Editorial

No es la amnistía, amigos

No es Puigdemont quien tiene el mando sobre el gobierno y la legislatura, sino las grandes burguesías financieras y monopolistas.

No es la amnistía, amigos.

No se van a rendir cuentas a Puigdemont en Suiza, sino en Bruselas en lo económico y en Washington en lo militar.

No es la amnistía el centro que va a decidir la legislatura sino la inflación y la subida de las hipotecas y los intereses de la banca.

No es Puigdemont quien tiene el mando sobre el gobierno y la legislatura, sino las grandes burguesías financieras y monopolistas.

No es desde la “caverna de Waterloo” y Suiza, donde han establecido la mesa de negociación los de Junts, donde se van a establecer y decidir las reglas del juego que van a determinar la legislatura que acaba de comenzar.

No es la amnistía y las cuestiones territoriales los asuntos que van a marcar fundamentalmente la agenda de los próximos cuatro años por mucho que ocupen portadas, tertulias y noticiarios; incluso editoriales como el de El País que habla del “vendaval sobre la ley de amnistía” . Por mucho que la derecha política y mediática conviertan la amnistía en ariete para erosionar al nuevo gobierno de coalición. Por mucho que bramen los procesistas y se retuerzan las élites del procés cuando se les menciona la amnistía como una ley constitucional. Lo que va a marcar la legislatura son los intereses de los grandes grupos monopolistas y finacieros interesados para que continúe el travase de los salarios y las rentas de las familias a sus cuentas de resultados a través de la inflación y la subida de los intereses.

En España “no manda Puigdemont”, el cabecilla de las élites procesistas y de una burguesía burocrática rentista de los presupuestos de la Generalitat, bajo la bandera de la amnistía y el relato de un “conflicto histórico entre España y Cataluña” desde 1714 para justificar la estafa antidemocrática que montaron en octubre de 2017.

No son ellos quienes van a imponer las cuestiones que deciden la legislatura en la cuarta economía por tamaño de la Unión Europea y la decimocuarta economía a nivel mundial.

Las reglas del juego de la legislatura las van a poner las grandes burguesías, la oligarquía y especialmente los centros de poder con sede en Washinton y Bruselas. En Bruselas, en la sede de la Comisión Europea, los asuntos de economía. Y en Washington lo militar.

La amnistía debe aprobarse en el Congreso, y pasará por el filtro del Tribunal Constitucional. Va a estar “viva”, provocando un agrio debate, al menos durante unos meses. Y probablemente persistirá el clima de deslegitimación del actual gobierno a cuenta de las concesiones a Junts y ERC.

Pero estas turbulencias políticas no serán el factor decisivo. Lo que ya está determinando la acción del nuevo gobierno son otros elementos, que influyen de forma directa, y sangrante, en nuestras vidas.

En el terreno político-económico, las principales turbulencias que nos acechan están marcadas por dos hechos íntimamente ligados: la persistencia de la inflación con la subida de los precios especialmente altos de los productos básicos de la cesta de la compra; y la subida de los tipos de interés y su repercusión en los créditos y las hipotecas. Inflación e hipotecas que marcan el terreno donde chocan los intereses de las clases populares con los de bancos, monopolios y capital extranjero.

Nosotros con los bolsillos cada vez más vacíos. Los alimentos acumulan 25 meses al alza, y son un 31,6% más caros que antes de la pandemia. La electricidad nos cuesta un 19% más que en 2020, y la gasolina es un 13,5% más cara. Y ellos con sus cuentas de beneficios cada vez más llenas al ritmo de 3,3 millones por minuto.

En Bruselas, donde se ya se habla de desaceleración, la Comisión Europea acaba de publicar sus “previsiones de otoño” estableciendo el marco de negociación.

La Comisión cuestiona la continuidad de las medidas tomadas para mitigar los efectos de la inflación. Advierte que España sobrepasará el 3% de déficit en 2024 y 2025, conminando al nuevo gobierno a enviar unos presupuestos “más estables y avanzados”. Es decir con más recortes de gasto de hasta 9.700 millones de euros.

