Especial gripe porcina

Méjico-EEUU: ¿epidemias paralelas?

El origen geográfco de la gripe porcina es un puzzle que es necesario recomponer. El que se la haya intentado denominar «gripe mexicana» ha levantado el orgullo patrio de muchos: «No hay derecho. Nosotros hemos sido las ví­ctimas, porque surgió en California», afirma Paco Garcí­a, un empresario autónomo que vivió nueve años como ilegal en Estados Unidos antes de ser deportado. ¿Cómo fue identificado el virus? Las versiones sobre el origen de la crisis son variopintas, pero lo que más indigna al orgullo patrio es que en los primeros dí­as se la tratara de bautizar como

El asado10 de marzo, saltó la alerta en la villa de La Gloria, un pueblo cercano a un centro de criadero de cerdos a tres horas de la capital de Méjico. No era ya temporada de gripe cuando saltó un brote entre los vecinos. En EEUU, el 30 de marzo una casualidad hizo que un caso de gripe también atípica fuera detectada. Un niño de diez años en el sur de California acudió a la consulta médica por fiebre y tos. Coincidió que el centro de investigación sanitario naval de San Diego estaba realizando un ensayo con un nuevo método que detecta la gripe en media hora. La muestra nasal del niño (cuya prueba dio positivo) fue analizada, como tantas otras, al día siguiente. El virus era de la gripe, pero era atípico. En los siguientes días, mientras los laboratorios norteamericanos no conseguían clasificar el virus de los casos californianos, la enfermedad se extendía en La Gloria, hasta 616 vecinos, nada menos que el 30% del pueblo, estaban afectados a día 10 de abril. Mientras en EEUU no se aceleró la identificación del virus puesto que el chico se había recuperado, en Méjico, el laboratorio nacional de Méjico Capital, incapaz de identificar la cepa, envió las muestras a Canadá. El brote de gripe porcina en 1976 sí desembocó en la vacunación de cuarenta millones de personas después de que la gripe porcina acabara con la vida de un soldado en Nueva Jersey. Finalmente, el 13 de abril, el virus de California fue enviado a los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) en Atlanta. Otro brote apareció en Oaxaca con víctimas mortales. Al mismo tiempo, un nuevo caso de una niña alertó al director del laboratorio Naval (un auténtico cazador de virus que conocido en el mundo de los “detectives médicos” por sus años en Indonesia), quien alertó directamente a los CDC. En menos de una semana, a la agencia epidemiológica estadounidense le había llegado dos toques de atención. Los CDC son un auténtico “Gran Hermano Global” para la caza de virus: sus funcionarios, a criban informáticamente la red (noticias, blogs…) y los datos que llegan al centro de operaciones, para detectar brotes. Ese mismo 13 de abril, el gobierno mejicano envió un correo electrónico a los CDC describiendo el brote de “enfermedad respiratoria inexplicada”, puesto que la temporada de gripe común había pasado ya, a miles de kilómetros de los casos norteamericanos. Comparado con las temporadas de gripe común habituales, hubieron este año hasta 3000 casos adicionales, más del doble de brotes, un bajón en la edad habitual y una mayor severidad y mortalidad de los casos. Los científicos mejicanos dicen que el virus se extendió originariamente dentro de familias y entre trabajadores, en vecindarios densos y pobres de la capital. Los documentos oficiales dicen que el 77% de los casos confirmados son de Méjico Ciudad. El porcentaje llega a 93% si incluimos el vecino estado de Méjico. Zonas deprimidas y masificadas, un caldo de cultivo excelente para el virus. El 14 de abril, el responsable de la división de gripe de los CDC ya tenía el resultado: era gripe porcina. Había visto una docena de casos de gripe porcina en los últimos años que solían corresponder a niños que visitaban zoos o granjeros en contacto con cerdos enfermos. Cuando entró la segunda muestra cotejaron con el archivo de virus de gripe porcina. No coincidía. Más casos. Llegaron muestras de dos adolescents tejanos. Otro de San Diego. Mientras Obama aterrizaba en Méjico, los CDC pedían muestras al gobierno mejicano sin sospechar que la gripe mejicana tuviera que ver con sus casos. El 16 de abril, el instituto mejicano de epidemiología alertó a la Organización Panamericana de la Salud sobre la alarmante cifra alarmante de casos de gripe y neumonías atípicas. Sin embargo, su responsable denuncia que no se tomara medida alguna en seite días, cuando los CDC norteamericanos ratificarían que se trataba de una nueva cepa del H1N1 y la OMS admitiera estar "muy preocupada" de que el brote pudiera convertirse en una pandemia. El fin de semana del 18 de abril los CDC empezaron una investigación sobre dos casos de la zona de San Diego. Se entrevistó a los chicos, sus familias, escuelas y amigos. Más de 90 personas fueron entrevistadas y se analizó su sangre. Se buscaba contacto con cerdos. Ni se encontró la relación con estos ni entre los chicos afectados, que vivían demasiado lejos uno de otro. El cuadro norteamericano, enfermedad leve en niños que se recuperaban totalmente, no cuadraba con las muertes en Méjico. La alarma salta definitivamente el 22 de abril. Llega la confirmación de que los casos de California son debidos al mismo virus que los de Texas. La probabilidad de que esto sea casual es 0. Se puso en marcha las medidas y la coordinación con 50 laboratorios estatales de salud pública en EEUU. Al día siguiente se completaban los análisis de las muestras de Méjico: el virus era el mismo. El niño de cinco años Edgar Enrique Hernández, de La Gloria, fue declarado el primer caso confirmado de gripe porcina H1N1.

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