El 12-D es necesario que el pueblo trabajador de toda España haga acto de presencia multitudinaria en las calles de Madrid. Pero sólo con esto no es suficiente. Frente a la convocatoria apocada y a la defensiva de los sindicatos («que no se aprovechen de nosotros») hace falta que en la manifestación se levante con fuerza la idea de que SÍ SE PUEDE acabar con la crisis y el paro, que sí hay una alternativa para crear riqueza y empleo desde los intereses de la mayoría.
El 12-D es necesario que el ueblo trabajador de toda España haga acto de presencia multitudinaria en las calles de Madrid. Pero sólo con esto no es suficiente. Frente a la convocatoria apocada y a la defensiva de los sindicatos (“que no se aprovechen de nosotros”) hace falta que en la manifestación se levante con fuerza la idea de que SÍ SE PUEDE acabar con la crisis y el paro, que sí hay una alternativa para crear riqueza y empleo desde los intereses de la mayoría.En la situación actual de crisis y con la perspectiva de varios años de estancamiento económico no es el momento de dar por perdida de antemano la batalla. Sino de plantar cara y lanzarse a la ofensiva. Los grandes poderes oligárquicos –bien sea con el actual gobierno de Zapatero o con uno del PP que tome el relevo para hacer el trabajo más “sucio”– van a pretender imponer sobre la mayoría de la población un retroceso y un empeoramiento sustancial de las condiciones de vida y trabajo, a través de las subidas de impuestos, la rebaja salarial, la reforma laboral y el recorte de los gastos sociales.Pero en este proyecto tienen un punto débil, muy débil.El rechazo y la indignación de la inmensa mayoría de la población que ve cómo mientras su nivel de vida se deteriora abruptamente, los grandes bancos y monopolios siguen disfrutando de unos beneficios de escándalo, mientras sus altos directivos cobran unos sueldos que multiplican, como media, 5.000 veces el salario de cualquier trabajador español. Y el desprestigio absoluto que ha alcanzando una clase política –encargada de llevar estas medidas adelante– que ha hecho del parasitismo y la corrupción su modo de vida. ¡Qué devuelvan lo que han robado, unos y otros, debe convertirse en un clamor unánime el 12-D en Madrid! Y desde ahí extenderse al resto de la nación.En lugar de situarse a la defensiva, hay que golpear en estos puntos débiles para hacer avanzar una alternativa que se corresponda con los intereses de la mayoría del país. Una alternativa encabezada por cuatro exigencias.-Por una REDISTRIBUCIÓN SALARIAL. Que nadie, ningún trabajador, parado o pensionista, cobre por debajo de los 1.000 euros mensuales. Pero que nadie, ningún banquero, ningún directivo, ningún alto cargo público, gane por encima de 10.000.-Por una REFORMA FISCAL progresiva. Para que quien más tiene, pague más. Para acabar con una situación como la actual donde son las rentas del trabajo las que cargan con todo el esfuerzo fiscal, mientras las SICAV de las grandes fortunas pagan un irrisorio 1% de impuestos de los beneficios multimillonarios que obtienen.-Un RECORTE DE UN 20% en los gastos del Estado. Empezando por los gastos inútiles, suntuosos e improductivos de una clase política acostumbrada a disfrutar y derrochar impunemente del dinero de los demás.-Que los bancos DEVUELVAN INMEDIATAMENTE EL DINERO DEL RESCATE BANCARIO que han gastado para pagar sus deudas y aumentar sus beneficios. Que todo ese dinero se destine a créditos públicos a bajo interés para pymes y autónomos.