Recuerda que el año próximo volverán las “reglas fiscales”, suspendidas desde la pandemia, que obligan a tener una deuda pública por debajo del 60% del PIB y un déficit que no supere el 3%. Y anuncia que en primavera se abrirán expedientes por déficit excesivo a los países que no cumplan.

La reforma de las pensiones aprobada en la pasada legislatura fijaba una fecha: 2025. Fue una imposición de la Comisión Europea. Entonces se revisará si es necesario imponer nuevos recortes para “garantizar la sostenibilidad del gasto”. Los grandes centros de poder internacionales y nacionales ya están haciendo campaña para que se apliquen recortes a nuestras pensiones.

Cualquiera de los incumplimientos puede poner en cuestión las últimas partidas de los Fondos Europeos.

En Washington se juega la otra gran partida de la legislatura: las cuestiones relacionadas con la implicación de España en la estrategia militar norteamericana, la posición e implicación de nuestro país en las dos guerras, la compra de armas o la contribución a los gastos militares de la OTAN.

Pedro Sánchez ya dejó marcada para la legislatura la importancia de esta agenda con su viaje a la Casa Blanca para entrevistarse con Biden en plena precampaña electoral.

Con Pedro Sánchez como presidente de gobierno España ha firmado la renovación del tratado sobre las bases americanas y la ampliación de la presencia militar con dos nuevos destructores para el escudo antimisiles en la base de Rota. Y ha autorizado que uno de ellos forme parte del despliegue en el Mediterráneo Oriental de la flota norteamericana de apoyo a Israel.

Sobre la mesa están pendientes cómo va a continuar las implicaciones en las dos guerras, Ucrania donde se prolonga la invasión rusa; y Gaza convertido en un polvorín con el genocidio de Israel sobre el pueblo palestino. Incluso la posibilidad de aumentar los gastos de Defensa del 2% del PIB que exigió EEUU para la OTAN.

Pero también las negociaciones para la compra de armamento, los F-35 por valor de 6.250 millones de euros, y la renovación de los sistemas de misiles.

El horizonte de la legislatura no es la amnistía. Poniéndola en el centro de todo nos quieren confundir.

Lo que nos jugamos es cómo defender los intereses de las clases populares frente a la subida de los precios y las hipotecas.

Lo que nos jugamos es cómo redistribuir la riqueza frente a quienes nos meten la mano en el bolsillo.

Cómo se bajan los precios de la cesta de la compra, especialmente de los productos básicos.

Cómo se bajan al nivel cero los intereses de las hipotecas y los precios de la vivienda.

Y cómo se blindan las pensiones en la Constitución ante la ofensiva para volver a recortarlas.

4 comentarios sobre “No es la amnistía, amigos”

  • Mis disculpas por algunos errores en la redacción de mi anterior e-mail. No obstante, creo que se ve claramente lo que quería decir. Lo escribí mediante la voz y la transcripción escrita tuvo errores. Os digo algunos de ellos:
    – En vez de facilísima quería decir dificilísima en ell siguiente párrafo: “ En las próximas elecciones que posiblemente sean prematuras dada la facilísima situación “
    – la palabra Alan en el suguiente párrafo es un error. Si se elimina el sentido de la frase creo queda claro: “ ha sucumbido, de alguna forma a la tentadora inmediatez. Alan de continuidad en el poder de un gobierno semejante al anterior
    – En vez de terceras criticas quería decir certeras críticas en el siguiente párrafo: “ ha sucumbido, de alguna forma a la tentadora inmediatez. Alan de continuidad en el poder de un gobierno semejante al anterior “

