Lo que quieren es cercenar la lí­nea autónoma en la justicia que Garzón encarna

¿Objetivo Garzón?

Algunos medios han filtrado que fuentes del Tribunal Supremo han ofrecido a Garzón un turbio trato: si se retira voluntariamente de la Audiencia Nacional, se archivarán las tres querellas que pesan sobre él, y podrá continuar su carrera como juez. La respuesta de Garzón fue inequí­voca. «Ahora, así­, no me puedo ir». Garzón es consciente de que no sólo está en juego su destino individual, sino el futuro de una lí­nea en el seno de la justicia que él encarna. Se le ofrece un «retiro dorado» individual a cambio de que, como un moderno Galileo judicial, desaparezca como referente público de esa lí­nea desde un lugar tan cualitativo como la Audiencia Nacional. ¿En qué consiste la «lí­nea Garzón», que se ha convertido en una referencia para hacer avanzar otro tipo de justicia?

Si buscamos entre los casos judiciales más trascendentes de los últimos veinte años, en muchos de ellos encontraremos el nombre de Garzón. Desde el caso GAL a las investigaciones contra los caos de la mafia; desde el juicio a Pinochet al desmantelamiento del entorno del terror organizado en torno a ETA.Y es que Garzón no es un juez cualquiera. Es uno de los principales magistrados de la Audiencia Nacional, un alto tribunal especializado en investigar los delitos más delicados, los de mayor trascendencia social y política: terrorismo, corrupción, delitos financieros, crímenes contra la humanidad…Precisamente porque deben enfrentarse a procesos especialmente peliagudos, los jueces de la Audiencia Nacional han sido revestidos de unas atribuciones especiales, disponen de un margen de actuación mucho más amplio que otros magistrados.Es desde la privilegiada plataforma de la Audiencia Nacional que Garzón ha podido erigirse en referencia pública de otro tipo de justicia. Si repasamos los principales casos en los que ha participado, encontramos en todos ellos un sello particular.En el caso GAL, Garzón no se conformó con llevar al banquillo a los pistoleros de esa oscura red paramilitar, ni siquiera se detuvo en los Amedo y Dominguez, los responsables policiales del engendro. Reconstruyó el organigrama completo, de abajo a arriba, buscando al famoso “Señor X”, el máximo responsable político, señalando, sin nombrarlo hacia el mismísimo presidente del gobierno, Felipe González. Al investigar los crímenes de ETA, Garzón tampoco se limitó a culpar a los etarras que empuñaban el arma. Por primera vez, se consideró a ETA como una estructura criminal, que necesitaba no sólo del brazo armado, sino también de otros en el terreno político, económico, cultural… Todos funcionaban bajo un mismo mando, “complementándose” unos a otros.Esta doctrina permitió ir desmantelando todo el entorno de ETA, liberando ámbitos sociales y políticos al dominio del terror.Lo mismo ocurrió con la red de narcotráfico en el seno de la Unidad Central de Antidroga de la Guardia Civil(U.C.I.F.A). Garzón no limitó la investigación a los guardia civiles individuales, sino que buscó desmantelar la trama delictiva que los amparaba.Esta línea de investigación ha permitido a Garzón llegar hasta el fondo de cada uno de los asuntos. Y ha sentado una doctrina jurídica especialmente valiosa, donde el objetivo no es encarcelar a los “soldados rasos”, dejando intacta la trama criminal, que sigue funcionando, sino buscar tirar del hilo para llegar a los “generales”, a los máximos responsables.La independencia y autonomía de Garzón le ha permitido no detenerse ante nada ni ante nadie. Ni ante el poder de EEUU en el juicio a Pinochet, ni ante las amenazas de ETA. Ni ante los narcotraficantes ni ante las tramas delictivas en policía o guardia civil.Esa autonomía se ha visto refrendada con el juicio al franquismo. Garzón no si limitó a los estrechos márgenes de la Ley de Memoria Histórica. Aprovechó la oportunidad para dar satisfacción a las demandas de las víctimas. Y para ello no dudo en enfrentarse a los cimientos legales de la transición, intocables porque suponen el hilo de continuidad jurídico del Estado más allá del cambio de régimen. Por eso, el gobierno de Zapatero dio órdenes al fiscal general de que paralizara la investigación de Garzón por todos los medios.Garzón es un personaje autónomo, y utiliza esa independencia para traspasar permanentemente los límites de lo que no está permitido por los grandes centros de poder. Abriendo en el despiadado mundo judicial grietas por las que se han colado demandas populares. Por eso Garzón es el juez con mayor prestigio social. Y el más peligrosos para los centros de poder nacionales y extranjeros.

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