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Manifiesto de las pymes contra Artur Mas: «A los catalanes nos ha ido muy bien en España»

Rebelión entre las pymes catalanas. No quieren la independencia. Y así se lo harán saber al presidente de la Generalitat, Artur Mas, a partir del próximo jueves, fecha en la que se espera el nacimiento de ‘Empresaris de Catalunya’, una asociación incubada de manera discreta en un caldo de cultivo marcado por el temor a los avances del independentismo.

«Hay que dar voz a muchos empresarios que tienen miedo en Cataluña, eso es una pena, pero es que vamos a luchar contra el poder, contra el poder democráticamente constituido en Cataluña, y eso es muy grave, porque nuestro presidente, Artur Mas, ha sido elegido democráticamente pero tenemos que luchar contra él», advertía la semana pasada el vicepresidente de la asociación, José Bou, quien en declaraciones a la Cadena Cope, recogidas por ‘Vozpópuli’, decía sentirse «catalán de cabo a pies pero español por los cuatro costados».

Para dar batalla al separatismo, la nueva asociación, compuesta ya por un centenar de pymes «de una gran diversidad de sectores» y en cuyas filas se encuentran personas próximas al PP, Ciudadanos y Societat Civil Catalana, ha detallado un manifiesto en el que avisan a la Generalitat de que «no puede ni debe abandonar los principios de legalidad y neutralidad, si no nos quiere llevar a un gravísimo callejón sin salida».

En este sentido, reclaman que «el papel de Cataluña y los catalanes debe ser el de ponerse al frente de la economía y la política españolas con generosidad y responsabilidad para hacer una España fuerte dentro del proceso de desarrollo e integración de la Unión Europea». Y rematan: «A los catalanes nos ha ido muy bien en España, como lo demuestra el papel principal que tenemos aquí, y en Europa».

El manifiesto prosigue con un «no se puede seguir perjudicando ni poniendo en riesgo las relaciones con nuestros clientes, proveedores, fuentes financieras, inversores y socios del resto de España, los cuales contemplan con preocupación y estupor la evolución de este proceso secesionista» sin pasar por alto «los graves problemas de financiación de las empresas catalanas y la disminución del crédito» que se derivarían de la hipotética ruptura, tal y como advirtió hace unos meses Societat Civil Catalana.

Aseguran que lo que empezó como «un grupo de amiguetes» está provocando ahora una «cascada de adhesiones enorme». Liderados por Mariano Granduxer, del Grupo Bonanova, y José Bou, que heredó de su padre una empresa familiar de pan y bollería, también reciben el apoyo de empresarios extranjeros afincados en Cataluña. «Estamos preocupados por nuestras empresas y como sabemos que hay grandes empresarios que no se atreven a hablar, hemos dado un paso al frente», asegura Bou. Y concluye: «Hemos venido a quedarnos, no va a ser una aventura».

«Cataluña caería en una tragedia»

El nerviosismo de los empresarios catalanes ante una posible secesión es tal que hace unos meses, el rotativo británico ‘Financial Times’ insistía en la «necesidad de lograr un acuerdo con España». «Tanto ruido en las calles y tanto silencio en las salas de los consejos de administración«, relataba para después añadir que los empresarios «saben que si salen a favor de la independencia, tienen el riesgo de alejar clientes, personal y accionistas en el resto de España. Unirse con el gobierno de Madrid, en cambio, seguro que podría motivar una respuesta política y popular negativa en casa».

Pues bien, ahora ‘Empresaris de Catalunya’ nace «para explicar cosas tan secillas como que si Cataluña ella sola se expulsa de España, también se iría de la OTAN, la ONU o la OSCE. Cataluña caería en una tragedia». No se olvidan tampoco del mercado español. «Algunos empresarios de Murcia o de Almería nos dice que no nos preocupemos, que nos seguirían comprando… pero los productos catalanes en una estantería de un comercio de Castilla crearían raíces«, zanja al respecto Bou.

«Gigantes con pies de barro»

Así se sienten estos empresarios, que ahora han decidido «hacer pedagogía y explicar las consecuencias» que tendría la independencia. «Desde el poder se hablan maravillas, el mundo feliz. Sin embargo, hay que explicar los efectos políticos, económicos, morales e incluso de convivencia. Esto es de esquizofrenia«. En este sentido, no dudan en exigir que se frene «la creciente confrontación en la vida diaria generada en el seno de la sociedad por el proceso secesionista». Y cierran su manifiesto con una última petición: «Recuperar el seny y el liderazgo empresarial que siempre nos han caracterizado a los catalanes».

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