El consejero delegado de La Sexta, José Miguel Contreras, ha lanzado públicamente con sus declaraciones el pistoletazo de salida de un brutal proceso de concentración en el ya hipermonopolizado panorama de la información. Para Contreras, «vamos a vivir los meses más importantes de la historia de la televisión en España. Por factores legislativos y financieros (…) de este proceso surgirán grupos mucho mas potentes (…) podrían sobrevivir tres grupos». Los movimientos de fichas ya avanzan a un ritmo frenético en el tablero mediático: anuncios de fusión, renegociaciones de deuda, apertura de nuevos nichos de negocio como la TDT de pago… Una batalla que dará lugar a un mayor grado de monopolización y control de la información, a monopolios mediáticos con mayor poder para dictaminar qué podemos y qué no podemos conocer.
El asado 20 de febrero, el gobierno de Zapatero aprobó un Real Decreto que eliminaba las trabas legales que impedían dar un salto hacia una mayor concentración de los medios de comunicación, en aras de mantener un mínimo de pluralidad. Ese paso, exigido por los principales monopolios del sector, ha abierto la veda de un acelerado proceso de fusiones. La dirección de la Sexta, la cadena con mayores dificultades financieras, fue la primera en ofrecerse al mercado, intentando desesperadamente encontrar una pareja en el baile de fusiones. Las campanas de boda suenan también para Telecinco y A3, que ayer vieron afectada su cotización bursátil ante los persistentes rumores de fusión. En la base de este proceso de concentración están los efectos de la crisis sobre los gigantes del sector. Jaume Roures, presidente de MediaPro, principal accionista de La Sexta, declaraba explícitamente que “no se puede mantener un sistema de 40 canales en abierto pagados por la publicidad, menos cuando el sector ya se halla en una situación de crisis con caídas del 25% de la misma”. Incluso el imperio Polanco enfrenta serias dificultades. PRISA acaba de acordar con los bancos nacionales y extranjeros acreedores una prorroga de pago “in extremis”, el mismo día que vencía una deuda de 1.900 millones que no estaba en condiciones de pagar. Pero la prórroga sólo da un balón de oxígeno parcial a PRISA, que necesita enjugar una deuda de 5.000 millones, para lo que está preparando la venta de Digital + a Telefónica y Vivendi. Y los grupos editores de los principales diarios llevan siete meses negociando con el gobierno un plan de rescate similar al que ya ha implantado Sarkozy en Francia. Zapatero prepara también un nuevo salvavidas a los monopolios del sector con la reforma de la Ley Audiovisual –donde se reducirá por ley la participación de los medios públicos en la publicidad, o se legalizará la TDT de pago, un nuevo sector de negocio para los monopolios-. Estamos a las puertas de un nuevo proceso de concentración en el hipermonopolizado sector de la información. Menos conglomerados y más poderosos, con un mayor control sobre la información y, por tanto, más capacidad para imponer una férrea censura –relegando al ostracismo del silencio lo que no quieren que conozcamos- y para inocular en nuestra conciencia el punto de vista que a ellos les interesa. Menos monopolios y más pensamiento único. Este es el futuro que se prepara para la información en España.