Batiscafo

¡Manos arriba: esto es otro contrato!, o por qué vale tanto «Autopistas de la Montaña».

Los antioqueños hemos recibido atónitos la seguidilla de noticias sobre el incremento en el valor del ublicitado proyecto “Autopistas de la montaña”. Hace escasos dos años, en una presentación hecha en el marco de Expodesarrollo 2009, evento realizado en el Centro de Convenciones Plaza Mayor de Medellín y auspiciado por el BID, la Cámara de Comercio, la Gobernación, la Alcaldía de Medellín y el Ministerio de Hacienda, ISA calculó en 5 billones 600 mil millones de pesos el costo total del proyecto. Esa presentación se hizo con toda la intención de que pareciera el fruto de un profundo y juicioso análisis.Es más, esa presentación sirvió como fundamento para que el 28 de enero del presente año se firmara el contrato bajo la modalidad de convenio interadministrativo, es decir sin licitación pública y con el compromiso de aportes oficiales por 2 billones de pesos de los cuales el Departamento aportaría 600 mil millones, el Municipio de Medellín 400 mil millones y la nación 1 billón.Sin embargo, el 26 de julio de este año, el Ministro de Transporte, en un anuncio que calificó de “buena noticia” notificó que el proyecto valdría 12 billones, más del doble de lo presupuestado inicialmente. El 24 de agosto fuimos además notificados por el Presidente de ISA, Luis Fernando Alarcón Mantilla de que se llevase a cabo o no el proyecto, ya la caja registradora había marcado $ 21.000 millones por concepto de estudios.El 6 de septiembre nos despertamos con una nueva sorpresa: ya el proyecto no costará 12, sino 15,56 billones, pero en pesos corrientes del año 2008, es decir si aplicamos la corrección monetaria a septiembre de 2011, podríamos estar hablando, a precios de hoy de un cifra cercana a 16.5 billones ¡el triple de lo presupuestado hace dos años!La explicación ligera que se nos ha entregado es que ese guarismo es el resultado de un estudio muy riguroso, de lo que se infiere que el valor inicial no lo era y que desde luego, había sido utilizado como un simple anzuelo para comprometer recursos del Estado y asegurar un contrato.Pero además de ese evidente engaño, surge una pregunta necesaria: ¿por qué cuesta 18 mil quinientos millones de pesos el kilómetro de Autopistas de la Montaña? La respuesta es simple: a los 9 mil millones que costaría, si fuese contratada por la modalidad Contrato de Obra a Precios Unitarios, hay que sumarle las TIR (Tasa Interna de Retorno) que demandan los monopolios financieros y el concesionario, que sumadas pueden superar el 35% del valor del proyecto. Es necesario precisar que la cifra de 9.000 millones kilómetro es el resultado de dividir los kilómetros de doble calzada de montaña construidos hasta hoy en Colombia, a todo costo y llevándolos a valor presente.En el caso de Autopistas de la Montaña hay que reiterar que el Concesionario, ISA, aunque de mayoría accionaria pública, obra con la lógica de los privados y su junta directiva es controlada por los accionistas minoritarios en virtud de un absurdo convenio de buen gobierno que les entrega poder de veto sobre todas las decisiones. ¡Ah!, y esos socios son los Fondos Privados de Pensiones, parásitos que manejan más de cien billones de pesos de los trabajadores colombianos.Cada día queda más claro que la frase que usé en la presentación de mi ponencia en el Concejo de Medellín acerca del Túnel de Oriente, y que fue extractada de uno de los grafitis de los “Indignados” españoles: “Manos arriba, esto es un contrato”, cae también como anillo al dedo a las Autopistas de la Montaña.

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