Más de 200 órdenes ejecutivas en sus primeras horas de mandato

Los primeros pasos de Trump

Trump ya vuelve a estar al mando de EEUU, y el mismo día de su toma de posesión ha desplegado una frenética iniciativa, firmando un récord de cerca de 200 órdenes ejecutivas que entierran la era de Biden. Tanto en política internacional como en la interna, el trumpismo 2.0 echa a andar. ¿Cuáles son sus primeros pasos?

Trump ni siquiera esperó a volver a pisar el Despacho Oval para comenzar a gobernar. Tras ser investido en el Capitolio, se dirigió a un enorme estadio cubierto en Washington DC, el Capital One Arena, para rodeado de miles de enardecidos seguidores, comenzar a firmar allí sus primeros decretos. Un espectáculo televisado al estilo de un combate de boxeo.

Luego, ya en la Casa Blanca, la firma exprés de nuevas órdenes ejecutivas continuó. Casi 200 en sus primeras horas de mandato, una cantidad ingente que eclipsa lo que muchos presidentes han emitido en cuatro años de legislatura. Un torrente ejecutivo, con algunas órdenes de dudoso encaje legal, pero que cumple un papel propagandístico: estamos ante una nueva era, la «edad de oro», según Trump.

¿Cuáles son las órdenes más significativas que marcan la brújula -en política interna o en el plano internacional- del nuevo trumpismo?

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Sepultura de la era Biden y reforma del gobierno

En el estadio, ante 20.000 seguidores, lo primero que firmó Trump fue un decreto que derogaba cerca de 80 órdenes ejecutivas de Joe Biden. El segundo, una congelación regulatoria para que las agencias federales no emitan más normas hasta que el nuevo presidente tuviera el control total del gobierno.

Asimismo, y en una medida también claramente revanchista, Trump ha ordenado al Fiscal General que investigue las actividades de funcionarios de organismos como el Departamento de Justicia, la Comisión del Mercado de Valores y la Comisión Federal de Comercio durante la administración anterior

Un tercer decreto congeló la contratación de nuevos funcionarios, salvo en áreas esenciales como el ejército, y puso fin al teletrabajo de los empleados públicos. Medidas que forman parte de la orden que se crea el Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge, en inglés), un nuevo órgano consultivo destinado a reducir el costo del gobierno y que va a ser dirigido por el que es ahora el máximo consejero de Trump, Elon Musk.

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Migración y fronteras

Este es uno de los decretos más polémicos, y que posiblemente se encuentre con importantes problemas legales, porque varias de sus medidas chocan con la Constitución.

Sólo en los primeros días de mandato ya se han producido miles de redadas y de deportados. Con esta medida Trump pretende aterrorizar a la clase obrera migrante de EEUU, para imponerle unas aún más onerosas condiciones de hiper-explotación

Trump ha firmado una directiva para declarar la emergencia nacional en su frontera sur, lo cual le permite dos cosas. Una, movilizar al ejército -ya ha desplegado 10.000 soldados en la frontera sur- algo que puede ser impugnado en los tribunales, ya que la Constitución impone severos límites sobre las operaciones de la Fuerzas armadas en territorio estadounidense. Pero en segundo lugar, esa declaración dará potestad a Trump para utilizar fondos federales para construir su ansiado muro con México sin necesidad de aprobación del Congreso.

El decreto de Trump ha designado a cárteles de la droga y a las bandas criminales trasnacionales como organizaciones terroristas extranjeras, permitiendo perseguirlas con las agencias que luchan contra Al Qaeda o Isis.

Pero además, la orden presidencial «Quédate en México» obliga a 70.000 solicitantes de asilo a permanecer al otro lado de la frontera mientras se tramitan sus peticiones. Nada más asumir el poder, la administración Trump suprimió la aplicación que permitía a los solicitantes de asilo pedir cita para acceder legalmente a EEUU. Además, firmó una orden que suspenderá el programa estadounidense de reasentamiento de refugiados durante cuatro meses.

Expulsar a miles o decenas de miles de migrantes, para imponer a los millones restantes el terror y la hiper-explotación. Esta es la política migratoria de Trump.

Sin embargo, el aspecto más feroz e inhumano de este decreto es el que deroga el otorgamiento de ciudadanía automática para los niños nacidos en EEUU de inmigrantes indocumentados, lo cual permitiría la traumática expulsión del país a jóvenes y adolescentes arraigados en sus comunidades. Una medida que además de cruel es inconstitucional, ya que está prevista por la Decimocuarta Enmienda. Por eso hasta 22 Estados -la mayoría gobernados por los demócratas- han interpuesto una demanda contra esta orden ejecutiva, y un juez federal ha decidido bloquearla. ¿Qué ocurrirá si este litigio llega al Tribunal Supremo, de supermayoría conservadora, y donde tres de sus miembros han sido nombrados por Trump?

