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Coincidiendo con la quinta ronda de negociaciones entre representantes de Marruecos y el Frente Polisario en Nueva York, la ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez, ha realizado su primer viaje a EEUU con la intención de seguir actuando, según ella misma ha declarado, para que Estados Unidos se implique más en la solución al problema del Sáhara.
iménez, tras reunirse con el secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, y el enviado esecial para el Sáhara, Christopher Ross, se reunió con la secretaria de Estado Hillary Clinton para que EEUU active el llamado “Grupo de Amigos del Sáhara”, formado por EEUU, Francia, Reino Unido, Rusia y la propia España, y obligar a que “las partes flexibilicen sus posiciones”. Pero con estos “amigos” y el cambio de posición pro marroquí del gobierno español, ¿qué se puede esperar sino el aumento de la presión sobre los saharauis para que “flexibilicen” su posición, abandonen la exigencia del referéndum de autodeterminación, amparado por las propias resoluciones de la ONU, y obligarles a aceptar las posiciones del régimen de Mohamed VI?Las declaraciones de la ministra Jiménez, hablando de “las dificultades para organizar un referéndum de autodeterminación”, y del ministro de la Presidencia Ramón Jáuregui aconsejando al Polisario “no despreciar la opción de la autonomía” que propone Marruecos, aumentan el recelo y la desconfianza saharaui.Como ha declarado el representante del Polisario en la ONU y miembro de la delegación que participa en las conversaciones, Ahmed Bujari, en estas condiciones, “cualquier idea que pueda proponer España no es de buen agüero… Es mucho mejor callar que meter la pata”.