SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Los papeles de Bárcenas desgarran las costuras del PP

“Como sigamos así, no va a haber velas ni palos que las aguanten”. La gráfica queja corresponde a un miembro de Génova, que ha vivido tiempos mejores en el partido no sólo en lo personal, y que asiste “a un cruce de navajas permanente” desde que los supuestos papeles de Luis Bárcenas convulsionaran al Partido Popular.

Desde que, primero, El Mundo se precipitara a sacar a portada la historia de los sobresueldos en el PP –sin nombres y sin apenas pruebas, sólo las “cinco fuentes solventes de la dirección”- al saber que El País tenía los supuestos documentos, “en los pasillos de Génova se vive en un continuo sobresalto”, insiste el interlocutor. “Y lo peor es que nadie se fía de nadie y se aprovecha la situación para buscar soplones, traidores y arreglar viejas cuentas”. La frase lapidaria de Rajoy en el pasado comité extraordinario –“sé quién ha sido”- es desmentida por varias fuentes presentes pero, como en el caso de los papeles, nadie duda ya de su veracidad.

En la crisis de los papeles, aunque judicialmente no se llegue a ningún puerto, el daño político provocado en el PP es de enormes proporciones. No sólo externamente –el CIS reflejará una pérdida de apoyo y de valoración aún más abrupta de la que ya mostraba a principios de enero sin que hubiera estallado aún el escándalo–, sino también reventando las frágiles costuras que sostienen un partido en el que el presidente tiene a gala la llamada táctica del pércebe –aferrarse a la roca sin moverse hasta que pase la ola-, y la secretaria general lo es a tiempo parcial, sin capacidad ni tiempo para recorrer los distintos partidos regionales repartiendo cariño, prebendas o amenazas, como hicieron otros generales secretarios.

Como ya ha publicado este diario, las quejas de la vieja guardia contra Dolores de Cospedal por “la falta de reflejos para gestionar esta crisis” han alentado otras críticas. Esperanza Aguirre, la primera señalada como filtradora de los sobresueldos, no escatimó sus diatribas en el pasado Comité de Dirección del PP de Madrid. Sin nombrar a la ministra Mato, acusó al presidente del Gobierno de no haberla destituido, poniendo como ejemplo que a ella no le “tembló el pulso” cuando cortó la rama de la Gürtel madrileña.

Fuentes del entorno de la presidenta del PP madrileño reconocen que Aguirre es “más que nunca un verso suelto” dentro del partido, y que ha empezado a “causarle problemas a Ignacio (González)”. El delfín y presidente regional, consciente de su debilidad, ha intentado diversos acercamientos a Génova y Moncloa, “y la lideresa, que parece que está de vuelta de todo, se los ha tumbado. La última, con esta historia de los sobres”, insisten en el PP de Madrid.

Otro de los políticos a quien más han perjudicado las supuestas anotaciones de Bárcenas ha sido Javier Arenas, que desde hace meses venía sonando como una de las más que seguras entradas en el Gobierno en la primera crisis que hiciera Rajoy. Su ascensión cerca del presidente, tras abandonar Andalucía, había provocado el recelo en Cospedal, y no fueron pocos en Génova los que vieron la mano de la secretaria general y su entorno en la primera filtración a El Mundo. “Qué curioso –aseguraban entonces– que lo que publicó ese periódico era que había sobresueldos y que fue ella, Dolores, la que puso fin”. La publicación en El País de que Cospedal también habría recibido dos entregas de 7.500 euros echó por tierra la operación.

Guerra de reproches

En la guerra de reproches que se ha instalado en la sede nacional del PP también hay para el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, a quien Ana Mato reprochaba hace una semana que no controlara la UDEF, autora del informe ampliado sobre la ministra y su marido, y los viajes, regalos y cumpleaños con payasos a costa de la Gürtel. Mato, que hace meses estaba en una operación diseñada por Génova para que fuera el recambio de Ignacio González en 2015 a la Comunidad de Madrid, es hoy un cadáver político que solo encuentra la mano de Rajoy por el lomo: “Todos sabemos por lo que estás pasando”.

Aguirre, Cospedal, Mato, Arenas, González, Fernández Díaz… La lista de afectados por los papeles de Luis el Cabrón sigue desgranándose. Incluso la que parece “limpia de polvo y paja” para algunos, Soraya Sáenz de Santamaría, está en la diana de quienes le reprochan que “el CNI, que está bajo su paraguas, no haya previsto nada de esto, y que mantenga al frente a un secretario de Estado nombrado por Zapatero y que se hace publirreportajes en El País Semanal”.

Todas las fuentes consultadas coinciden en que el daño ha sido irreparable y que, probablemente, “una mayor capacidad de reacción” tanto por parte de Cospedal como del presidente del partido y del Gobierno, Mariano Rajoy, –su comparecencia y su negativa a dar una rueda de prensa ha sido duramente criticada por antiguos responsables de la comunicación popular- habría amortiguado el impacto. “Esto con Aznar no hubiera pasado”, aseguran con sorna los veteranos. Y lo cierto es que el expresidente fue el primero en dejar en evidencia a Rajoy al presentar la demanda contra El País mientras Rajoy y Cospedal aún se lo están pensando. “Es la táctica del percebe…”, insisten.

Deja una respuesta