Copago para nosotros, beneficios para las farmacéuticas

¡Nos roban hasta la salud!

Si la sanidad pública fuera un gran transatlántico, con la medida de que los pensionistas tengan que pagar los medicamentos se ha pegado un golpe de timón definitivo en un viraje que se vení­a haciendo grado a grado, imperceptible para la mayorí­a. Ya estamos navegando en la dirección contraria a la de la sanidad socializada en la que creí­amos ir hace 30 años; Ahora ya es abiertamente, sin complejos, la del «tanto tienes, tanto vives»; la de si no puedes pagar no recibes según tu necesidad.

¿Efecto disuasorio?
Dicen que “el copago supone sólo 4 cafés al mes” y que por tanto lo que se pretende es cortar el abuso de los servicios sanitarios.


Pero veamos quien ha abusado de quién. España es el segundo país, tras EEUU, en consumo de fármacos.

Los pensionistas han sido el “gran chollo” para bancos y farmacéuticas. El Sistema Nacional de Salud (SNS) español factura más de 950 millones de recetas en los centros de atención primaria. /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:»Tabla normal»; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-priority:99; mso-style-qformat:yes; mso-style-parent:»»; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin-top:0cm; mso-para-margin-right:0cm; mso-para-margin-bottom:10.0pt; mso-para-margin-left:0cm; line-height:115%; mso-pagination:widow-orphan; font-size:11.0pt; font-family:»Calibri»,»sans-serif»; mso-ascii-font-family:Calibri; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:»Times New Roman»; mso-fareast-theme-font:minor-fareast; mso-hansi-font-family:Calibri; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:»Times New Roman»; mso-bidi-theme-font:minor-bidi;} «Las farmacéuticas han ganado 2000 euros/ año por pensionista»

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Ojo, unos 200 millones de recetas más se prescriben pero no se llegan a dispensar. En 2009 la factura por este concepto fue de 14.000 millones de euros, 80 euros por habitante y año entre los “activos” (que aportaron el 6% de su bolsillo, algo más de 800 millones) y casi 2000 euros/año por “pensionista”.

Lo que no se quiere que cambie
Tras estos números aparecen varias realidades sobre los que ninguna estrategia del Sistema Nacional de Salud ha incidido en estos años.


La 1ª es que las enfermedades producidas por el uso y abuso de medicamentos posiblemente esté por detrás de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.


Consiste en “pacientes sobremedicados en situaciones de bajo riesgo e inframedicados en situaciones de indicación demostrada, deficientemente informados, polimedicados, automedicados y un porcentaje no despreciable que sufre efectos adversos evitables” (informe SESPAS 2012). El gasto farmacéutico es fruto de esta realidad, no al revés. Por tanto, la “fiebre prescriptora” sigue siendo una fabulosa fuente de beneficios para unos, de enfermedad para la mayoría.


La 2ª es el peso hegemónico de la medicina hospitalaria (el hospitalcentrismo) en la sanidad.


Aunque formalmente las 950 millones de recetas fueron formalmente hechas en atención primaria, una parte sustancial fue “inducida” (indicada) por médicos hospitalarios y especialistas.


La atención primaria es, en España, un brazo prescriptor de la sanidad hospitalaria,  auténtico motor de los beneficios de los gigantes farmacéuticos.


La 3ª es el peso hegemónico de un puñado de farmacéuticas extranjeras en la sanidad a los que la administración ha otorgado el monopolio a precios sin control.


El 1,2% de las farmacéuticas, 5 de 400, acaparan el 25% de la cuota de mercado y el 32% del suministro a oficinas de farmacia. Son Pfizer de EEUU, Novartis Suiza , Merck  de EEUU, Sanofi-Aventis francoalemana y Almirall española.


Han venido pactando precios autonomía por autonomía sabiendo que cada cierto tiempo el estado ponía el dinero necesario para poner a cero el déficit sanitario.


Campo abonado al despilfarro y la corrupción; las farmacéuticas cobraban un 8 o 9% en intereses de demora.

¿ Abuso? ¿Quién abusa de la sanidad?
Efectivamente la sanidad se ha venido financiando con los impuestos, pero no sólo con los de la población, también con el dinero de la banca nacional y extranjera.


Y quien paga manda. En un momento donde a las grandes empresas y bancos se les perdona una parte importante de los impuestos, la sanidad pública (donde “los clientes entran libremente y se llevan los productos sin pagar”) ha dejado de ser un modelo rentable. Hay que desmontarlo e invertir en sanidad privada. En este período de tránsito, las farmacéuticas presionan para no perder su cuota de ganancia llegando a amenazar con cortar el suministro.


La evolución de la sanidad pública hacia una sanidad nacional y popular que ponga en práctica el principio “a cada cuál según su necesidad” precisa de que la sanidad cambie de manos, de las de los vampiros monopolistas y sus recortes a las del 90% que aspiramos a la creación de riqueza y empleo gestionada por quien la produce al servicio del país, de las necesidades populares y de la humanidad. No es sólo un problema financiero.


(Los principales datos de este artículo los puedes consultar en el Informe SESPAS 2012 y en el Dosier de Valor de la Distribución Farmacéutica en España, Antares 2011)

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