Merkel y Sarkozy, verdaderos patrones de Europa

«Incluso con el Tratado de Lisboa, Europa no tiene una varita mágica que puede transformarla y darle de repente un papel que no tiene en los asuntos mundiales. Después de la ilusión generada por la carrera por la presidencia de la UE, es necesario redescubrir el sentido de la realidad».

“En resumen, con el triunvirato de Van Romuy-Barroso-Ashton, está claro que los verdaderos jefes de Europa será Nicolás Sarkozy y Ángela Merkel. Las nuevas instituciones nacidas del Tratado de Lisboa puede ayudar, pero no serán un sustituto de la voluntad política cuando se trate de hacer avanzar a Europa.” (LE FIGARO) LA JORNADA.- Estos fracasos arrojan una situación paradójica, pues exhiben al presidente de la nación más poderosa del mundo como un hombre incapaz para cumplir con sus promesas básicas y entrampado entre los intereses de la clase política y los poderes fácticos de su país. Por lo demás, las complicaciones que ha enfrentado Obama en los primeros 10 meses de su mandato para impulsar su proyecto político permiten ponderar el tamaño y la perdurabilidad del desastre que le heredó la administración Bush. KOMSOMOLSKAYA PRAVDA.- A finales de 2008 China controlaba el 21% de la producción del crudo en Kazajstán, 2,5 veces más que Rusia. Al año siguiente, su participación en el sector energético de Kazajstán se elevó a un tercio, nivel equiparable al de la empresa estatal Kazmunaigaz. El próximo lanzamiento de un gasoducto chino-kazajo, para el transporte del gas producido en Turkmenistán, va a debilitar en grado considerable la posición del grupo ruso Gazprom como proveedor exclusivo del gas centroasiático. Poco a poco, China se convierte en el mayor poder energético del Asia Central. Francia. Le Figaro Merkel y Sarkozy, los verdaderos patrones de Europa Incluso con el Tratado de Lisboa, Europa no tiene una varita mágica que puede transformarla y darle de repente un papel que no tiene en los asuntos mundiales. Después de la ilusión generada por la carrera por la presidencia de la UE, es necesario redescubrir el sentido de la realidad. La elección de Herman Van Rompuy y Catherine Ashton puede decepcionar, pero refleja el estado actual de las instituciones de una Europa en desarrollo, donde es necesario antes que nada hacer funcionar unas instituciones que aún no han sido probadas. El nuevo Presidente permanente de la Unión Europea y el "Alto Representante" a cargo de la diplomacia son personalidades discretas, desconocidas y sin experiencia. Ambos no dejan de tener ciertas cualidades, incluyendo la capacidad de generar compromisos, algo valioso cuando se trata de gestionar una Europa de veintisiete. Sin desagradar a los "pequeños" países, aliviados por el acceso de un belga a la presidencia, su nombramiento confirma la importancia creciente del eje franco-alemán y la primacía de lo intergubernamental en la Europa de hoy. Nicolás Sarkozy y Ángela Merkel son en realidad los principales arquitectos de una elección que, junto con la renovación de José Manuel Barroso, preserva su propio papel en la conducción de la política y la diplomacia europea. Una opción que, además, garantiza a sus dos países la obtención de puestos económicos dominantes en la próxima Comisión. El nombramiento de Catherine Ashton para las Relaciones Exteriores de la Unión es paradójico en la medida que su país se opone. por principio, a cualquier idea de la diplomacia europea. Eso dice mucho acerca de las limitadas ambiciones concedidas a este concepto por París y Berlín, pero principalmente es una tentativa de amarrar al Reino Unido a Europa antes de la llegada al poder en Londres de un gobierno conservador, particularmente euroescéptico. En resumen, con el triunvirato de Van Rompuy-Barroso-Ashton, está claro que los verdaderos jefes de Europa será Nicolás Sarkozy y Ángela Merkel. Las nuevas instituciones nacidas del Tratado de Lisboa puede ayudar, pero no serán un sustituto de la voluntad política cuando se trate de hacer avanzar a Europa. LE FIGARO. 20-11-2009 México. La Jornada Obama: presidencia entrampada En el contexto de su gira por Asia, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reconoció ayer que el campo de concentración establecido por la administración de George W. Bush en la base militar de Guantánamo no podrá ser cerrado en enero próximo, como el propio mandatario se había comprometido a hacerlo; dijo que espera que se logre concretar la clausura en algún momento del año entrante –si bien se resistió a ofrecer una fecha–, y negó sentirse desilusionado, puesto que “sabía que iba a ser difícil”. El incumplimiento de lo que hasta ayer constituía una de las promesas más emblemáticas de la administración Obama en materia de política exterior –junto con su voluntad de acercamiento al mundo islámico y sus gestos de distensión hacia Irán– representa un duro revés a los intentos del político afroestadunidense por redimensionar la proyección de su país hacia el resto del mundo y arroja una perspectiva de derrota para el actual ocupante de la Casa Blanca ante las presiones ejercidas por los halcones de Washington y los integrantes del complejo industrial-militar de ese país, quienes habían convertido el cierre de Guantánamo en objeto de pugna política en meses recientes. La postergación indefinida de la clausura de ese campo de concentración ilegal que constituye una afrenta para el mundo civilizado es motivo de preocupación adicional por cuanto viene precedida de una serie de fracasos del actual gobierno estadunidense en el ámbito externo, entre los que destacan su incapacidad para incidir a favor del restablecimiento del orden democrático en Honduras, para concretar la salida de sus tropas de Irak y para poner fin a la guerra que su país desarrolla en Afganistán. Respecto de esto último, son significativos los señalamientos realizados ayer por el propio