«Las empresas globales no están haciendo nada, no están ayudando… Afirman que hay un exceso de capacidad y por eso no contratan, porque no hay demanda final. Pero hay una paradoja y eso crea un círculo vicioso, si no contratan trabajadores no hay ingresos por trabajo, no hay confianza por parte de los consumidores, no hay suficiente consumo, no hay demanda final.»
Y en los últimos dos o tres años esto ha emeorado porque ha habido una redistribución masiva de los ingresos del trabajo al capital, de los salarios a las ganancias, las desigualdades entre los salarios y los patrimonios han crecido. Esta redistribución de ingresos y patrimonio hace que el problema de la excesiva falta de demanda agregada empeore. Karl Marx tenía razón, llegado un punto, el capitalismo puede autodestruirse, porque no se puede seguir trasladando ingresos del trabajo al capital sin tener un exceso de capacidad y una falta de demanda agregada. Y eso es lo que sucedió. (THE WALL STREET JOURNAL) DEUTSCHE WELLE.- Desde Italia vuelve a oírse el clamor por la emisión de eurobonos. La idea es que tales bonos colectivos europeos permitirían a los países más golpeados por la crisis obtener nuevos préstamos a intereses inferiores a los actuales. No sorprende que sean países como Italia o Grecia los más entusiasmados con esta opción. Ni que precisamente en Alemania se alcen vigorosas voces en contra. Tanto el ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble, como el de Economía, Philipp Rösler, han rechazado en diversas entrevistas la alternativa de los eurobonos con argumentos similares. “En una Europa en la que cada Estado miembro debe asumir sus propias responsabilidades, considero que un bono europeo sería el camino errado”, indicó Rössler en una entrevista al diario económico Handelsblatt. EEUU. The Wall Street Journal Entrevista con Nouriel Roubini: Marx, Bush y otra recesión Nouriel Roubini, el economista de la Universidad de Nueva York que predijo la crisis financiera global, afirma que el riesgo de otra recesión global es mayor a 50% y que los próximos dos o tres meses revelarán la dirección de la economía. En una entrevista con Simon Constable de The Wall Street Journal, el economista habla de la economía mundial, le da la razón a Karl Marx y culpa al ex presidente George W. Bush de provocar la actual crisis fiscal de Estados Unidos. A continuación, partes de la conversación: WSJ: Estamos viendo problemas fiscales en Estados Unidos, problemas de deuda soberana en Europa, tensiones en el sector bancario allí y una economía coja aquí. ¿Qué podemos hacer para que la economía crezca? Roubini: Probablemente muy poco. Estamos en un proceso de doloroso desapalancamiento global porque la crisis empezó con demasiada deuda privada y apalancamiento y ahora tenemos demasiada deuda pública y apalancamiento además de la privada. Y este continuo proceso de desapalancamiento significa que se tiene que gastar menos en los sectores privado y público para ahorrar más. Esto implica que va a haber una tendencia de crecimiento bajo en la mayoría de las economías durante muchos años. Y ahora hay un creciente riesgo de que haya no sólo un crecimiento económico lento sino que puede haber una recaída en la recesión. Para evitar esto y otro cataclismo financiero, probablemente necesitemos más flexibilización de la política monetaria por parte de los bancos centrales. WSJ: La Fed ha dicho que mantendrá las tasas de interés cerca de cero durante los próximos dos años, hasta mediados de 2013. ¿Será suficiente? Roubini: Probablemente no y Bernanke anunciará más relajamiento cuantitavivo (QE) en Jackson Hole. Hay una serie de opciones. Habrá alguna variante de relajamiento cuantitativo. Mantener las tasas cercanas a cero es un paso, comprar más bonos del Tesoro es otro, tratar de influir directamente en las tasas a largo plazo es otro… hay una combinación de políticos, tal vez un QE3, un QE4, quizás un QE5 si estamos cerca de una depresión. WSJ: Si nadie quiere tomar prestado, ¿qué ayuda ofrecen las tasas bajos? Roubini: Es cierto, la política monetaria y liquidez no pueden resolver los problemas de solvencia y crédito. Lo único que se puede hacer es tratar de reducir la probabilidad de una recaída en la recesión, es decir, evitar lo peor. Si el canal del crédito está roto las medidas no van a funcionar y esa liquidez extra puede ir a unas mayores reservas. WSJ: Usted pinta un cuadro sombrío. ¿Qué pueden hacer los gobiernos y las empresas para hacer que la economía vuelva a crecer? Roubini: Las empresas globales no están haciendo nada, no están ayudando… Afirman que hay un exceso de capacidad y por eso no contratan, porque no hay demanda final. Pero hay una paradoja y eso crea un círculo vicioso, si no contratan trabajadores no hay ingresos por trabajo, no hay confianza por parte de los consumidores, no hay suficiente consumo, no hay demanda final. Y en los últimos dos o tres años esto ha empeorado porque ha habido una redistribución masiva de los ingresos del trabajo al capital, de los salarios a las ganancias, las desigualdades entre los salarios y los patrimonios han crecido, y la propensión marginal al gasto por parte de un hogar es mayor que la de una empresa, porque las empresas tienen una alta propensión marginal a ahorrar comparadas con un hogar. Esta redistribución de ingresos y patrimonio hace que el problema de la excesiva falta de demanda agregada empeore. Karl Marx tenía razón, llegado un punto, el capitalismo puede autodestruirse, porque no se puede seguir trasladando ingresos del trabajo al capital sin tener un exceso de capacidad y una falta de demanda agregada. Y eso es lo que