilicen) ni la incomodidad de varios países de Latinoamérica, ¿cómo se puede perorar sobre el apoyo de la comunidad internacional, con una abstención de la población de más de 40 por ciento del planeta, específicamente del BRIC? Hasta ahora la operación Odisea en el Amanecer –un reflejo condicionado neocolonial de control global que va por la yugular del petróleo libio en Cirenaica– impidió el asalto final de las tribus del coronel Kadafi (que dominan la región de Tripolitania, desde su capital Trípoli, que concentra 60 por ciento de la población) en contra de sus tribus rivales de Bengasi (capital de la provincia de Cirenaica, que aglomera 30 por ciento); el otro 10 por ciento está disperso en la tercera provincia sureña desértica de Fezzan. Recomiendo el estupendo artículo de Praveen Swami en The Daily Telegraph (21/3/11), sobre los negocios tribales nada triviales en Libia. La televisora de Qatar –miembro de las seis petromonarquías del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y uno de los 22 países árabes más involucrados en la operación bélica–, Al Jazeera (22/3/11), reconoce la crítica internacional con India sumándose a China en un llamado público para cesar los bombardeos. Racip Tayyip Erdogan, primer ministro de Turquía (miembro relevante de la OTAN), manifestó que su país nunca apuntará con una pistola al pueblo libio, por lo que ha bloqueado la zona de exclusión aérea por la OTAN. Una cosa es una zona de exclusión aérea y otra es asesinar con misiles Tomahawk a civiles malos (las tribus del coronel Kadafi) para beneficiar a las tribus buenas (sus opositores de Bengasi y, por extensión, de Cirenaica, donde se encuentran las mayores reservas de hidrocarburos: por eso son buenos). Los misiles Tomahawk han despertado los fantasmas de dos guerras que todavía no concluyen en Irak y Afganistán. Jiang Yu, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, declaró su oposición al uso gratuito de fuerza armada que lleva a más daños civiles y desastres humanitarios. ¿Pues no fue diseñada selectivamente la operación Odisea en el Amanecer como ayuda humanitaria específica para los contestatarios de Bengasi, los civiles buenos, pero no para los civiles malos de Bahrein y Yemen? La crítica de India –que sin mucho ruido se ha acercado a Irán después de la intervención militar a Bahrein por Arabia Saudita (como cabeza del CCG)– ha sido severa. Pranab Mukherjee, influyente ministro de Finanzas de India, sentenció ante el Parlamento que ninguna potencia exterior debe interferir en Libia: Nadie, ni siquiera un par de países, puede tomar tal decisión para cambiar un régimen en particular. La cancillería brasileña –como cortesía, horas después de la salida de Obama– se pronunció por un cese al fuego en Libia para proteger a los civiles y abrir el camino para el diálogo entre el régimen de Kadafi y sus opositores (Reuters, 22/3/11). El ex diplomático indio MK Bhadrakumar pone en relieve la postura del primer ministro ruso Vladimir Putin, quien fustigó que la resolución 1973 es deficiente y errónea, permite todo y es reminiscente de un llamado medieval a las cruzadas. Putin juzga correctamente que se trata de una tendencia estable de la política de EU en los Balcanes (con Clinton) y en Afganistán (con Bush) y ahora es el turno de Libia con el pretexto de proteger a los civiles. Le faltó a Vladimir Putin agregar a Irak (dos veces con el padre y el hijo Bush). Nada descabellado, el temor ruso yace en que la balcanización de Libia desencadene la desintegración de África. Un grupo de congresistas del Partido Demócrata (entre 10 y 15) se ha rebelado contra su presidente Obama (por añadidura, premio Nobel de la Paz), quien optó por la guerra en un tercer país islámico (en realidad es el quinto, si se suman las guerras furtivas en Pakistán y Yemen) sin haber tenido la aprobación del Congreso: “Consultaron a la Liga Árabe. Consultaron a la ONU. No consultaron al Congreso de EU. (…) Han creado estragos (…), no con sus botas en el terreno, sino con sus Tomahawk en el aire” (Common Dreams y Politico, 20/3/11). Nueve congresistas encabezados por Dennis Kucinich proponen la defenestración (el ominoso impeachment) de Obama. Las preguntas feroces vuelan: ¿De qué lado estamos? Esto parece más una guerra civil que algún género de revolución. ¿A quiénes protegemos? ¿Estamos con los que supuestamente están contra Kadafi? ¿Piensan que tiene bastante gente con él? ¿Si es depuesto, con quién trataremos? Sí que son ingenuos estos ilustres congresistas de EU que no entienden, a menos que sean óptimos simuladores, que su país (al unísono de Francia y GB) quizá aproveche la segunda revuelta árabe para redireccionar sus intereses y así balcanizar a los países de noráfrica –por extensión a toda África y el Medio Oriente (v.gr Irán)– y despojar a China e India de su precario abastecimiento petrolero. Un funcionario anónimo del Ministerio de Comercio de China declaró que las inversiones en Libia son improbables en el corto plazo. El comercio bilateral, los tratos de construcción y las inversiones serán seriamente impactadas. Las empresas chinas que deseen expandir sus operaciones en África deberán ajustar mecanismos de alerta temprana para reducir los riesgos y deben estar conscientes de la inestabilidad política (China Daily, 22/3/11) Después de la balcanización de Sudán, amputado en el sur (pletórico en petróleo), ¿se intensifica en Libia la guerra subrepticia de Occidente (sin Alemania) contra China e India por el control de las materias primas de África y el Medio Oriente, en particular por el oro negro del que son vitalmente tan dependientes? LA JORNADA. 23-3-2011

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