No es un referéndum

El partido de Ada Colau no llama a la participación, aunque apoyan el 1-O como “una movilización política”.

A 30 días del 1-O la Coordinadora Nacional de Cataluña En Comú no prevé llamar a la movilización. La coordinadora se ha ratificado en que el 1-O “no es el referéndum que Cataluña merece y necesita, a fin de solucionar de forma definitiva su futuro político”, aunque siguen considerándolo como “una movilización política».

El partido de Ada Colau y Xavier Domènech (diputado en el Congreso y Coordinador Nacional de Catalunya En Comú (CeC), ya calificaron el referéndum del 1-O como una “huida hacia adelante del govern de Junts pel Sí, fruto de una lectura equivocada de los resultados del 27 de septiembre”.

Domènech ha explicado que por el momento “los comuns” no van a hacer campaña en favor de la participación porque “hay muchas incógnitas por resolver, no sabemos si hay urnas, no hay decreto aprobado…”. Y además el 1-O está “demasiado ligado a la hoja de ruta de Junts Pel Si…, hay cierto tufo partidista y electoralista”.

La coordinadora ha tomado su decisión después de varias horas de debate en base a la propuesta defendida por la ejecutiva y otros dos documentos que llamaban, uno, a no participar, y otro a hacer una campaña “crítica”.

En julio más de 200 militantes de Catalunya en Comú, entre los que se encuentran concejales de Iniciativa, críticos de Podem, sindicalistas y dirigentes vecinales, firmaron un manifiesto mostrando su rechazo tanto a participar como a llamar a participar en “una consulta que pretende ser un referéndum” pero que no lo es.

Pese a que la decisión de la coordinadora de CeC ha dejado abierta la puerta a seguir debatiendo, los dirigentes independentistas no han tardado no un minuto en lanzar un nuevo ataque lleno de amenazas. Puigdemont ha advertido a los “comuns” del “riesgo que corren” colocándolos del lado de los “expresidentes” Aznar, González y Zapatero, para acabar con otra advertencia amenazante: al final tendrán que decidir “de qué lado están”; poniendo de manifiesto una vez más que su pretendida “consulta democrática” está llena de chantajes y presiones antidemocráticas. Y su “derecho a decidir” es una farsa que acaba donde empiezan las posiciones que no comulgan con su hoja de ruta independentista.

No es la primera vez que los sectores independentistas encabezados por Puigdemont atacan las decisiones de Catalunya en Comú o Podemos que no se ajustan a sus pretensiones para el 1 de octubre. Saben que no tienen el respaldo mayoritario de la sociedad catalana para declarar la desconexión unilateral de Cataluña del resto de España y utilizan todos los medios, amenazas, trampas y chantajes, para intentar llevar a su terreno a las fuerzas que representan amplios sectores de la sociedad catalana, y especialmente de la izquierda progresista, que se oponen a sus proyectos, para convertirlas en su coartada democrática.

Los necesitan para legitimar su “procés” unilateral y antidemocrático, y si no lo han conseguido por convicción, lo intentan con advertencias amenazantes. Cada día que pasa es más evidente la naturaleza antidemocrática del 1-O de Puigdemont. Nadie debe ceder a sus chantajes, nadie debe participar de esta estafa antidemocrática.

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