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Los intereses cruzados del caso Blesa

La decisión de la Fiscalía de Madrid de recurrir la disposición del juez Elpidio José Silva de enviar a prisión incondicional al expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, antes incluso de que lo haya hecho el equipo jurídico del propio Blesa, ha dado lugar a las más diversas reacciones e interpretaciones en medios políticos y profesionales. Las declaraciones oficiales interpretando por qué ha actuado así la Fiscalía, vienen llenas de palabras formales de respeto hacia las decisiones judiciales. Pero las declaraciones off the record tratan de aportar datos sobre las razones de presiones que se estarían ejerciendo desde los más diversos ámbitos para que se de carpetazo al asunto. Y a tenor de lo que se lee, no falta voluntad para hacerlo.

Así, el diario El Mundo, que ya lo apuntaba en el editorial de urgencia que redactó antes de conocerse el auto de Silva, insiste 24 horas más tarde, en su edición de este viernes, en asegurar que se trata de «una resolución con serios indicios de prevaricación». Para explicar más tarde que «podría provocar que la Audiencia de Madrid decretara la nulidad de la causa, lo que significa que el inculpado quedaría libre sin cargos».

El editorial del diario El País, ‘Condena anticipada’, asegura que el juez no argumenta ni justifica los presuntos delitos y riesgos por los que encarcela a Blesa. Para concluir en el mismo que «lo peor es que las medidas desproporcionadas o el empecinamiento faciliten la nulidad de las actuaciones. La sociedad exige el castigo del fraude delictivo, y no la pérdida de esfuerzos en los vericuetos de las instrucciones judiciales dudosas: eso sí que es un riesgo, quizá más fundado que el de que Blesa pueda huir».

Al mismo tiempo que se pueden leer estos argumentos se han filtrado las actas del último consejo de Caja Madrid presidido por Miguel Blesa en el que se concedieron toda una serie de préstamos o créditos a medios e instituciones que estaría en el origen de las duras consideraciones hacia el magistrado.

Con este mar de fondo ha sido el partido presidido por Rosa Díez el que más ha levantado la voz a favor del juez y en contra de la iniciativa de la Fiscalía. Así, el portavoz adjunto de UPyD en el Congreso, Carlos Martínez Gorriarán, calificaba de «impresentable» el obstruccionismo de la Fiscalía en todo lo relacionado con Bankia, después de que este jueves recurriera el ingreso en prisión incondicional del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa.

Martínez Gorriarán arremetía contra el Ministerio Fiscal por actuar, en el 90% de los casos, según el diputado, como si fuera el abogado de la parte acusada en lugar de asumir el papel que debería asumir de exigencia de responsabilidades.

Como la Fiscalía no hace lo que tiene que hacer, otros partidos políticos, además de UPyD, y diversos colectivos y particulares, se han visto obligados a querellarse para que actúe la Justicia, lo que ha llegado a calificar como grave fracaso del Estado de derecho.

El Gobierno en cambio, al que se han dirigido parte de las críticas por la rápida iniciativa de la Fiscalía, a través del ministro de Justicia, ha justificado la actuación del juez. Según Ruiz Gallardón, en un Estado de derecho cualquier decisión que afecta a derechos fundamentales, como ésta, es susceptible de recurso y el hecho de un órgano superior pueda revisar la resolución siempre es una garantía para el ciudadano.

Desde el PSOE, en cambio, el diputado Ramón Jáuregui ha pedido «prudencia» ante las críticas que está recibiendo el juez que investiga la compra del City National Bank de Florida.

Para Jáuregui está claro que alguna razón habrá tenido el juez para ordenar de nuevo el ingreso en prisión, y en este momento en que hay tanta gente sufriendo, resulta procedente la investigación judicial.

Medios jurídicos conocedores del amplio dossier sobre la concesión de los créditos al ex presidente de Viajes Marsans y de la patronal CEOE, así como de las condiciones de las condiciones de la compra del City National Bank de Florida recomiendan esperar a conocer estos nuevos datos antes de seguir entrando en valoraciones arriesgadas sobre las segundas intenciones de unos y otros.

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