Los zombis representan la rebeldía contra la realidad implacable de la Muerte, “esa oscura región de la que nunca ha regresado viajero alguno”, como diría Hamlet, y que impone la injusticia de hacer imposible toda esperanza.
Colaboración para Foros21 escrita en el 2009 por Jordi Grau
En mi película “No profanar el sueño de los muertos”, el protagonista termina siendo un “zombi” y quizá inicie una historia de amor entre los muertos vivientes con la misma muchacha a la que ha destruido antes abatido por la policía, convirtiéndole en un ser no vivo , pero tampoco muerto. O quizá no, quizá se dedicará a la venganza ciega contra los vivos iniciando una espiral implacable que acabará convirtiendo la humanidad entera en un cementerio viviente. Para mí, los zombis representan la rebeldía contra la realidad implacable de la Muerte, “esa oscura región de la que nunca ha regresado viajero alguno”, como diría Hamlet, y que impone la injusticia de hacer imposible toda esperanza.
Yo no sé si George A. Romero, cuando plasmó en imágenes su “Noche de los muertos vivientes”, era consciente de la profundidad del tema que estaba sacando a la luz, o estaba pensando sólo en crear un espectáculo alucinante y terriblemente hermoso. No lo sé pero, en mi caso, puedo afirmar que no era consciente en absoluto y que sólo intuía la existencia de un misterio que me atraía sin saber porqué, cuando me propusieron rodar una historia sobre un tema en el que se me había ocurrido pensar. Ahora , después de ver una y cien veces mi propia película estoy comenzando a entender que aunque ellos no lo saben porque son criaturas inventadas, todos aquellos seres ni vivos o muertos siguen existiendo y seguirán rebelándose, gracias a mi o a mi pesar , contra este misterio del no ser al que estamos. ¡Cómo os entiendo, amigos zombis y , en consecuencia, os amo! Y me consuela pensar que, cuando yo ya no esté, vosotros seguiréis en mi película, luchando por lo imposible con vuestro tesón terrible y hermoso.