sucedió. Pensamos que los mercados funcionaban. No están funcionando. Y lo que es individualmente racional es que cada empresa quiere sobrevivir y prosperar, y eso significa recortar costos laborales aún más. Mis costos laborales son los ingresos laborales y el consumo de otros. Por eso es que es un proceso de autodestrucción. WSJ: Los problemas fiscales que EE.UU. tiene en este momento, ¿de quién es la culpa? Roubini: Obviamente, es la culpa de George Bush. Cuando Obama asumió el poder, heredó un déficit presupuestario de US$1,2 billones (millones de millones)… y cuando Bush llegó al poder, había un superávit de US$300.000 millones. ¿Cómo pasamos de un superávit de US$300.000 millones a un déficit de US$1,2 billones, un cambio de US$1,5 billones en nuestra condición fiscal? Decidimos recortar los impuestos pero no pudimos hacerlo en 2001-2003, gastamos US$2 billones en dos guerras que no se podían ganar, duplicamos el gasto discrecional… añadimos prestaciones sociales como beneficios de Medicare para comprar medicamentos y luego tuvimos un enfoque laissez-faire para la supervisión de la regulación financiera, causamos la mayor crisis financiera de la historia, lo que implicó un enorme incremento del déficit porque teníamos el déficit de la recesión y teníamos el costo fiscal de rescatar a las instituciones financieras. Por lo tanto, tuvimos cinco factores que llevaron a que pasáramos de un enorme superávit a un enorme déficit. Y él heredó dos guerras en el exterior y la peor crisis financiera y económica, y ahora le echan la culpa a él. Eso es lo que pasó. Destruimos nuestra sostenibilidad fiscal antes de que llegara al poder. Teníamos armas y mantequilla y bajos impuestos. No funciona. Si quieres armas y mantequilla, debes tener altos impuestos durante guerras. No puede ser de esta forma… Él heredó el desastre, él heredó un desastre total. Tuvimos suerte de que esta Gran Recesión no se convirtió en otra Gran Depresión. Y necesitamos otro estímulo para eso. El problema fue que el estímulo no fue suficiente, no que fue demasiado. THE WALL STREET JOURNAL. 14-8-2011 Alemania. Deutsche Welle Eurobonos, ¿tabla de salvación para el euro? E. Rojas Ni los millonarios paquetes de rescate, ni la intervención del Banco Central Europeo con la compra de bonos de socios en aprietos, ni las medidas de ahorro adicionales resueltas por países como Italia, han logrado ahuyentar definitivamente al fantasma de la crisis que ronda empecinadamente el horizonte financiero de la eurozona. La semana comienza atenazada entre inquietantes signos de interrogación. ¿Cómo se comportarán los mercados? Y ¿qué opciones quedan, si nada de lo que ya se ha hecho alcanza para devolverles la calma resulta suficiente? Desde Italia vuelve a oírse el clamor por la emisión de eurobonos. La idea es que tales bonos colectivos europeos permitirían a los países más golpeados por la crisis obtener nuevos préstamos a intereses inferiores a los actuales. Como contrapartida, aquellos que hoy en día gozan de mayor solvencia, tendrían que desembolsar más para conseguir nuevos créditos. En el caso de Alemania, ello podría significar un aumento de intereses de más de un 2%, indicó Kai Carstensens, del instituto Ifo, al periódico dominical Welt am Sonntag. Eso se traduciría en costos adicionales de unos 47 mil millones de euros al año, de acuerdo con dichos cálculos. Resistencia alemana No sorprende que sean países como Italia o Grecia los más entusiasmados con esta opción. Ni que precisamente en Alemania se alcen vigorosas voces en contra. Tanto el ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble, como el de Economía, Philipp Rösler, han rechazado en diversas entrevistas la alternativa de los eurobonos con argumentos similares. “En una Europa en la que cada Estado miembro debe asumir sus propias responsabilidades, considero que un bono europeo sería el camino errado”, indicó Rössler en una entrevista al diario económico Handelsblatt. Schaüble, más tajante, afirmó al semanario Der Spiegel que “no habrá colectivización de deudas ni tampoco un apoyo ilimitado”. Y subrayó: “descarto los eurobonos en tanto los países miembros desarrollen sus propias políticas financieras y hagan falta diferentes tasas de interés para que haya estímulos o posibilidades de sanción, para inducir una política financiera sólida”. Último recurso No obstante, también en Alemania parece abrirse paso la opinión de que los paquetes de rescate están llegando a sus límites, según indica el periódico Welt am Sonntag, citando a fuentes gubernamentales no identificadas. Pero un cambio de estrategia sólo se debatirá en caso extremo, es decir, si no se vislumbra otra opción para impedir el derrumbe de la eurozona. Por otro lado, habrá que tener en cuenta la presión externa, que probablemente vaya en aumento y se haga sentir también en la reunión que sostendrá el martes la canciller Angela Merkel con el presidente francés, Nicolás Sarkozy, para discutir sobre la forma de estabilizar los mercados financieros. En la prensa, en todo caso, el debate ya ha cobrado vuelo. Diversos políticos y economistas exponen en los medios de comunicación nutridos argumentos a favor y en contra de la emisión de eurobonos, que algunos ven como la tabla de salvación y otros como el último clavo en el ataúd del euro. ¿En qué medida confía la ciudadanía alemana en que se conseguirá finalmente recatar la moneda europea? Una encuesta publicada por el rotativo Bild am Sonntag revela que el 31% de los alemanes cree en 10 años más esta moneda habrá dejado de existir. Pero la gran mayoría, el 65%, piensa que el euro seguirá circulando en 2021”. DEUTSCHE WELLE. 14-8-2011