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Los nacionalistas catalanes retroceden ante la izquierda independentista

Los votantes en Cataluña han infligido, el domingo, 25 de noviembre un hiriente revés a su presidente regional, Artur Mas. Sin embargo, votaron abrumadoramente a favor de los partidos que están a favor de un referéndum sobre el futuro de esta potente región del noreste de España.Artur Mas, cuya coalición nacionalista de derecha (CU) es la primera fuerza del Parlamento Regional, perdió su apuesta: organizando estas elecciones, subido a la oleada independentista de Cataluña, esperaba ganar una mayoría absoluta en apoyo de su propuesta de referéndum. Pero su discurso a veces ambiguo, evitando la palabra independencia, el rigor de la política llevada a cabo desde hace dos años por el gobierno, bajo la mirada de Madrid, ha sido rechazada por una parte del electorado, hasta el punto de que su coalición se derrumbó muy por debajo de los pronósticos de las encuestas.Por tanto, para gobernar la región y llevar a cabo el proyecto en cuatro años, como lo ha prometido a 7,5 millones de catalanes, deberá forjar alianzas difíciles de alcanzar por la fuerte presencia de partidos de izquierda. CiU (Convergencia i Unió) obtuvo 50 de 135 escaños en el parlamento regional, frente a 62 que tenía en la actualidad.Los independentistas de izquierdas, grandes ganadoresPor el contrario, el histórico partido de la izquierda independentista catalana ERC (Esquerra Republicana de Catalunya), se convirtió en la segunda fuerza regional . El partido ha duplicado su representacióncon 21 escaños frente a diez. Los socialistas se convierten en en el tercer partido regional con 20 escaños. El Partido Popular (PP, derecha), en el poder en Madrid, ocupa el cuarto lugar con 19 escaños.En las calles de Barcelona el domingo flotaban senyeras, la bandera catalana, a rayas rojas y amarillas, y la independentista bandera estelada adornada por una estrella blanca en un fondo azul. Impulsado por una crisis económica que exige duros sacrificios a la población, el descontento social ha estallado en los últimos meses en esta región con una fuerte personaidad cultural y lingüística enfrentada durante años con el gobierno central español.Ante la negativa de Madrid de conceder a Cataluña mayor autonomía fiscal, el presidente regional apostó por el conflicto con el gobierno central. Sin embargo, algunos votantes han visto estas elecciones como una cortina de humo.»Creo que la campaña estuvodemasiado centrada en la polarización entreCataluña y España y se debería haber hablado más de otros temas, como la crisis», dice Andreu Camprubí, un sociólogo de 27 años. «Con el tema de la independencia, se ha intentado que un montón de personas que están afectadas por los recortes presupuestarios no piense en ello», según un votante de un pequeño grupo de izquierda independentista CUP.

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