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Obama debe apoyar la democracia y oponerse al golpe en Egipto

http://www.washingtonpost.com/opinions/obama-needs-to-support-democracy-oppose-a-coup-in-egypt/2013/07/02/7d1815d0-e344-11e2-a11e-c2ea876a8f30_story.html

Una de las pocas cosas claras en la tumultuosa situación de Egipto esta semana es la caída en picado del prestigio y la influencia de los Estados Unidos. Manifestantes antigubernamentales en la plaza Tahrir de El Cairo han estado llevando pancartas y coreando consignas denunciando a la embajadora de EEUU, mientras tanto, altos funcionarios gubernamentales, anticipando un posible golpe militar, ya estaban culpando al gobierno de Obama por darle luz verde. Un país que por décadas ha sido el más cercano aliado árabe de Estados Unidos –y uno de los mayores receptores en el mundo de la ayuda de EEUU– sólo parece unido en su desconocimiento y desprecio de Washington.La administración Obama no es el único responsable de esta situación: En el ambiente político polarizado y caótico de Egipto, las teorías conspirativas y las falsas percepciones sobre los Estados Unidos se han vuelto comunes. Pero el gobierno ha contribuido a fomentar el creciente antiamericanismo –si no el creciente caos en Egipto– a través de su mal manejo del gobierno islamista de Mohamed Morsi. Mientras desde hace ya meses que el gobierno Morsi ha tomado medidas para consolidar su poder, arrinconar a los críticos y marginar a grupos de la sociedad civil independiente, el presidente Obama y sus asesores han permanecido en silencio en público. No se hizo ningún esfuerzo para utilizar la influencia de la ayuda de EEUU para obligar a un cambio de política. En cambio, el gobierno fue elogiado por su ayuda en la preservación de la paz entre Israel y los palestinos, y la política de EEUU se centró en socorrer a Egipto a través de la ayuda del Fondo Monetario Internacional.Un intento por parte de la embajadora en El Cairo, Anne W. Patterson, de «poner las cosas en claro» en un discurso público hace dos semanas, sólo agravó el problema. La Sra. Patterson cuestionó sin rodeos la estrategia de la oposición de tratar de organizar un levantamiento popular para derrocar al gobierno, diciendo que «mi gobierno y yo somos muy escépticos», agregando que una «acción callejera no producirá mejores resultados que las elecciones». «Egipto necesita estabilidad para poner orden económico en su casa». Ese podría haber sido un mensaje apropiado si la embajadora lo hubiera equilibrada abordando con igual franqueza las medidas cuasi-autoritarias del gobierno, como sus planes para despojar a las organizaciones no gubernamentales de financiamiento o sus intentos de echar a un lado las reglas electorales. Pero no hubo ninguna mención de los excesos del Sr. Morsi.El lunes, Obama llamó tardíamente al Sr. Morsi para decirle que «la democracia es algo más que elecciones», y le animó a ser «sensible» a las demandas de la oposición, según un comunicado de la Casa Blanca. Dijo públicamente que Estados Unidos no tomaría partido en la disputa. Pero al decir que «la actual crisis sólo puede resolverse a través de un proceso político», los portavoces del presidente y la administración no tomaron una postura inequívoca contra un golpe de estado militar.Esta fue otra omisión: la Casa Blanca debería dejar claro en sus declaraciones públicas, así como en las comunicaciones privadas que las fuerzas armadas de Egipto pondrán la ayuda militar de EEUU en riesgo si quitan a un gobierno elegido democráticamente por la fuerza o tratan de reconstituir el régimen autocrático que desgobernó Egipto hasta hace un año. Un golpe militar no acabará con la crisis política en Egipto y Estados Unidos no debe ser cómplice de uno, ni permitirse ser culpado por ello.

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