Los republicanos anuncian que no apoyarán el plan económico de Obama

Los neocon arrugan el gesto

«El estado actual de la economí­a es peor de lo que habí­amos pensado y cada dí­a empeora (…) Hemos iniciado la carrera y estamos corriendo, pero la situación empeorará antes de que mejore», dijo el vicepresidente Joe Biden en la cadena CBS. El nuevo equipo de la Casa Blanca está rebajando las expectativas puestas en ellos acerca de la resolución de la crisis, y preparando al público norteamericano para los crudos recortes y reajustes que van a care sobre sus espaldas. En el mismo sentido, Lawrence H. Summers -uno de los máximos asesores de Obama- , resaltó que «los problemas no surgieron en un dí­a, en una semana, un mes o incluso en un año y no se resolverán tan rápido».

Tras recibir la autorización del Congreso ara gastar los 350.000 millones de dólares que quedan del primer plan de rescate aprobado por Bush –el primer paquete se ha dilapidado sin tener apenas efectos en la economía-, la administración Obama anunció hace tres días un nuevo plan de estímulo de 850.000 millones de dólares, que tendrá que ser aprobado por los legisladores. Como era de esperar, los republicanos piensan vender cara su aprobación, y ya han manifestado su desacuerdo frontal. El líder de los congresistas republicanos, John Boehner –uno de los principales opositores al primer plan-, rechazó el nuevo plan diciendo que Estados Unidos "no va a volver al camino de la prosperidad prestando y gastando dinero". El excandidato republicano, John McCain, aseguró que está "en contra de la mayoría de los provisiones de fondos en la ley. Tal y como está ahora, no la apoyaré". La oposición republicana reclama que el plan de rescate tenga efectos inmediatos en la economía norteamericana, y no sólo a largo plazo. Pero detrás de esta batalla –aparentemente de “criterios económicos”-, en realidad se esconde una aguda lucha de sectores y grupos monopolistas, que tratan de repartir a otros las pérdidas y de captar los multimillonarios fondos federales. Y también una aguda lucha de líneas superpotencia –tanto Boehner como McCain apoyaron –con matices- los ejes centrales de la línea Bush.El nuevo plan de estímulo persigue hacer más eficiente a la economía de EEUU –y esto sólo se puede hacer promoviendo la concentración monopolista e incrementando la explotación sobre el pueblo norteamericano-. El gobierno Obama –que recoge también a sectores moderados de los equipos de Bush, McCain o incluso Reagan- trata de hacer una política de máximo consenso en los temas vitales para la clase dominante norteamericana: la crisis y la política internacional. Veremos si los “neocon” de Washington le permiten avanzar o si anteponen los intereses de los sectores de clase que los respaldan.

Deja una respuesta