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En octubre del año pasado publicábamos cómo el accidente de la linea 1 de Metrovalencia de 2006, que causó la muerte de 43 personas y heridas a otras 47 se saldó con una comisión de investigación de cinco días y un juicio cerrado en falso, con graves denuncias de irregularidades, y cómo era necesario un juicio que depure las responsabilidades y repare el daño de las víctimas.
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Desde entonces ha habido novedades.
En enero la Audiencia Provincial de Valencia ordenó reabrir el caso al estimar parcialmente los recursos de apelación interpuestos contra el archivo del sumario. Ahora la jueza de instrucción 21 de Valencia, Nieves Molina, ha citado para que declaren como imputados el próximo 17 de junio a tres técnicos de la empresa de FGV implicados en la colocación y programación de las balizas de frenado del metro y que hubieran podido evitar el accidente.
Los tres imputados eran responsables técnicos de la empresa ferroviaria en el momento del siniestro. Se trata de Vicente Contreras Bórnez, director adjunto de explotación en 2006 y número dos de la entonces gerente, Marisa Gracia; Francisco García Sigüenza, director técnico de FGV y considerado el numero tres de la empresa; y Francisco Orts Pardo, responsable de la dirección de Estudios y Proyectos, el departamento en el que recayó la supervisión de los trabajos de instalación del sistema de frenado.
Se rechazó en un primer momento su imputación, pero tras el recurso de la defensa (con el respaldo de los letrados del resto de las partes y de la Fiscalía y la oposición de la Abogacía de la Generalitat) fue aceptada con un testimonio que defendía que se tenían que haber colocado dos balizas, una para proteger la curva y otra para proteger la entrada al andén, entendiendo que existió un error de programación y planificación de las balizas que fue determinante en el descarrilamiento y vuelco de la UTA al haberse podido proteger adecuadamente la curva con la sola programación de otra baliza.«Sobrecostes millonarios en las obras públicas, pero no había dinero para dos simples balizas. Los recortes matan»
Es un paso adelante en una reparación justa a las víctimas pero hay más.
La Ciudad de las Ciencias y las Artes, con un presupuesto inicial de 380 millones de euros, acabó con un sobrecoste de 700 millones de euros. Más de 377 millones (107 de sobrecoste) enterrados en Terra Mítica, 300 millones en la Ciudad de la Luz de Alicante, otros 211 millones gastados en la Fórmula 1 o los 170 gastados en el aeropuerto sin aviones de Castellón. Pero no había dinero para dos simples balizas.
Esta es una prueba de libro de que los recortes matan, los recortes en seguridad causan accidentes, los recortes en sanidad acortan la esperanza de vida, la reforma laboral aumenta la explotación y las horas de trabajo y causa mas siniestralidad laboral y mas enfermedades laborales, los desahucios generan suicidios.
Nuestra alternativa de redistribución de la riqueza es por tanto mas necesaria que nunca para evitar que nadie mas muera por un recorte.