SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Mala prensa de la troika de EEUU

Durante la pasada crisis financiera, EE.UU. tuvo su troika, completamente nacional -Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal; Henry Paulson, secretario del Tesoro, y Timothy Geithner, entonces responsable de la sucursal de la Reserva Federal de Nueva York y que, con Barack Obama en la Casa Blanca, acabó sustituyendo al segundo- que aplicó su propia receta.

Desde este lado del Atlántico, asfixiados por la austeridad sincronizada impuesta a toda la zona desde Berlín, los europeos acabaron mirando con añoranza a la troika norteamericana, más orientada a las políticas de estímulo al crecimiento, frente a la formada por el BCE, el FMI y Bruselas, engolfada en el recorte del gasto y el siempre inalcanzable ajuste fiscal.

Pero las cosas no son tan sencillas. Las memorias de Geithner sobre sus años como secretario del Tesoro generarán en Europa variados titulares sobre sus críticas a la política anticrisis de los socios de la eurozona, sin duda.

Pero el ahora presidente de una pequeña firma de inversión, Warburg Pincus, no ha escrito sus recuerdos de aquella fase crítica de su vida y de la economía mundial para poner a caer de un burro a Merkel o Sarkozy. Intenta vindicarse frente a una opinión pública, la norteamericana, que le acusa de haber formado parte de un plan para salvar a la banca.

Como recogía el New York Times, gran parte de sus conciudadanos ve a Geithner “como un títere y un sirviente de los llamados banksters”, palabro con el que en EE.UU. se califica a los banqueros tras la crisis financiera.

Geithner intenta explicar que su objetivo era salvar la economía y no a los banqueros y defiende que el dinero aportado por el contribuyente ha generado beneficios para el Tesoro de “alrededor de 200.000 millones de dólares”, cifra que otras fuentes rebajan a 32.000, siempre sin incluir el costes de los programas de estímulo y de compra de deuda de la Reserva Federal.

De momento, la opinión dominante en el país es que los contribuyentes norteamericanos “nunca serán adecuadamente compensados por el alto riesgo en el que incurrieron”, como afirma Sheila Bair exresponsable del Fondo de Seguro de Depósitos.

Quizás una explicación para la mala prensa de la troika, y en especial de Geithner, es que cuando la tormenta financiera estaba descargando con más fuerza y se pidieron miles de millones a los contribuyentes, él fue quien con más fuerza se opuso a la nacionalización de la banca que plantearon algunos de sus colegas de Gobierno. Las críticas de los ciudadanos a los Gobiernos por los rescates bancarios tienen puntos en común en ambos lados del Atlántico.

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