A su vez, Trump ya ha dado la orden de realizar redadas contra migrantes indocumentados en escuelas, iglesias, centros de trabajo e incluso en hospitales. Un decreto que no pretende expulsar a los 11 millones de trabajadores indocumentados que hay en EEUU -fundamentales para la marcha de la economía en áreas como el campo, los servicios o las industrias auxiliares- sino detener a miles o decenas de miles para aterrorizar al resto, empujándoles a una mayor clandestinidad, hiper-explotación, y unas aún peores condiciones de vida y de trabajo.

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Diversidad y género

Como parte de su particular «guerra cultural» ultra, Trump ha arremetido contra el colectivo LGTBI, emitiendo una orden ejecutiva que impone que en EEUU «sólo se reconocen dos sexos, el masculino y el femenino», lo cual vulnera los derechos civiles de los ciudadanos transgénero. Afectará a los tratamientos diferenciados en las prisiones, y a los documentos oficiales como pasaportes y visados.

Por supuesto corta de cuajo cualquier financiación federal a políticas que promuevan o apoyen la «ideología de género», así como a todos los programas de «diversidad, equidad e inclusión», a los que ha llamado «radicales y despilfarradores».

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Fuera de la OMS y del Acuerdo de París

Otra orden ejecutiva de Trump ha iniciado el proceso de retirada de EEUU de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un organismo al que el republicano criticó duramente durante la pandemia de Covid-19, burlándose de las evidencias científicas y defendiendo el negacionismo, saboteando cualquier medida de salud pública que fuera en contra de la ganancia económica y desincentivando la vacunación. Unas políticas negacionistas que favorecieron el contagio. De los 1,17 millones de muertes por Covid en EEUU (el país con más muertos por este virus del mundo), más de la mitad (641.305) ocurrieron después de que las vacunas estuvieran disponibles. Una orden coherente con nombrar a otro negacionista y antivacunas, Robert F. Kennedy, como Secretario de Salud.

El panel de expertos sobre cambio climático de Trump. Jack Ohman

Asimismo, Trump ha firmado la retirada de Washington del Acuerdo de París contra el calentamiento global. Ya lo hizo durante su primer mandato, pero Biden volvió a suscribirlo.

A pesar de que la producción de crudo en EEUU está en máximos históricos y no se percibe ninguna escasez al respecto, declaró una emergencia energética nacional, prometiendo llenar las reservas estratégicas de petróleo.

En lo que es un claro guiño a las megacorporaciones extractivas de EEUU -nombrando a Chris Wright, un alto ejecutivo petrolero y recalcitrante negacionista climático como Secretario de Energía- Trump ha prometido dar “rienda suelta” a la energía estadounidense, eliminando cualquier restricción ambiental o límites a la contaminación

Con la consigna «Drill, baby, Drill» («perforar, nene, perforar») ha firmado una orden ejecutiva titulada «liberar el extraordinario potencial de recursos (de gas, petróleo y otros minerales) de Alaska». Pero al mismo tiempo ha arremetido contra las renovables, poniendo fin al arrendamiento de parques eólicos y revocando lo que considera una «imposición» de vehículos eléctricos.

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Aranceles… próximamente

Utilizar los aranceles como garrote para forzar a amigos y enemigos es una de las señas de identidad del trumpismo

Sin embargo, entre sus primeros decretos, Trump no ha lanzado aún nuevas guerras comerciales u ofensivas arancelarias. Ha ordenado la retirada de EEUU del acuerdo de la OCDE, que gravaba con un tipo mínimo del 15% los beneficios de las grandes empresas, pero se ha contenido a la hora de ordenar los anunciados aranceles, su política estrella. «Creo que lo haremos el 1 de febrero», dijo a los periodistas. «Estamos pensando en términos de un 25% sobre México y Canadá, porque están permitiendo la entrada de un gran número de personas”.

“En lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, impondremos aranceles e impuestos a los países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos. Para ello, vamos a crear el Servicio de Ingresos Exteriores [una agencia tributaria paralela a la actual, de Ingresos Internos] para recaudar todos los aranceles, derechos e ingresos. Serán cantidades masivas de dinero que entrarán en nuestro tesoro, procedentes de fuentes extranjeras”, aseguró Trump en la Casa Blanca.

Entre sus primeros decretos, Trump no ha lanzado aún nuevas guerras comerciales u ofensivas arancelarias. Pero no tardará

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Indultar a los ultras

Donald Trump ha concedido su perdón imperial “total, completo e incondicional” a la turba golpista que él mismo enardeció y lanzó a asaltar el Capitolio el 6 de enero de 2021. El indulto presidencial anula las condenas a cerca de 1.500 ultras que el republicano ha calificado de «rehenes» y «héroes».

Entre los que han salido inmediatamente de la cárcel están catorce integrantes de los grupos ultraderechistas Oath Keepers y Proud Boys -varios de ellos neonazis confesos- que lideraron el asalto al parlamento y fueron condenados por los delitos más violentos.

Este indulto se produce pocos días después de que el fiscal especial nombrado para investigar el asalto al Capitolio asegurara que tenía pruebas suficientes para condenar a Trump, pero que tuvo que desestimar el caso porque no se puede juzgar a un presidente en el cargo.

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