“Dumping” y armonización fiscal

Más que armonía, falta justicia fiscal

Durante las negociaciones sobre los Presupuestos Generales del próximo año, se ha reabierto una queja persistente desde hace tiempo: Si Madrid abarata o no cobra algunos impuestos a las grandes fortunas y empresas, atrae los mayores patrimonios de otras Comunidades, con lo que se dejan de ingresar impuestos de los más ricos. Con ello salen perdiendo los ciudadanos de otras autonomías; y también la inmensa mayoría de los de Madrid. 

La demandada «Armonización Fiscal» consistiría en fijar unos niveles de impuestos iguales en todas las CCAA para evitar la fuga de capitales.

El foco está especialmente puesto sobre Madrid, aunque todas las autonomías sin excepción aplican un régimen distinto de tributos respecto a la renta (IRPF), el Patrimonio, y las sucesiones (herencias…).

Navarra y País Vasco tienen además la potestad de variar el impuesto sobre beneficios empresariales. Las grandes empresas pagan un 1% menos de Impuesto de Sociedades que en el resto de España. Eso sí, las Pymes y microempresas (menos de 10 trabajadores) se ahorran un 5%, y además tienen numerosas deducciones por inversiones, creación de empleo…

Esta medida es más bien un beneficio a la industria local y no supone un incentivo suficiente para incentivar a trasladarse a pequeñas empresas arraigadas en otras comunidades. 

Beneficiar en mayor medida a los más pequeños es una línea a apoyar. Lo que sucede con Madrid es lo contrario.

Fiscalidad de clase, el Patrimonio

Cuanto más tienes menos pagas: ese es el pilar de la fiscalidad madrileña. 

El impuesto de patrimonio se creó en España en 1978. Sirvió para censar los grandes capitales y completar los ingresos del IRPF (Impuesto sobre las Renta de las Personas Físicas). En 1991 su gestión se transfirió a las comunidades autónomas teniendo éstas potestad para variar su importe.

Como Patrimonio cotizan el  conjunto de bienes y derechos de propiedad de los que uno sea titular, restando deudas personales. Ahora bien sólo se empieza a pagar a partir de un volumen fijado igual para todo el país:  lo pagan las personas que posean una vivienda de más de 300.000 euros y un patrimonio de más de 700.000 euros.

Madrid lo bonifica al 100%. No lo recauda. Ni un euro.

Esto es doblemente perjudicial: hace que se pierdan 900 millones de la recaudación de impuestos (que se acaban cargando sobre las clases populares) y atrae a grandes fortunas a fijar su domicilio fiscal en la Capital, retrayendo ese impuesto a otros territorios.

Para el año entrante el Gobierno ha subido un punto el impuesto sobre las fortunas de más de 10 millones de euros, lo que daría unos ingresos adicionales de 339 millones; pero como la mayoría declaran en Madrid donde quedan exentos,  el Estado dejará de ingresar la mayor parte: se perderán 203 millones.

Sucesiones, un río revuelto

Este impuesto varía de una Comunidad a otra creando un auténtico lío fiscal. Y ya se sabe que a río revuelto  ganancia de pescadores… 

El impuesto de sucesiones abre nuevamente el baremo entres las diferentes recaudaciones según la Autonomía. 

En el cuadro que acompaña a este artículo se hace una estimación y evidencia que la diferencia puede llegar desde pagar cero euros a pagar 100.000 por una misma cantidad heredada de 800.000 euros. 

Y así, mientras cualquier trabajador no escapa a pagar un 21% en impuestos indirectos hasta en las cosas más básicas, como el alquiler de su vivienda; sin embargo, heredando un Patrimonio millonario en algunas regiones no se pagan impuestos, cero euros; y en otras, una cantidad testimonial. 

Una familia que tenga de renta 800 euros al mes pagará de IVA 2.016 euros al año, pero quien herede 800.000 solo pagará 1.586 euros en Madrid y aún menos en Canarias, Andalucía o Cantabria.

Vuelve a repetirse el mismo sesgo de clase que con el impuesto de Patrimonio. Cuanto más tienes menos pagas…

IRPF, la renta según dónde.

En el caso del impuesto sobre la  renta, sobre lo que cada uno gana en un año (IRPF) el Estado aplica unos porcentajes comunes en toda España para cada nivel de ingresos; pero las Comunidades autómomas pueden sumar otro porcentaje adicional. Y aquí es donde se abren nuevamente las diferencias.

La Comunidad de Canarias y la de Madrid son la que menos gravan a las rentas más bajas, pero a su vez Madrid es donde menos pagan las rentas más altas. 

Procentaje del impuesto, IRPF  para las rentas bajas
Comunidad Tramo fijo estatal Recargo  autonómico Total Impuesto
Madrid 9,50% 9,00% 18,50%
Canarias  9,50% 9,00% 18,50%
Andalucía 9,50% 10,00% 19,50%
Cataluña 9,50% 12,00% 21,50%

El Govern de la Generalitat catalana tiene la hacienda que más exprime en España a los trabajadores con los menores salarios, una vez que superan el mínimo exento de cotizar. Un contribuyente que ingrese 16.000 euros pagaría 864 euros de IRPF en Madrid o Canarias, mientras que en Cataluña pagaría 1.004 euros. 

Aquí queda en evidencia la Generalitat que reclama armonizar para que no se le vayan a tributar a Madrid los más ricos, pero se cuida de ocultar que es el gobierno autonómico que más grava a sus trabajadores. También aquí habría que Armonizar…

Ahora bien, aunque el gobierno del PP en Madrid recauda un 1% menos que la media del resto de gobiernos regionales sobre los asalariados que ganan menos de 30.000 euros; cuando se trata de las rentas más altas nuevamente el perdón de impuestos se dispara: Mientras Andalucía, Asturias, Cantabria, Cataluña, La Rioja o la Comunidad Valenciana exigen a sus ciudadanos el 25,5%, la Comunidad de Madrid solo carga el 21%. Por ejemplo, a quien ingrese más de 600.000 euros al año, Valencia les exigirá 273.672 euros mientras que en Madrid serán  24.287 euros menos.

Ayuso, a las rentas bajas les descuenta un 1% sobre la media, pero a las rentas más altas les perdona un 4,5%… 

En cuestión de IRPF parece que no hay nada mejor que ser rico en Madrid y nada peor que cobrar poco en Cataluña…

Este diferente trato preferente en la capital a las mayores rentas y fortunas es el centro de la queja de quienes reclaman Armonizar fiscalmente todo el país.

Según el Instituto Valenciano de Finanzas la Comunidad Valenciana deja de ingresar 4.100 millones de euros anuales por esta actuación de Madrid bonificando el IRPF, Sucesiones y Patrimonio a las rentas más altas. 

Esta comunidad tiene abiertos 60 expedientes por cambio de domicilio fiscal ficticio hacia la capital, buscando esquivar impuestos, y solo en un primer caso resuelto han recuperado 14 millones de euros en tributos.

Unos impuestos directos progresivos para que de verdad paguen más quien más gana son una base esencial para redistribuir la riqueza. Es de justicia.

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