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¿Corrupción, burocratismo, parasitismo, ineficacia o todo junto? Esta es la pregunta que hay que hacerse tras conocer que en Andalucía los números rojos de las empresas públicas llegan a los 1.200 millones de euros.
Así consta en el informe de fiscalización sobre la Cuenta General de la comunidad de 2007 resentado ayer por la Cámara de Cuentas a la presidenta del Parlamento. Este es el déficit, estas las pérdidas, cosechadas por las empresas públicas de la Junta antes del inicio de la crisis. Si en el 2006, la Junta las subvencionó con 2.424 millones y presentaron un “beneficio” de 37 millones. En 2007, el conjunto del sector arroja unas pérdidas de 21 millones de euros. Esas pérdidas se deben, por ejemplo, al incremento de los gastos en las empresas públicas Infraestructuras y Servicios Educativos y RTVA. ¿Para qué diablos se tienen estas empresas en estas condiciones? Cualquier empresario privado habría tenido que presentar suspensión de pagos, sin embargo, la Junta “chupa” más fondos públicos para mantenerlas a flote. Además ¿Existe alguna razón para mantener estas empresas en quiebra? ¿Es su función principal es la de sostener una tupida red clientelar subvencionada con fondos públicos? Pudiendo ser perfectamente rentables ¿Por qué en lugar de dar beneficios producen enormes pérdidas? Finalmente ¿por qué hay que subvencionarlas en lugar de invertir este dinero en empresas productivas? Hay quien dice que no serviría de nada contra la crisis una política de ahorro contra el despilfarro. Empecemos a sumar las onerosas subvenciones que “chupa” la Junta de Andalucía y saquemos las cuentas del ahorro que se podría alcanzar sanendo sus cuentas. La Junta de Andalucía de la mano de su presidente Manuel Chaves demuestra, una vez más, cómo ha conducido a la comunidad al estado crítico.Por primera vez, la sociedad andaluza suspende la gestión de Chaves y la de su oposición. Sin embargo no existe una alternativa a estas exclusivas fuerzas que dominan la vida política de la región. Hace falta de forma urgente una profunda regeneración democrática en Andalucía.