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La intervención de Zapatero ante las grandes potencias del G-20 ha confirmado que el presidente español está dispuesto a seguir sometiéndose a las exigencias de Washington y Berlín para seguir con el ajuste duro y los recortes sociales de nuestra economía. Zapatero no sólo ha defendido su plan de recortes -el tijeretazo que recorta el sueldo de los funcionarios, la congelación de las pensiones, la eliminación de las prestaciones por hijo o el recorte de infraestructuras-, y las reformas estructurales ya puestas en marcha: la reestructuración de las cajas de ahorro para dar entrada al capital privado y la reforma laboral para abaratar despido y salarios; sino que se ha fijado como tercer gran objetivo la reforma inmediata del sistema de pensiones.
Pero ara Obama y Merkel no es suficiente y exigen que los recortes vayan más allá de donde están.Antes del G-20 la Comisión Europea, en medio de un ataque feroz de Alemania contra España, pedía al gobierno más medidas de ajuste para convalidar el plan de recortes. En concreto elevar el recorte del gasto en 2011 del 1% previsto por el gobierno al 1,75%, de 10.000 millones de euros a 18.000. Y la ministra de Economía, Elena Salgado, se comprometía a hacer más esfuerzos “si hacen falta”.Obama volvía a llamar a Zapatero, esta vez para apoyar las medidas “difíciles pero necesarias” e insistir en que “van en la buena dirección” pero habrá que seguir tomando “medidas enérgicas”. Washington no sólo llama, mantiene bajo control la economía española; una misión del Tesoro norteamericano ha estado tres días en Madrid “evaluando el alcance de la crisis y la eficacia de las medidas”. Y en plena reunión del G-20 el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, volvía a la carga:”Es completamente apropiado que países como España o Gracia tomen medidas rápidas para tranquilizar los mercados”.Quizás por eso el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se apresuraba a declarar en la prensa y Radio Nacional que se preparan para reformar (o sea meter la tijera) las prestaciones por desempleo “en cuanto salgamos de la crisis”. Y como antesala de lo que nos espera los presupuestos de 2011 podrían suponer ya el final de la subvención de los 420 euros para los parados que dejen de cobrar el seguro de paro. Según el ministro de Trabajo de Zapatero: “Hacienda está elaborando el próximo Presupuesto y estudiando las partidas que recortará y ninguna está al margen”… “Espero que no se toque esta partida (los 420 euros) pero no lo puedo garantizar en los Presupuestos de 2011”. Asistimos a un ataque masivo contra el 90% de la población dirigido desde el exterior con el objetivo de rebajar un 25% los salarios y las rentas de los españoles. Washington y Berlín, Obama y Merkel, se disputan ese trasvase de riqueza a sus cuentas mientras desangran nuestro país, con Zapatero y su gobierno entregados a sus exigencias.La necesidad de una respuesta popular a este ataque masivo, que corte la sangría y cree las condiciones para una salida a la crisis favorable a los intereses nacionales y de la inmensa mayoría de la población, es cada día más urgente y necesaria.