  • Me sorprende el cambio que he visto en relación a la postura frente al independentismo catalán, a mi entender, certera, crítica del movimiento independentista sus causas y el importante papel de las riquísimas élites económicas catalanas especialmente las que llamabais burguesía burocrática, que se enriquecía a partir de los presupuestos públicos, etc.
    Solo vi algunos artículos al respecto hace tiempo que me gustaron. Eso me hizo interesarme en vuestra página Libertad digital pero progresivamente aunque no la he seguido de una forma continuada he visto un cambio de postura y una posición cada vez más favorable a los acuerdos del gobierno y los partidos de coalición con el independentismo concesiones tan importantes y de consecuencias, a mi entender de tanto riesgo en muchos sentidos, incluido el económico dadas las prebendas que se otorgan a Cataluña y el País Vasco, que repercuten negativamente En la economía del resto de las comunidades autónomas.
    Es solo una impresión, puesto que no os sigo de una forma continua, pero intuyo que ese cambio que he visto tiene que ver con el deseo de continuidad del gobierno y sus alianzas y de que habéis caído de alguna forma en la misma tentación que dichas fuerzas para obtener el poder frente a la posibilidad de un gobierno de derechas.
    A mi entender es una visión muy a corto plazo. Una visión de satisfacción inmediata Qué hipoteca el futuro. Creo que todas las concesiones realizadas para obtener el poder, han sido una especie de suicidio político, puesto que la intención de votos mayoritaria en España creo que va a cambiar sustancialmente durante mucho tiempo. En las próximas elecciones que posiblemente sean prematuras dada la facilísima situación y equilibrio en que queda la gobernabilidad. Creo que el triunfo de la derecha va a ser considerable y duradero. Es posible que se prolongue durante varias legislaturas futuras.
    Como decía, al principio, creo que a mi entender lúcido análisis que hacéis en relación al independentismo, hace un tiempo, ha sucumbido, de alguna forma a la tentadora inmediatez. Alan de continuidad en el poder de un gobierno semejante al anterior.
    Pero la verdad es la verdad y la verdad que antes vi que promulgaba no es la que ahora parece que adoptáis. Es un cambio que obedece más a un interés que a una verdad. Algo semejante a lo que ha hecho el anterior gobierno al cambiar su posición antes de la elecciones pon su interés y no por la verdad.
    Aparte del cambio de la tendencia nacional de voto, e independentismo egoísta sigue ganando bazas para conseguir su objetivo, que es la independencia por lo que La posibilidad de la ruptura de la unidad de España es cada vez más real. Algo que tiene unas consecuencias todavía más importantes para el futuro de la actual nación española.
    Faltar la verdad por conseguir intereses y poder pueden tener beneficios inmediatos, pero tarde o temprano se paga.
    No hago estas declaraciones desde la derecha ni desde una posición conservadora. Siempre he defendido la evolución progresiva, la igualdad, la libertad, etc. Luché contra el franquismo y estoy profundamente en contra del capitalismo, deshumanizado, salvaje, canalla, etc. en contra del neoliberalismo que está llevando el planeta planeta al desastre. Aunque no pertenezco a ningún partido ni soy partidista me inclino hacia la evolución que lleve a la humanidad a una mayor justicia, plenitud y paz. Con esto quiero deciros que no os hablo desde posiciones, digamos de derechas. De hecho, me gusta lo que habláis en relación al gran peligro de los grandes poderes y élites económicas y militares. Pero me ha decepcionado y ese cambio que he visto ese dejar aquella crítica que vi del peligro de la independentismo egoísta, auspiciado y promovido por las grandes élites económicas catalanas tan corruptas y tan voraces.
    Es una pena, porque vuestras terceras críticas y explicaciones, a mi entender, en relación a ese independentismo egoísta, me habían gustado y me habían hecho simpatizar con vuestra página Libertad digital.
    Espero que este comentario mío sirva para hacer reflexionar sobre el porqué de ese cambio de actitud o vuestra y para tomar consciencia del grave riesgo al que nos enfrentamos, aunque aparentemente haya triunfado el lado, digamos progresista. Pero a mi entender es una victoria pirrica.
    Si en vez de doblegarse a las voraces y desmedidas exigencias de la independentismo, el gobierno y sus aliados se hubiesen mantenido En la postura que tuvieron antes de las elecciones y hubieran dejado bien claro que no se doblegaban a esas exigencias. Unas nuevas elecciones muy posiblemente creo que hubiesen dado un resultado favorable para dichas fuerzas sin la necesidad de hacer concesiones espureas.

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