La dependencia del capital franco-alemán, en el origen de la crisis

Los vampiros europeos quieren sangre española

Un sólo dato permite explicar la tormenta financiera que acecha a Grecia, Irlanda, Portugal y España. Según el Banco Internacional de Pagos, la banca europea tiene 1,5 billones de euros -de los cuales casi la mitad pertenecen al capital franco-alemán- expuestos en este grupo de paí­ses señalados como «los enfermos de Europa». Mucho dinero en juego, especialmente ahora que la emergencia de paí­ses como China, India o Brasil dejan a las burguesí­as mundiales con un trozo del pastel mundial cada vez más pequeño. Los grandes capitales europeos están exigiendo la devolución del dinero prestado durante los años de bonanza. Y esta exigencia está detrás de los draconianos planes de ajuste implantados en Grecia, Irlanda… o España.

Klaus Baader, segundo economista ara Europa del banco francés Societé Générale, ha sido suficientemente claro: “La exposición de la banca europea a este grupo de países es enorme. La crisis en Grecia no es un asunto solo de Grecia, sino un problema concreto para todo el sector bancario de Europa. Eso explica el interés de los ministros de finanzas en estabilizar la situación”.Frente a los periódicos que nos cuentan como “la UE va a rescatar a Grecia”, la realidad es que los ministros de finanzas de Bruselas son los encargados de asegurar que la gran banca europea cobrará sus deudas.Los grandes bancos europeos tienen 253.000 millones de euros expuestos en Grecia, y 1,5 billones si sumamos Portugal, Irlanda y España. De esa cantidad, casi la mitad está en propiedad de bancos alemanes y franceses.Durante los años de bonanza, el capital franco-alemán inundó de dinero fácil estos países, anundándolos a la argolla de una deuda de la que ahora estiran para imponer, en tiempos de crisis, draconianos planes de ajuste que aseguren el rendimiento de sus inversiones.Esto es lo que sucede en España. Somos el país más endeudado per cápita del mundo, y el 47% de esa deuda está en manos de Berlín y París.Mientras la economía mundial iba bien, esa financiación exterior ha sostenido la ilusión de ser la novena potencia mundial. Y ha reportado jugosos dividendos al capital extranjero en forma de pago de intereses.Ahora que, estallada la crisis, toca el reparto de pérdidas, los grandes de Europa las cargan sobre los eslabones más dependientes, como España.Quien debe el dinero a Alemania y Francia son los grandes bancos españoles, obligados a devolver a sus homólogos europeos 800.000 millones prestados para financiar el boom inmobiliario.Pero Botín y compañía han encargado a Zapatero que cargue la factura sobre nuestras espaldas en forma de recortes sociales. Esta es la realidad de la crisis, y de la política de Zapatero, que pretenden ocultarnos.

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