SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Mas vapuleado en Bruselas por su «deshonestidad intelectual»

Artur Mas pasó ayer por delante de la Comisión y el Consejo Europeo, pero no entró en sus sedes ni se citó con ningún destacado líder político. Su visita a Bruselas, la primera desde que lanzó el órdago soberanista que tan de cabeza ha traído a la CE, tenía como objetivo proclamar su visión de Europa y de Cataluña y, a ser posible, lograr la mayor repercusión internacional. Repercusión tuvo, pero la reacción de los periodistas y eurodiputados de distintas nacionalidades no estuvo precisamente a la altura de sus expectativas. El líder de CiU se encontró un aforo completo pero con muchas opiniones contrarias a su pulso independentista. Una de las más duras con Mas fue la corresponsal sueca (Teresa Küchler) del Svenska Dagbladet, que no dudó en reprocharle que pretenda preguntar a los catalanes si quieren una Cataluña independiente «dentro» de la UE, algo que tildó de «deshonesto intelectualmente». También le recordó que «probablemente otros países», además de España, vetarían su entrada en el club comunitario. Entre los asistentes al coloquio, que tuvo lugar en un hotel del barrio europeo -el mismo en el que se hospeda Mariano Rajoy cuando asiste a las cumbres- estaba un buen número de eurodiputados. Entre ellos, Ramon Tremosa (CiU), uno de los que enviaron la carta a la comisaria Viviane Reding pidiendo que suspendiera los derechos de voto de España en el Consejo Europeo. El presidente autonómico recibió también críticas de algunos eurodiputados europeos, como el socialista escocés David Martin, que le recriminó usar un discurso plagado de contradicciones. «No entiendo que rechace compartir sus recursos con España, pero está dispuesto a compartirlos con el resto de socios de la UE», dijo. Martin también le recordó que «no está en sus manos» vincular en la misma pregunta la independencia de Cataluña con la pertenencia a la UE. Otro eurodiputado, éste de nacionalidad polaca, le recordó que los procesos de negociación para entrar en la UE son muy complicados y preguntó si ha informado bien a los ciudadanos catalanes de lo difícil que es el proceso. En la rueda de prensa previa a esta conferencia, otros periodistas preguntaron a Mas si había explicado bien a los catalanes los problemas que aparecerían en su vida cotidiana si Cataluña quedara fuera de la UE. «Se lo explicaremos, pero dejémosles que elijan por ellos mismos», respondió. Mas ha tenido que ir a Bruselas para comprobar que los conceptos Cataluña independiente y UE no casan bien. Más aún, después de que la Comisión Europea haya zanjado el debate asegurando que cualquier región que se independice de un estado miembro quedará automáticamente expulsada del club comunitario. El líder autonómico es consciente de que su deseo de ver una Cataluña independiente dentro de la UE tiene demasiados obstáculos, y ayer reconoció que repensará su estrategia si se demuestra que es «absolutamente imposible» la permanencia de Cataluña en caso de una hipotética secesión de España. Es la primera vez que el candidato de CiU a las elecciones autonómicas del próximo día 25 reconoce públicamente que puede no salirle bien su plan soberanista. Y no deja de ser significativo que haya publicitado esta certidumbre en Bruselas, adonde viajó para exponer su visión de Europa «como partido mayoritario catalán». «Si llegamos a la conclusión de que es absolutamente imposible ser independiente dentro de la UE, entonces repensaríamos nuestra estrategia», dijo en el debate, organizado por el think tank bruselense Friends of Europe, al que también asistieron el número dos de Olli Rehn, Amadeu Altafaj, y el embajador de España ante la UE, Alfonso Dastis. En cualquier caso, Mas insiste en que lo más importante es que el pueblo catalán pueda ser consultado para decidir su futuro, y su estrategia pasa por tres fases diferentes, en función del éxito en las negociaciones con el Ejecutivo central. «Nuestro primer objetivo es lograr un acuerdo con el Gobierno para hacer una consulta dentro del marco constitucional, pero digamos que, hoy por hoy, parece un poco difícil», reconoció Mas. La segunda opción sería sondear la opinión popular bajo el paraguas de una ley de ámbito autonómico sobre consultas. Y, en el caso de que aun así tampoco fuera posible, Mas planteó ayer una tercera vía: convocar nuevas elecciones «con carácter refrendatario», y plantearlas como un plebiscito soberanista: «Hasta el último momento se puede transformar una convocatoria electoral en un referéndum. No descarto nada dentro de la legalidad; la consulta debe hacerse», dijo sólo unas horas antes en una rueda de prensa en la embajada de Cataluña en Bruselas. La visión de Europa que defendió ayer el líder catalán supone una reconversión de la UE hacia un sistema federal con un presidente elegido directamente por los ciudadanos europeos y un parlamento fuerte. Mas se preguntó por qué la Unión Europea no iba a aceptar que el pueblo catalán permaneciese en la UE -«de la que forma parte desde 1986», recordó- por el hecho de que cambie su estatus político. «Cumplimos todas las obligaciones y disfrutamos de los derechos como europeos. Incluso somos contribuyentes netos a la Unión, a pesar de que España en su conjunto no lo es. La cuestión es si la UE está dispuesta a dar soluciones a países como Cataluña», preguntó. El candidato a la reelección en los próximos comicios autonómicos reconoció que la legalidad europea no contempla esta opción, «pero tampoco dice lo contrario». «Nadie puede poner por escrito que una Cataluña independiente formaría parte de la Unión Europea, pero tampoco lo contrario», aseguró. Además, su opinión es que en Bruselas no hay una posición firme sobre este asunto, porque «unos días se dice una cosa y al siguiente se cambia de opinión». Sin embargo, el Ejecutivo comunitario ha sido contundente en dos respuestas parlamentarias cuando se preguntó por la secesión de un territorio de un Estado miembro. La más firme fue la que dio el ex presidente de la Comisión Romano Prodi en 2004, cuando aseguró que un territorio de un socio europeo que se declarase independiente pasaría a ser considerado un tercer país respecto a la UE y quedaría fuera del ámbito de aplicación de sus leyes.

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