Obama en el sentido de que se encuentra muy cerca de definir si enviará o no más soldados a territorio afgano, así como la presencia en Kabul de su secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien asistió a la ceremonia de investidura del relegido presidente Hamid Karzai, en lo que constituye la convalidación de un régimen fraudulento y la bancarrota de cualquier aspiración democrática para esa nación centroasiática bajo ocupación militar. Para colmo, las concesiones realizadas por Obama a los sectores belicistas no han servido, a lo que puede verse, para obtener que sean respaldados los componentes centrales de su agenda en el ámbito interno: así lo muestran las dificultades que ha enfrentado la reforma al sistema de salud de ese país –recientemente aprobada por la Cámara de Representantes, pero que encarará duras oposiciones en el Senado–, y el callejón sin salida en que se encuentra la discusión de una reforma migratoria que, pese al compromiso expresado por el mandatario estadunidense, ni siquiera ha sido formalmente presentada ante el Congreso. Estos fracasos arrojan una situación paradójica, pues exhiben al presidente de la nación más poderosa del mundo como un hombre incapaz para cumplir con sus promesas básicas y entrampado entre los intereses de la clase política y los poderes fácticos de su país. Por lo demás, las complicaciones que ha enfrentado Obama en los primeros 10 meses de su mandato para impulsar su proyecto político permiten ponderar el tamaño y la perdurabilidad del desastre que le heredó la administración Bush. Es de suponer, por último, que los retrocesos comentados generarán, más temprano que tarde, desaliento y frustración entre los ámbitos liberales y progresistas que hace un año votaron por Obama, y que ello acabará por desgastar las bases de apoyo del actual presidente y estrechará aún más sus márgenes de maniobra. Si a esto se añade el colapso de la derecha partidista estadunidense –también como resultado de la desastrosa era Bush–, es claro que la sociedad del vecino país podría asistir en el futuro próximo a la pérdida de alternativas político-electorales y que ello confirmaría y ahondaría la crisis política y moral en que el anterior gobierno dejó sumida a la superpotencia y que, a pesar de la llegada de Obama a la Casa Blanca, dista de haber sido superada. LA JORNADA. 19-11-2009 Rusia. Komsomolskaya Pravda China empezará la absorción de la ex URSS por Kazajstán. Daria Aslámova Es en Kazajstán donde se va a iniciar la absorción de la antigua URSS por China. En Kazajstán se perciben dos actitudes hacia China. La oficial, claramente expresada por el presidente del Parlamento kazajo, Kasim-Zhomart Tokáyev, consiste en que "no hay manera de ignorar a China que tiene una frontera de 1.700 kilómetros con Kazajstán, es la economía más dinámica del planeta y pronto será la segunda en importancia". El líder kazajo, Nursultán Nazarbáyev, sugiere "no alentar recelos fantasma propagando rumores sobre la amenaza china", recordó Tokáyev. Con los micrófonos encendidos, cualquier funcionario kazajo dirá que "la amenaza china es un mito alarmista". Ya en off, aflora una versión alternativa y cotidiana, basada en profundos temores históricos. El propietario de un club en Almaty, la antigua capital de Kazajstán, dijo que "los kazajos odian a China genéticamente" y, "si tuvieran fuerzas, habrían construido hace tiempo la Gran Muralla Kazaja para aislarse del vecino". Él comparó la actuación de Kazajstán con la de "un cordero rodeado por lobos". "Les entregamos sin rechistar nuestro petróleo y nuestro gas, en calidad de rescate. Que drenen todos nuestros recursos con tal de que nos dejen nuestra tierra querida", dijo. El miedo histórico de los kazajos se remonta al siglo XVIII cuando la dinastía Qing acabó con el gobierno de los dzungar en los territorios conocidos hoy como Región Autónoma Uigur de Xinjiang. Después de que sus vecinos y antiguos rivales fueron masacrados a sangre fría, los kazajos optaron por buscar amparo en Rusia. Otro recuerdo que persiste en su memoria es el enfrentamiento entre militares chinos y soviéticos cerca del lago Zalanskol, en 1969. A finales de 2008 China controlaba el 21% de la producción del crudo en Kazajstán, 2,5 veces más que Rusia. Al año siguiente, los chinos lograron canjear un crédito de 10 mil millones de dólares por el 49% de la petrolera kazaja Mangistaumunaigas, gracias a lo cual su participación en el sector energético de Kazajstán se elevó a un tercio, nivel equiparable al de la empresa estatal Kazmunaigaz. Ya se puso en marcha una tubería capaz de transportar cada año hasta 20 millones de toneladas del crudo de Kazajstán a China. El próximo lanzamiento de un gasoducto chino-kazajo, para el transporte del gas producido en Turkmenistán, va a debilitar en grado considerable la posición del grupo ruso Gazprom como proveedor exclusivo del gas centroasiático. Poco a poco, China se convierte en el mayor poder energético del Asia Central. El periodista Vladímir Roerich señala que Kazajstán, con su territorio inmenso pero despoblado, es una especie de "planeta periférico (…) desgarrado entre dos componente gravitacionales, la rusa y la china". "Como el Gran Hermano Ruso está débil, enfermo y no es capaz de retener siquiera a la pequeña Georgia, poco a poco nos reorientamos a China. Ya echaremos de menos a los colonizadores rusos. Eran casi ángeles. Construían escuelas, teatros, hospitales y carreteras. La gente no acostumbra a admitirlo a día de hoy pero este territorio jamás fue tan próspero como en la época del dominio ruso. Nadie tuvo que luchar por la independencia, nos la regalaron. Fuimos los últimos en abandonar la Unión (Soviética) y la zona del rublo. Y ahora estamos tambaleándonos, sin decidir contra quién apoyarnos". KOMSOMOLSKAYA PRAVDA. 17-11-2009

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